Lo que pasa en Havenfall, se queda en Havenfall

Una serie de túneles secretos, distribuidos en el corazón de las montañas de Colorado, conecta los portales de los mundos. Entre estos mundos se encuentra el helado Fiordenkill, donde rara vez se ve el sol, pero el cielo es invadido por hermosas y persistentes auroras boreales, así como miles de estrellas, que revisten al planeta de un esplendor etéreo. En Fiordenkill se viaja a lomos de osos y lobos de tamaños descomunales, y los bosques están repletos de frutas inmunes al hielo. Los habitantes de Fiordenkill son estoicos y nobles, con una magia capaz de sanar y estimular el crecimiento de las plantas.

En contraste, Byrn es un mundo abrasado por el calor de dos soles, y bajo la influencia de tres lunas. Los fenómenos meteorológicos en este planeta son violentos y duran largas temporadas, tanto en los desiertos como en mares y montañas. El uso desmedido de la magia de los habitantes de Byrn es el responsable de este clima salvaje e inhóspito. El Príncipe Plateado, quien jugará un rol indispensable en la novela, usó su magia para crear la ciudad estado Oasis es un remanso de paz en este planeta. Solo los nómadas de Byrn continúan usando su magia elemental, y se niegan a residir en Oasis, tal es su amor por la magia natural de su mundo.

El último de los tres mundos en contacto a través de Havenfall, es Haven, el mundo de los humanos, el Planeta Tierra. Es el único reino del que no se conoce magia natural. Motivo, este, por el que se lo considera un lugar neutral y el mejor emplazamiento para el punto de contacto entre los mundos antiguos. Pero para proteger la existencia de Havenfall, y de la unión entre los mundos, es necesario controlar cuidadosamente el filtrado de información. Lo que pasa en Havenfall, se queda en Havenfall, como suelen bromear Maddie, la protagonista, y su tío Marcus.

En el pasado hubo otros mundos conectados por Havenfall, pero sus conexiones fueron bloqueadas o dañadas, y se ha perdido registro de su existencia. Sin embargo, hay un mundo cuyo nombre aún resuena en las mentes de los miembros del pacto: Solaria. El portal a Solaria fue sellado años atrás, tras un suceso que involucró a la familia de Maddie y terminó en tragedia. Solaria es un núcleo de magia antigua y poderosa, y sus habitantes están vinculados con las leyendas sobre genios, demonios y vampiros que abundan en Haven. A veces se los llama devoradores de almas. Solaria carece de sol, en su lugar, el cielo al completo es de un dorado brillante. Los solarianos no poseen una forma fija, ya que son capaces de metamorfosearse. Se sospecha que algunos solarianos escaparon a la Tierra antes del sellado del portal.

Los habitantes de los mundos antiguos están forzados a residir en su planeta, pues no son capaces de sobrevivir más allá de unas pocas horas en un mundo distinto, con la única excepción de los oscuros solarianos. Esta dependencia del efecto neutral y benigno de Havenfall para las relaciones entre los mundos hace aún más importante la necesidad de proteger el verdadero propósito de la remota posada, perdida en mitad de las montañas.

Durante generaciones, la posada de Havenfall ha protegido a todos los que buscan refugio dentro de sus muros. Pero sus normas son estrictas, y cualquiera que interrumpa la paz nunca podrá regresar. Para Maddie Morrow, los veranos en la posada son más que una oportunidad de experimentar la magia y la presencia de seres de mundos desconocidos. Havenfall es un escape de la realidad, de su realidad, en la que su madre se encuentra en el corredor de la muerte acusada de asesinar al hermano de Maddie. Havenfall es también el lugar en el que Maddie se enamoró del apuesto soldado Brekken. Y es donde un día espera heredar el papel de posadero de su querido tío. Puesto que Maddie desciende del linaje de los Posaderos, los encargados de custodiar el lugar seguro, el Omphalos, Havenfall.

Todo parece seguir el ritmo habitual, en el que la muchacha reside en Havenfall al terminar el curso escolar. Pero este verano sucede lo imposible: se encuentra un cadáver en el santuario, y su presencia destruye todo lo que representa la posada para los mundos. Con Brekken desaparecido, su tío Marcus gravemente herido, víctima de una dolencia desconocida, y una criatura peligrosa suelta en los alrededores, Maddie de repente se hace responsable de la seguridad de todos en Havenfall. Deberá asumir las responsabilidades de Posadera mucho antes de lo que esperaba.

Fiel a sus obligaciones, hará cualquier cosa para descubrir la verdad, incluso si eso significa trabajar junto con una nueva empleada, Taya, que parece saber más de lo que está contando, y parece ser inmune a la magia. A medida que se revelan oscuros secretos sobre la posada en sí, Maddie aclara una cosa: no se puede confiar en nadie y nadie está a salvo, la posada no es un lugar seguro, sino un telar de araña. Y la Posadera está lejos de ser la araña más grande.

Más sobre Sara Holland

Sara Holland creció a medio camino de la vida rural y tranquila de Minnesota y los innumerables mundos de ficción de los libros. Antes de dedicarse a la literatura, trabajó en una casa de té, en un consultorio odontológico y en el capitolio estatal, antes de dirigirse a Nueva York.

En la actualidad, se la puede encontrar explorando las librerías de la ciudad o buscando nuevas formas de introducir cafeína en su torrente sanguíneo. Everless y Evermore son otras de sus obras que se pueden encontrar publicadas bajo la colección de Puck.

Aquí puede encontrar el libro.