sábado 22  de  marzo 2025
HISTORIA

Jaime Valls: expresión singular en el arte moderno cubano

Nacido en Cataluña el 23 de febrero de 1883, Jaime Valls llegó a Cuba con el nacimiento de la República 

LA HABANA- Entre los excelentes caricaturistas que tuvo Cuba en la primera mitad del siglo XX, Jaime Valls ocupa un lugar distinguido. Pese a no ser muy conocido más allá del gremio de estudiosos de la Historia del arte cubano, su obra como caricaturista, dibujante, grabador e ilustrador fue de las más abundantes y originales, permeada por la amplia variedad de estilos que confluyeron entre las décadas de 1930 y 1950.

Nacido en Cataluña el 23 de febrero de 1883, Valls llegó a Cuba con el nacimiento de la República. Se instaló en La Habana, donde su carrera profesional fue impulsada gracias al financiamiento de la empresa de jabones y perfumes Crusellas. Su talento le abrió las puertas de la cartelística, el periodismo gráfico y la propaganda ilustrada.

Para 1908 ya había abierto su propio negocio, bautizado como Estudios Valls, el cual aglutinaría a jóvenes artistas de la época. La fama de Valls fue apoteósica. Publicó obras en las más prestigiosas revistas del momento: Carteles, Social, El Fígaro, etc.

En 1910 obtuvo el gran premio en el concurso de carteles organizado por la Sociedad de Fomento del Teatro. Se integró al Grupo Minorista en 1924 y cuando obtuvo la ciudadanía cubana, tres años después, se embarcó en un viaje decisivo a Europa. El contacto con las vanguardias artísticas que confluían en el viejo continente transformó de modo radical sus ideas estéticas.

Valls regresó a la Isla con las impresiones propias de un artista maduro, y el interés de ocupar su obra con temas locales, abordados desde su peculiar estilo formal. Trabajó una variante del criollismo enfocada en la población mestiza y los estratos más bajos de la pirámide social. En el plano formal, su obra destaca por el uso de una línea vigorosa y sensual, sobre todo en el tratamiento de la figura femenina. De ello da fe su serie “Rumberas”, que revolucionó el arte gráfico de su época, escandalizando a algunos.

Su primera exposición, fechada en 1930, lo reafirmó como uno de los mejores artistas del movimiento moderno cubano. Trabajó con constancia y absoluta libertad, muchas veces creando para sí mismo y no para el mercado, hasta los años cuarenta, cuando su salud comenzó a dar señales de deterioro.

Aunque Jaime Valls y otros caricaturistas de su época no han sido lo suficientemente atendidos por la historiografía del arte cubano, el catalán adoptado por la mayor de las Antillas fue un artista de referencia entre sus contemporáneos, como lo ha sido también para las generaciones de diseñadores cubanos, que han estudiado y admirado su obra en su justa dimensión.

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