MIAMI.- El pintor cubano Humberto Calzada, una de las figuras más destacadas del arte cubano en el exilio, falleció en Miami a los 81 años. El cineasta Eliecer Jiménez Almeida confirmó el deceso del artista en Facebook, pero no informó cuál fue la causa del deceso.
"Hoy se ha ido un gran amigo, el pintor cubano Humberto Calzada. En sus cuadros la arquitectura de Cuba se convirtió en templo de la memoria, en espejismo de lo que fuimos y en esperanza de lo que algún día volveremos a ser. Su pincel supo rescatar la nostalgia y transformarla en luz. Humberto no solo fue un creador inmenso, también un alma generosa, cercana y sabia", escribió.
"Su partida nos deja un silencio doloroso, pero su obra seguirá hablando por él: Cuba pintada en eternidad. Descansa en paz, maestro y amigo".
El hecho ocurrió el domingo 17 de agosto, y los servicios fúnebres se llevarán a cabo el lunes 25 de agosto, a la 1:30 p.m., en la Iglesia St. Augustine, ubicada en 1400 Miller Drive, Coral Gables, FL. 33146.
Trayectoria
Calzada llegó a Miami a los 16 años junto a sus padres como exiliados en 1960.
Aunque estudió Ingeniería Industrial y trabajó para IBM, en 1970 decidió dedicarse por completo a la pintura, convirtiéndose en uno de los precursores de la corriente plástica The Miami Generation, integrada por artistas visuales nacidos en Cuba, pero formados a salir del país por el régimen de Fidel Castro.
Humberto Calzada recreó: "el vacío, la nostalgia y el sentimiento de desarraigo sufrido por el exilio cubano, y al mismo tiempo fue capaz de plasmar en sus cuadros la inclaudicable esperanza de recuperar y reconstruir la patria en todo su esplendor. Esa lealtad hacia su identidad expresada en un arte que por encima de la desolación se convertía en luz ha cautivado no sólo a compatriotas sino al público de otras latitudes", señala el Museo Americano de la Diáspora Cubana.
Marcell Felipe, presidente del Museo Americano de la Diáspora Cubana, destacó el legado del artista y lamentó su partida. “Ha muerto un ícono de la expresión artística cubana; su arte y el legado plástico que nos deja reflejan las esperanzas del exilio y el esplendor de la Cuba libre que se avecina".
La institución destacó en un comunicado que no su trascendencia no es una despedida definitiva, resaltando no solo su talento en el lienzo, también su personalidad.
"No hay despedida definitiva para quien fuera un extraordinario ser humano. Al protagonista de tertulias inolvidables en su hogar donde se reunió la crema y nata de la intelectualidad, el arte y el liderazgo de la comunidad cubanoamericana. Al hombre siempre amable, compasivo y generoso. Al hacedor de utopías realizables con las que siempre soñará la nación que fundó con sus pinceles".