MIAMI.- La obra Órgia escrita y dirigida por Rocío Hoces y Julia Moyano representado a España, abrió la 38 edición del Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami, entregándole al público un espectáculo bien concebido en su estructura general, aunque innecesariamente feminista y androfóbico.
El texto y puesta en escena están basados en testimonios y hechos reales ocurridos en el tristemente célebre manicomio Miraflores, en Sevilla, un centro donde (se narra), internaban por distintas razones a mujeres, incluso desde los 7 años, y muchas murieron en el lugar.
La obra es un conjunto escénico dinámico, moderno, con gran apoyo en la multimedia, que consigue crear una atmósfera sobrecogedora, en la que un grupo de cinco trabajadoras sociales que laboraron como cuidadoras en el siquiátrico, cuentan sus vidas y lo que allí vivieron. Estas mismas mujeres se desdoblan en las internas, alcanzándose un juego teatral exitoso.
Durante la hora de espectáculo, el colectivo de actrices combina sus parlamentos sentando las pautas de la obra, mientras ejecuta varias acertadas coreografías que le brindan plasticidad y movilidad al espectáculo. Muy lograda la escena donde un centenar de medicamentos van cayendo al suelo, mientras relatan con naturalidad distintos episodios.
Otro momento acertado acontece cuando cada actriz, interpretando a alguna enferma, se desplaza por el escenario seguida por una cámara de video, que se proyecta en la pantalla que cubre toda la escena. En general las coreografías resultan exitosas.
Órgia busca ser provocativa desde el propio título, pues el espectador lo lee como orgía, y muy bien podría serlo, una orgía de sangre, abuso, dolor, maltratos y excesos generalizados.
El texto lanza gratuitos ataques a los hombres. Sin embargo, se dice que las monjas que regentaban el siquiátrico eran crueles e inhumanas, y se describen a las trabajadoras también como mujeres a cargo, de manera que lo bueno y malo que allí tenía lugar, respondía a féminas. Es necesario resaltar que existen centros siquiátricos para hombres, donde también ocurren los mismos horrores, a partir de las mismas premisas.
Independientemente del enfoque feminista la propuesta de la compañía española La rara lleva un mensaje de denuncia social, un grito de no más, un reclamo de dignidad para los enfermos encerrados en manicomios. Por ello el acertado final, cuando se realiza el Festival Salta la Tapia, que marcó el cierre de esa institución sevillana.
El trabajo de las actrices se proyecta con sencillez y para una obra como Órgia es un aporte más. Cristina Almazán, Eloisa Cantón, Eva Gallego, Julia Moyano y Rocío Haces, desarrollan sus personajes con fluidez, permitiendo que todo ocurra con soltura, incluso realizando los cambios de ropa, y hasta desnudos en escenas que transcurren con naturalidad.
Sin dudas, Órgia es una obra para un festival de teatro, reúne todos los elementos que la apartan de lo manido, para alcanzar un clima dramático que impresiona al público.