MIAMI.- A principio de los años treinta, el poeta y dramaturgo español Federico García Lorca escribe El público, obra que no se dio a conocer hasta finales de los años setenta y se estrenó en la década del 80. Un texto intenso, delirante, plagado de alucinaciones, simbolismo y sexo. Una obra que aun en nuestros días ruboriza a algunos.
Esta compleja pieza fue estrenada en Miami por el director Juan Roca en abril de 2013. Diez años después la retoma de una manera renovada, con un elenco nuevo, incluso algunos actores están trabajando con él por primera vez, y otros como Ángel Lucena y Eslóver Sánchez Baquero regresan a las tablas tras un largo sabático.
La complejidad y el simbolismo del texto lorquiano, han hecho que Juan Roca entregue una propuesta centrada precisamente en esos dos elementos, propiciando que sea el espectáculo en sí mismo el que marque su propia sintonía con la pieza. La sinopsis de El público podría resumirse en una historia de amor homoerótico, en el que la represión, el miedo y la inseguridad ante el deseo, conducen a un aquelarre de situaciones delirantes (entiéndase reprimidas).
Sin embargo, esa contención en la que vivió Lorca (España religiosa, guerra civil, puritanismo y ruralidad), quizás sobrecogido por la sexualidad (abierta dentro de la represión) que vivió durante su viaje a América (Estados Unidos y en especial Cuba), desató en el escritor esa furia creativa y liberadora, que se refleja en El público y que el propio autor llamó teatro imposible… imposible de publicar, de estrenar, de entender. Al final, se está ante un texto trascendental y poético, que hoy podemos ver en escena.
Juan Roca destaca en su desempeño como director por el apego al texto literario y la creatividad visual, logrando un balance entre la obra y el espectáculo, dejando que la poesía de Lorca y el movimiento en un tono carnavalesco se imponga y satisfaga a la audiencia.
Once actores interpretando 29 personajes, algunos asumiendo hasta cuatro caracteres, es el resultado de este trabajo que resulta un desafío mayor, aun para un director tan experimentado como Juan Roca. Hay un equilibrio actoral que contribuye al satisfactorio resultado final. También momentos sobrecogedores, como cuando entra el actor Christian Ocón arrastrando una impresionante cruz. Resaltan por la versatilidad e intensidad, todas las intervenciones de Ángel Lucena, un actor muy completo, penetrante, disciplinado y que de hecho lleva el peso de la obra.
El público es una pieza para sentirla, adentrarse en la atmósfera surrealista que Lorca creó y que Roca supo captar y transmitir al público. Las palabras se hacen difíciles de colocar para describir lo que teatralmente penetra en el espectador cuando la ve, pues se trata de una propuesta sustentada sustancialmente en lo visual, en los detalles que van desde estandartes priápicos al fondo del escenario, un vestuario original, del propio Juan Roca y Ángel Lucena, donde resaltan asombrosos tocados y máscaras, diseñados por Neiley Molina, Ricardo Martínez Rubio y Alejandro Galindo. A este cuidadoso trabajo hay que añadir el de maquillaje de Adela Prado, esencial en una propuesta de esta naturaleza, donde todo es magia.
El público parece haber sido concebido por Lorca, pensado en directores como Juan Roca, capaces de hacer posible lo que parecía irreal.
El público se presenta los viernes y sábados, a las 8:30 pm, en Havanafama Teatro Íntimo, 4227 SW 75 Avenida, Miami, 33155. Reservaciones al (786) 262-4014.