LISBOA.-Fenómenos como el selfi o la rareza circense inspiran algunas de las primeras colecciones vistas hoy en ModaLisboa, la pasarela más importante de Portugal, marcada por la mezcla de jóvenes talentos lusos y la experiencia de David Ferreira.
LISBOA.-Fenómenos como el selfi o la rareza circense inspiran algunas de las primeras colecciones vistas hoy en ModaLisboa, la pasarela más importante de Portugal, marcada por la mezcla de jóvenes talentos lusos y la experiencia de David Ferreira.
Tras la charla "Sustentabilidad en la moda: ¿por qué y cómo?", celebrada este jueves y que sirvió de arranque oficial, los desfiles de ModaLisboa echaron a andar hoy dispuestos a hacer honor al lema de esta edición, "Boundless" ("Sin límites").
Ocho jóvenes talentos lusos, agrupados en la ya habitual plataforma Sangue Novo, fueron los primeros en mostrar su acervo creativo que, aseguró la organización, es el resultado de una sociedad global en la que "pocos se dejan influenciar verdaderamente".
Esa sociedad global, conectada a través de las redes sociales, marcaron sus colecciones, algunas de ellas inspiradas por la obsesión con el selfi, como la de Micaela Sapinho, o en las imágenes de Google Streeet View, que resaltaron en las propuestas de João Oliveira, que se proclamó vencedor del concurso de jóvenes talentos.
Las novedades de los talentos Sangue Novo fueron la antesala de uno de los considerados veteranos, David Ferreira, que lejos de apoyarse en la tecnología regresó a las raíces del circo y el imaginario popular que éste construyó a comienzos del siglo XX, basado en la exhibición de rarezas.
Su colección, "The Freakball", celebró la "individualidad", el reto de no encajar en el estereotipo de una sociedad "normal", según explicó el diseñador en la presentación de sus propuestas, donde aseguró además que la autenticidad es "el verdadero significado del lujo".
Con esta idea como base, Ferreira trajo a Lisboa una colección que juega con los volúmenes que consiguen volantes, el vuelo en las faldas, e incluso pelo de borrego de Mongolia para difuminar los límites de la seda y el tul sobre la silueta femenina.
El diseñador se apoyó en uno de los colores preferidos para el próximo otoño-invierno, el azul medianoche, aunque también recurrió al azul pálido, el turquesa y amarillos que remiten a las carpas circenses.
FUENTE: EFE