MIAMI.-Julián Gil quiere volverse a casar y está dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario por la mujer ideal sin sucumbir a las presiones sociales.
MIAMI.-Julián Gil quiere volverse a casar y está dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario por la mujer ideal sin sucumbir a las presiones sociales.
El actor, que presenta en el Teatro Trail, en Miami, ¿Y si me caso?, reflexionó sobre el matrimonio hoy en día y dejó claro su postura: debe ser un enlace para toda la vida.
“Para casarse, hay que estar muy seguro. Creo que ahora el grave error de nuestra sociedad es que la gente se casa teniendo la opción de divorciarse. Desde que uno entra al matrimonio pensando que tiene la opción de divorciarse, pues está mal. Y también hablamos de eso y sí apoyamos el matrimonio, pero desde ese espacio como ser humano de tener un compromiso con la otra persona, de comprometerse para que sí funcione”, expuso Gil a DIARIO LAS AMÉRICAS.
“Sí, creo que sí. Siempre he pensado que el mejor estado del ser humano es estar casado, pasar las cosas buenas y las malas, pero con una pareja, con alguien que nos complemente y con quien hacer equipo. Yo sí creo mucho en eso”, contestó a la pregunta si deseaba casarse otra vez.
La comedia musical, concebida por el dramaturgo venezolano Manuel Mendoza, toma el debate sobre la unión matrimonial como hilo conductor para que Gil cuente pasajes de su vida apelando al humor, y acompañado por cuatro cantantes en escena.
Se trata de un espectáculo que el intérprete había anhelado y que venía hilvanado hacia un tiempo junto a Mendoza.
“Le había dicho a Manuel que quería tener un show, un stand up, con el que yo, de una manera divertida, le pudiera contar a la gente diferentes pasajes y circunstancias de mi vida. Y ha superado totalmente mis expectativas, porque en todo este proceso creativo de muchos años. Y después de pelearnos, de hablar, de escribir y desechar, porque creo que Manuel tiene más de 50 correcciones del libreto, llegamos a lo que hoy es una pieza muy divertida”, contó Gil a DIARIO LAS AMÉRICAS.
Pero más allá de dialogar con la filosofía de si el matrimonio es esencial o no para la felicidad y realización personal, ¿Y si me caso? propone reflexionar sobre la importancia de la autoestima en las relaciones de pareja.
“La obra sí tiene un mensaje fulminante al final, que es contundente que, sobre todo, habla del amor propio. Dentro de toda la comedia y de todo lo que pueda contar en este show, es un homenaje a la mujer y a lo importante que es la mujer en la sociedad, a lo importante que es la mujer para el hombre. Digan lo que digan, nosotros, los hombres, no podemos vivir sin ustedes. No podemos, y también explicamos sobre eso”, dijo.
“Para tener un matrimonio feliz, primero hay que casarse con uno mismo. Después de que tú estés feliz contigo, con tu vida, con lo que eres como ser humano, puedes hacer feliz a otra persona. De eso se trata, entonces vamos llevando a la gente por una montaña rusa de emociones. Van a llorar, a cantar, está súper divertida”, añadió.
Asimismo, el actor recordó que su fracaso matrimonial se debió a la edad que tenían él y la madre de sus dos primeros hijos cuando asumieron el compromiso.
“Teníamos 15 años. Tanto yo como Brenda, que en aquel entonces también era una niña, estábamos jugando a ser papás, jugando al matrimonio, éramos muy niños. Claro, nosotros nos casamos porque ella quedó en estado de Nicolle, mi hija, que hoy en día tiene 32 años. Teníamos el apoyo de nuestros padres, tanto los de Brenda como los míos que nos ayudaron a sacar a Nicolle adelante, pero en esa etapa uno no es tan maduro como para tener hijos”, contó.
El amor y la fama
A pesar de su ajetreada agenda de trabajo, que se divide entre el teatro y la televisión, Gil aseguró que estaría dispuesto a conciliar su carrera con una relación amorosa que valiera la pena.
“Insisto en que sí es posible llevar la carrera y la vida personal, porque y si uno fuera doctor también iba a poner la profesión como prioridad. Es cuestión de encontrar un balance. Ahora estoy soltero y mi prioridad es mi carrera, y estoy dejando que el universo me mande a la persona correcta, pero no quiere decir que me voy a apurar y juntarme con cualquiera”, manifestó.
Sobre si el destino es menos favorable con las parejas de famosos, afirmó que la clave está en cuán comprometido se esté.
“No sé si es por la naturaleza de la carrera, porque hay parejas [en el medio] que son felices y no tienen problemas. No creo que tenga que ver con eso, sino con el compromiso. Si tú me dijeras a mí: mira te voy a poner a la mujer perfecta versus tienes que sacrificar tu carrera, pues yo prefiero sacrificar mi carrera”, expresó.
“No pusiera mi carrera en segundo plano, pero sí buscaría un balance. Un doctor que trabaja 18 horas en un hospital, que hace cirugía de corazón abierto, un ginecólogo que tiene que atender un parto a las 3 de la mañana, ellos también tienen profesiones que demandan mucho. Y ves a doctores que se divorcian, pero también hay otros que se casan y son felices. No creo que tenga que ver con la profesión, sino con encontrar a la persona correcta”, añadió.
Reflexiones
Aunque está convencido de que no existe la perfección, sino patrones inventados por una sociedad que también pretende dictar la hora correcta para formar una familia.
“No existe la mujer ni el hombre perfecto. Ese es otro problema, que la gente busca a la persona perfecta. No, tenemos que amar a la persona con sus imperfecciones. No es que sea experto en el tema, pero creo que la clave es primero enamorarse de los defectos y errores. Cuando te enamoras y empiezas a comprender que vas a compartir con esa persona aceptando sus errores, puedes tener una mejor convivencia y un matrimonio feliz”, señaló.
“La sociedad crea estándares erróneos y manda mensajes erróneos. Lo mismo pasa con la cuestión de cómo uno se tiene que ver físicamente, de todo. Ahora más con las redes sociales. La gente se casa ahora por presión social. Un hombre de 40 años que no se ha casado, algo tiene. Y la mujer a los treinta y pico empieza a pensar en cómo no se ha casado si le quedan tantos para llegar a los 40. Yo no tengo prisa. Si me enamoro a los 60, pues me casaré a los 60. El día que me vuelva a casar, quiero estar seguro, obviamente no existe seguridad ni garantía, pero yo voy a hacer todo lo posible porque mi matrimonio funcione”, agregó.
En cuanto a la polémica que ha protagonizado junto a la actriz venezolana Marjorie de Sousa debido a la batalla por la custodia del hijo en común, Matías, comentó que ha decidido guardar silencio para evitar futuros enfrentamientos.
“Yo desde el 1ro de octubre he decido no hablar más del tema, porque creo que se habló y se hizo todo lo que se tenía que hacer. Entonces estoy dejando que papito Dios, el destino y las leyes tomen cartas en el asunto. Creo que ya no vale la pena hablar tanto del tema. Pero ahí seguimos luchando, siempre se va a luchar”.
Gil se encuentra inmerso en su gira con la pieza ¿Y si me caso?, que presenta este viernes 25 y sábado 26 en el Teatro Trail, donde tendrá su última función en Miami el sábado 2 de noviembre.
La comedia también llegará a Chicago en diciembre, y a San Diego, Coachella y Los Angeles en enero, antes de continuar rumbo a México en febrero.
Además de este proyecto teatral, espera regresar a Por amar sin ley, próximamente comenzará a grabar una serie en Colombia y continuará conduciendo República Deportiva.
“Con televisa estamos a punto de que nos digan si se hará la tercera temporada de Por amar si ley. Si se hace, ahí estaré. El próximo lunes me voy a Barranquilla a hacer una serie de suspenso. Entonces estaré de lunes a viernes en Barranquilla, vendré los viernes y sábados, los domingos haré República Deportiva, y me iré el domingo en la noche a Barranquilla. Por eso es que no me puedo casar”.
Para boletos o más información sobre las funciones de ¿Y si me caso?, con Julián Gil, visite juliangil.tv.