El cineasta Josh Trank, contratado originalmente por el estudio Disney para dirigir una de las películas derivadas de la saga Star Wars, dijo en una entrevista que renunciar a ese proyecto fue la decisión más dura de su vida.
"Sabía que esto iba a suscitar dudas y escepticismo", indicó el realizador, de 31 años, en una charla publicada por el diario Los Angeles Times.
"Y fue duro. Fue la decisión más dura que he tomado en mi vida", añadió el director de la cinta de ciencia ficción Chronicle (2012) y la nueva versión de Fantastic Four, que verá la luz en agosto.
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En mayo, Trank anunció su decisión y alegó entonces que se trataba de una "decisión personal" movida por su en "perseguir oportunidades creativas originales", según dijo en un comunicado publicado en la página web oficial de Star Wars.
Previamente, Trank, aficionado confeso de ese mundo creado por George Lucas, había afirmado en junio de 2014 que su elección para el proyecto fue "el sueño más increíble de todos los tiempos".
Sin embargo, tras su experiencia en el rodaje de la cinta de superhéroes Fantastic Four para el estudio 20th Century Fox, su percepción cambió al respecto.
"Quiero hacer algo original después de esto, porque he vivido bajo el escrutinio público durante los últimos cuatro años de mi vida", explicó Trank, "y no es algo saludable para mí en este momento".
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"Quiero hacer algo de lo que no esté todo el mundo pendiente", agregó.
En mayo del año pasado, se anunció que el británico Gareth Edwards, realizador de Godzilla, se encargaría del primer spinoff de la célebre franquicia, titulado Rogue One, cuyo estreno está previsto para diciembre de 2016.
La saga continuará con Star Wars: Episode VII, que llegará a los cines en diciembre.
Por ahora, se desconoce quién será el sustituto de Trank en la nueva entrega derivada de la saga.
