domingo 16  de  febrero 2025
ESCENA

José El Escarpín, después de conquistar el récord Guinness de taconeo (+Video)

El bailaor, que rompió el récord Guinness de taconazos en un minuto, se enamora de la Capital del Sol y sueña con llevar su arte a todos los rincones del mundo 

Luego de conquistar el récord Guinness con su indomable taconeo con apenas ocho años, José El Escarpín está dispuesto a lograr su sueño: mudarse a Miami, ciudad que ha visitado dos veces en compañía de su familia gitana, que lo ha visto crecer en el mundo del flamenco en su natal España.

“Tengo muchos sueños. Uno de los más presentes hoy en día, es que me gustaría mucho venir a Miami, quedarme aquí y que me conozca todo el mundo. Me gusta mucho esta ciudad, su gente, y me gustaría enseñarles todo mi arte flamenco, todo lo que tengo adentro”, expresó el joven, de 14 años, en una entrevista que concedió a DIAIO LAS AMÉRICAS, durante su segunda visita a la Capital del Sol, acompañado de sus padres y hermana menor, Nayara.

Es que para este chico, de grandes aspiraciones, taconear es tan esencial como respirar. De hecho, practica hasta siete horas diarias, en un espacio que sus padres han acomodado para sus usuales desahogos contra las tablas.

“Me dedico a practicar y perfeccionar mis pasos, lleva mucho trabajo. Todos los miércoles ensayamos unas cuatro horas, y el resto de los días, me perfecciono en mi casa, pero sin límites de horario”, comentó.

Según contó, los improvisados pasillos le llegan a cualquier hora, incluso cuando ve televisión y no consigue ceder ante el impulso de taconear, algo que en ocasiones, suele molestar a su hermana, quien se da a la tarea de grabar sus ágiles pies.

Por otro lado, el apoyo de los suyos ha sido fundamental en su trayectoria, que al parecer, ya venía trazada desde que se formaba en el vientre de su madre, cuando sus patadas provocaban, además de emoción, desacuerdo entre sus padres. 

Su madre, Mati, juraba que el niño sería futbolista, mientras que su padre apostaba por el flamenco, y acertó.

“Fue la lucha que tuvimos desde el principio, porque yo siempre peleaba con no querer que bailara, porque eso le creaba otro tipo de cosas. Los otros niños eran futbolistas y él era diferente”, recordó Mati.

Pero era eso precisamente lo que anhelaba su padre, José Fernández, que su pequeño fuera especial, que resaltara entre los otros que sólo querían jugar futbol, y lo logró.

“Yo decía: este niño es algo especial, por las patadas que le daba a su mamá cuando me escuchaba tocar la guitarra”, expresó Fernández, quien dirige la carrera de su hijo.

“Hoy en día, todos quieren ser futbolistas, y si preguntas en un colegio quién quiere ser bailaor, nadie levanta la mano”, agregó.

Aunque ciertas habilidades se llevan en la sangre, y esta no ha sido la excepción en la familia, que hacía tiempo esperaba su próximo artista.

“Carmen Amaya, una de las grandes del flamenco en el mundo, era prima hermana de mi abuela. En mi familia no había venido un bailador, y yo decía ya toca”, reveló sobre el origen del talento de su retoño, que debutó en televisión española con apenas siete años.

Sin embargo, prefieren que José se abra paso por sí solo, como ha hecho hasta ahora. El Escarpín ya tiene su propia compañía con 20 músicos, que lo acompañan en su espectáculo Delirios pa´mi mare, inspirado en la profecía de sus padres sobre sus dotes, y con el que narra pasajes de su infancia.

Fernández destacó que el show de taconeo de su primogénito ha sido acogido en teatros y auditorios en su tierra natal, y también es conocido en Venezuela, México y Cuba, entre otros países.

“Hoy es muy difícil abrirse camino en el flamenco, y él tiene su nombre reconocido entre los flamencos, José, El Escarpín. Ya todos lo respetan, lo valoran, y se ha hecho de admirar.  Eso para mí es un reto”, expresó Fernández.

“Cuando el batió el record tenía ocho años. Si lo hiciera ahora, lo triplicaría, por la velocidad que tiene”, agregó.

Por su parte, el joven asegura que la clave del imparable taconeo no está en el calzado sino en el sentimiento con el que se realice.

“Entro en una fase que ni yo mismo sé en lo que pienso. Me convierto, sólo disfruto lo que hago”, reveló José.

Precisamente por la intensidad con la que expresa el flamenco, su padre asegura que no “tira la toalla”.

“Cuando va a trabajar, lo disfruta, lo vive, entonces eso a mí me da mucha fuerza para no abandonar, y estar ahí con él, tanto yo, como su madre”, puntualizó Fernández.

Además de batir el récord Guinness en velocidad con 814 taconeos por minuto, en 2011, que aún no ha sido superado, la dedicación y disciplina de José Miguel Fernández, El Escarpín, lo han hecho merecedor de otros reconocimientos, entre ellos, el Melón de Oro en el Festival de Flamenco de Lo Ferro. 

LEA TAMBIÉN: 

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar