MIAMI— “La noche en que el Eterno Emperador de Akidavia nació por decimoséptima vez, el cielo estaba claro y las dos lunas brillaban con fuerza, aunque ninguna lucía llena”, así comienza la novela El ciclo del Eterno Emperador, de Laura Gallego. Se trata del libro más reciente de esta autora, que suma millones de títulos vendidos y una enorme popularidad entre los jóvenes españoles.
Como indica la nota de contraportada de esta edición, publicada por Montena, sello de literatura juvenil del grupo Penguin Random House, “el Eterno Emperador gobierna Akidavia durante mil años antes de morir para renacer de nuevo”. Por eso, “tras la muerte de su última encarnación, varios miembros del Consejo Imperial se presentan en una pequeña aldea en busca del recién nacido que alberga el alma de Su Divinidad y que, por tanto, debe ocupar el trono”.
Y añade: “Esta es la historia de Vintanelalandali, decimoséptima encarnación del Eterno Emperador, educada desde niña para tomar las riendas del imperio en cuanto sus poderes despierten. Pero también es la historia de Kelan, un muchacho criado en un remoto rincón de Akidavia, cuya vida cambia de golpe el día en que decide desafiar a la autoridad local. Cuando los destinos de ambos se crucen, el futuro del imperio tomará un giro inesperado”.
La novela nos lleva al imperio de Akidavia, de unos 20 millones de habitantes, donde Vintanelalandali se alista para gobernar desde la ciudad imperial de Armonía, mientras espera que lleguen las señales de sus poderes: su cabello debe tornarse blanco y con sus manos podrá quitar y dar vida. La espera comienza a generar ansiedad entre sus seguidores más cercanos.
Por su parte, el joven Kelan, nacido durante la Larga Noche, al igual que la Emperatriz, comienza a percibir ciertos dones mágicos que le llevarán al centro del imperio.
El libro se estructura en dos voces principales: una, contada en primera persona, sigue los diarios de la Emperatriz, incluye diálogos y ofrece una mirada íntima a la vida imperial; la otra, narrada en tercera persona, se enfoca en los hechos relacionados con Kelan y su posterior conexión con Vintanelalandali.
Con destreza en la creación de un mundo con una organización geográfica y códigos bien delineados, Gallego logra conducir al lector al pacto ficcional que requiere la literatura de fantasía, y desde las primeras páginas la historia consigue envolvernos con sus líneas narrativas.
A eso se suma la creación de un sistema social que obedece a distintos rangos de poder. Es así que en las altas esferas se ubican el Emperador y su círculo más cercano —que poseen nombres más largos, el Emperador tiene siete sílabas y sus Consejeros, seis—, pasando por los miembros del ejército, campesinos hasta llegar a los esclavos, quienes llevan nombres de una sola sílaba.
Los personajes, dibujados con detalle, y diría que con disfrute, resaltan por sus matices, sus poderes mágicos y la profundidad con la que han sido construidos, de manera que afincan los códigos de fantasía en un terreno creíble. Sorprenden, por ejemplo, los misteriosos rasgos de los guardias imperiales zaldrim con sus máscaras drim, los Consejeros imperiales, los augures, entre otros.
La amistad tiene un papel relevante en esta historia. Los sucesos alrededor de Vintanelalandali y Kelan se desarrollan a partir de gestos que denotan los fuertes lazos que pueden surgir entre dos personas, sean familiares o amigos. El cariño de Kelan por su padre lo lleva a tratar de solucionar sus problemas para conseguir alimento, de ahí que desafíe a la autoridad. Luego, su lado protector se revela en su relación con Ran y Dif, y más tarde con la pequeña Miya. Asimismo, Vintanelalandali derrocha confianza en extremo hacia sus Consejeros (algo de lo que se arrepiente luego), y sostiene una profunda relación con su doncella Zaralane.
En torno a las curiosidades de la novela, anotadas por la propia autora en su página, destaca que, si bien comenzó a desarrollar la trama para este libro “hace ya algunos años”, comenzó a redactarla en mayo del 2020. “Acabé la primera versión en diciembre del mismo año”, cuenta Gallego.
Como revela, “en principio la trama de esta novela no iba a ser la historia de Kelan y Vintanelalandali, sino algo más parecido a la de Rayinemagaloran. Con el tiempo, sin embargo, fui añadiendo algunas ideas y descartando y matizando otras, de manera que acabó siendo una historia diferente. Pero Rayinemagaloran sí aparece en la novela: es otra de las encarnaciones del Eterno Emperador y su historia está relatada como parte de las crónicas, como hechos históricos acontecidos en una época muy anterior a la de Vintanelalandali”.
Sobre el ciclo de reencarnaciones del Eterno Emperador, apunta que se inspira “en el budismo y los lamas. Pero Akidavia como nación tiene algunas características en común con el imperio romano”.
La autora también ha hecho énfasis en las ilustraciones realizadas por Vero Navarro para el libro, entre las que destacan los retratos de Kelan y Vintanelalandali.
Sobre la autora
Laura Gallego (Valencia, 1977) es licenciada en Filología Hispánica en la Universidad de Valencia, y tiene un doctorado con especialización en literatura medieval y libros de caballerías. Obtuvo dos premios El Barco de Vapor con Finis Mundi, una novela ambientada en la Edad Media, y luego con La leyenda del Rey Errante. En 2011 recibió el Premio Cervantes Chico por el conjunto de toda su obra. En 2012 fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por su novela Donde los árboles cantan.
Tiene publicadas veintisiete novelas juveniles y algunos cuentos infantiles, con más de un millón de ejemplares vendidos sólo en España y traducciones a dieciséis idiomas, entre los que se encuentran el inglés, el francés, el alemán y el japonés.
Algunos de sus libros más populares entre los jóvenes lectores son Crónicas de la Torre, Dos velas para el diablo, Alas de fuego, El Libro de los Portales y, especialmente, las trilogías Memorias de Idhún y Guardianes de la Ciudadela.