MIAMI.- La familia real británica atraviesa un nuevo momento de luto tras el fallecimiento de Rosie Jeanne Burke Roche, prima segunda de los príncipes William y Harry. La joven, de tan solo 20 años, fue encontrada sin vida el pasado 14 de julio en su residencia en el condado de Wiltshire, Reino Unido.
De acuerdo con información oficial, fue su madre junto a una de sus hermanas quienes hallaron el cuerpo de Rosie en su domicilio en el pueblo de Norton, mientras la joven se preparaba para un viaje con amigas. Junto a ella se encontró un arma de fuego, lo que dio pie a una investigación preliminar que ya descartó la intervención de terceros.
El forense Grant Davies fue el encargado de abrir la investigación forense y explicó que la muerte no está siendo tratada como sospechosa. La próxima audiencia del caso se celebrará el 25 de octubre, cuando se presenten los resultados completos de la indagatoria.
Estudiante de Literatura
Rosie Roche era estudiante de Literatura Inglesa en la Universidad de Durham. Quienes la conocieron la describen como una joven brillante, reservada y afectuosa. Si bien mantenía un bajo perfil público, formaba parte de la aristocracia británica como nieta de Edmund Roche, IV Barón de Fermoy, medio hermano de Frances Shand Kydd, madre de la princesa Diana.
Hasta el momento, ni los príncipes William ni Harry se han pronunciado públicamente sobre la pérdida. La familia ha optado por mantener el duelo en la intimidad y llevar a cabo un funeral privado, aunque no se descarta la realización de un homenaje conmemorativo más adelante.
Este trágico episodio se suma a otras muertes inesperadas dentro del círculo de la realeza, como la del banquero Thomas Kingston, esposo de Lady Gabriella Windsor, quien falleció en febrero de 2024 en circunstancias similares.
El fallecimiento de Rosie Roche vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la salud mental en las familias aristocráticas británicas y la presión silenciosa que muchas veces enfrentan quienes viven entre el deber público y la vida privada.