MALAGÁ.- Lejos de los espectáculos musicales de años anteriores, la 35ta edición de los premios Goya arrancó el sábado con un emotivo homenaje a las víctimas de la pandemia del coronavirus, que ha azotado con fuerza a España.
MALAGÁ.- Lejos de los espectáculos musicales de años anteriores, la 35ta edición de los premios Goya arrancó el sábado con un emotivo homenaje a las víctimas de la pandemia del coronavirus, que ha azotado con fuerza a España.
Tras dar la bienvenida a los nominados, que seguían la ceremonia por videollamada desde sus casas, un sobrio Antonio Banderas guardó un momento de silencio sobre el escenario del teatro Soho de Málaga, acompañado del personal técnico que trabajaba en la gala. Una orquesta, los únicos presentes en la platea, amenizaron la velada.
El director Alejandro Amenábar y el actor Antonio de la Torre, encargados de entregar algunos de los primeros trofeos de la noche, iniciaron sus intervenciones recordando a algunos amigos fallecidos a causa del COVID-19.
“Somos contadores de historias y eso es lo que haremos, contaremos la historia de estos días, cada uno a su manera (...) la profundidad de las heridas abiertas, aquello que nos emocionó, que nos hizo llorar, que nos asustó", dijo Banderas en su monólogo inicial.
Entre los primeros ganadores, Pilar Palomero se llevó el Goya a la mejor dirección novel por su ópera prima, “Las niñas”, una de las favoritas de la noche.
Poco después la cantante Rozelén ganó el premio a la mejor canción original por “Que no, que no”, de la película “La boda de Rosa”.
FUENTE: AP