lunes 18  de  marzo 2024
TURISMO

La Metamorfosis de Praga

Viajar a Praga es viajar por la Historia la ciudad semeja un museo al aire libre, aderezado con  construcciones de la Edad Media y algunos de los teatros más famosos
Por DARCY BORRERO BATISTA

PRAGA.-La República Checa, una nación que hace tres décadas abandonó el comunismo para forjarse como estado democrático, puede presumir ahora, más que nunca, de su extraordinaria capital, una de las más hermosas y visitadas de Europa. Praga es, de hecho, la capital de la ensoñadora región de Bohemia, a la que no en vano el español Joaquín Sabina le dedicara la canción Cristales de Bohemia.

La urbe, con poco más de un millón de habitantes, también conocida como La Ciudad de las Cien Torres o La Ciudad Dorada, dispone de numerosos atractivos que hacen creer al visitante, a cada paso, que no es posible ver algo más bello a continuación.

Y sin embargo, sí que es posible.

Desde el puente de Carlos (Karolo) hasta el reloj astronómico, pasando por la antigua taberna U-fleku, el Teatro Nacional y la Torre del Conocimiento, sin olvidar el Castillo de Praga, el visitante sucumbe al marcado ambiente medieval.

Aunque Praga no siempre ha podido conservar su brillo debido a los momentos grises que le ha deparado la Historia, no mienten las webs de viajes cuando dicen que visitarla es como introducirse en un cuento de hadas, aunque quizás sea más sensato decir que sigue siendo la majestuosa capital de un país que ha experimentado una metamorfosis en los últimos 30 años.

Tras recibir una solicitud del Representante Permanente de Checoslovaquia ante la ONU en la que se informaba que ese estado conjunto dejaría de existir el 31 de diciembre de 1992, el Consejo de Seguridad, el 8 de enero de 1993, recomendó a la Asamblea General que la República Checa y Eslovaquia fueran admitidas como Miembros de las Naciones Unidas. Tras recibir una solicitud del Representante Permanente de Checoslovaquia ante la ONU en la que se informaba que ese estado conjunto dejaría de existir el 31 de diciembre de 1992, el Consejo de Seguridad, el 8 de enero de 1993, recomendó a la Asamblea General que la República Checa y Eslovaquia fueran admitidas como Miembros de las Naciones Unidas.

“Las calles parecen creadas para el simple disfrute de los sentidos y las tiendas están decoradas con el mayor mimo imaginable. El marcado ambiente medieval que envuelve la ciudad es capaz de hacer retroceder a sus visitantes hasta tiempos inmemoriales para que nunca olviden un lugar tan especial”, se lee en la guía de turismo Civitatis.

Empezando por Praga 1, esta capital está dividida en zonas enumeradas, aunque también las guías turísticas demarcan sus barrios principales. Staré Mesto, zona conocida como la Ciudad Vieja, marca el centro histórico de Praga y es la zona por excelencia para pasear y alojarse; en tanto Malá Strana, una de las zonas más antiguas de la ciudad, se sitúa a los pies del Castillo de Praga y reúne numerosos lugares de interés.

Del otro lado del Castillo de Praga, construido por el príncipe Boivoj en el siglo IX; se creó, siglos más tarde, Hradcany, en su parte exterior. En tanto, Josefov se originó con la unión de las dos comunidades judías de Praga y, tras numerosos años de discriminación, el Barrio Judío se integró en Praga en 1850.

Se trata de uno de los barrios judíos mejor conservados de Europa y donde es posible visitar seis de las Sinagogas más importantes del centro de Europa, además de numerosos edificios que revelan cómo la Segunda Guerra Mundial marcó sustancialmente la vida de la ciudad.

Justo el barrio judío fue cuna del escritor checo Franz Kafka, famoso por sus narraciones cortas y por La Metamorfosis. Praga lo recuerda con varios monumentos honoríficos, entre ellos un cucarachón, insecto alusivo a La Metamorfosis; una cabeza giratoria de gran formato a la que se acercan decenas de turistas cada cuarto de hora para disfrutar el espectáculo y varios museos imperdibles. Justo el barrio judío fue cuna del escritor checo Franz Kafka, famoso por sus narraciones cortas y por La Metamorfosis. Praga lo recuerda con varios monumentos honoríficos, entre ellos un cucarachón, insecto alusivo a La Metamorfosis; una cabeza giratoria de gran formato a la que se acercan decenas de turistas cada cuarto de hora para disfrutar el espectáculo y varios museos imperdibles.

Uno de estos museos, ubicado en el barrio de Malá Strana, ofrece un recorrido detallado por la vida y obra del escritor que lo mismo deleitaba con apasionadas cartas a sus amantes que con precisos informes a sus jefes.

De las amantes de Kafka, resulta en extremo atractiva Milena, la periodista que publicó su obituario. Aquí un fragmento de una carta de Kafka a Milena: “¿Por qué no abandona Viena por un tiempo? ¿Usted no carece de asilo como otra gente? ¿No extraería nuevas fuerzas de una estadía en Bohemia?”.Kafka le pedía a Milena que visitara Bohemia, que era decir Praga, ciudad que muy poco nombró en su literatura pero que mucho le inspiró.

Asimismo, la Ciudad Nueva de Praga fue fundada por Carlos IV en el año 1348 y, desde entonces, pero en especial durante el siglo XX, esta parte de la ciudad ha sido el máximo testigo de la historia checa. Una historia que ha estado conectada con las guerras mundiales, el nazismo y el comunismo.

Este último fue impuesto como modelo político desde 1948 hasta 1989. En lo adelante, mediante la Revolución del Terciopelo, los checos eligieron el camino de la democracia. Los guió en ese proceso el aclamado dramaturgo e intelectual Václav Havel, cuyos restos hoy reposan en el cementerio Narovdní. Pero los años de régimen comunista en lo que fuera Checoslovaquia, marcaron profundamente la historia de esta nación que se configuró como República Checa y, al día de hoy, tiene entre sus sitios de interés, justamente, el Museo del Comunismo de Praga, donde es posible acceder a una narrativa detallada del comunismo en Praga, desde la vida diaria hasta la propaganda y la censura.

Hay además, un monumento a las víctimas del comunismo que recurre al expresionismo hasta mostrar los huesos y los cuerpos rotos, pero ubicado en el Parque del Amor, cual paradoja. Hay además, un monumento a las víctimas del comunismo que recurre al expresionismo hasta mostrar los huesos y los cuerpos rotos, pero ubicado en el Parque del Amor, cual paradoja.

Viajar a Praga es viajar por la Historia. La ciudad podría ser descrita como un museo al aire libre, aderezado con construcciones que datan de la Edad Media, entre las que se cuentan castillos, monumentos y edificios antiquísimos. Además, cuenta con algunos de los teatros más famosos y reconocidos del pasado.

En Praga se respira arte y cultura, se degustan platos tradicionales de la magnífica cocina checa y se bebe hasta la saciedad. Una de las palabras más importantes para aprender en el idioma local, dicen los guías turísticos, es pivo, cerveza en español. No se debe olvidar que República Checa es el país que más cerveza consume en el mundo, unos 150 litros por persona al año. Por ello allí se encuentra una gran variedad de marcas y tipos de cerveza, la más conocida de todas es la Pilsner Urquell, que es también la más valorada por los checos, y la primera cerveza estilo Pilsen (Lager Rubia) de la historia. Beberla en la taberna U-fleku, que data de finales del siglo XV, es un lujo que vale la pena permitirse.

El disfrute será mucho mayor si se hace el recorrido en compañía de locales y se alcanza el Monte Petrin, desde donde la vista panorámica de la ciudad, hace perder el aliento a cualquier turista.

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar