Plasencia Cigars, una historia de éxito y perseverancia

Y que posteriormente pasó a manos de Sixto Plasencia Juares, sobrino de Eduardo Plasencia, quien impulsó un patriarcado que este Día del Padre honra una historia de lucha, superación, resiliencia y altruismo que se expande a 75 países, impulsando iniciativas de sostenibilidad y estableciendo centros preescolares y de desarrollo infantil en Nicaragua y Honduras, países donde la marca siembra y produce el tabaco.

Un imperio en desarrollo que en el año 1920 vivió su primera expansión con la apertura de la finca Corojal, que dos décadas más tarde comenzó a exportar y vender tabaco a grandes empresas, y en la que se incorporó al negocio Sixto Plasencia Pérez, hijo de Plasencia Juares.

Sin embargo, el devenir del sueño se vio truncado debido a la agitación política y social que estalló en el año 1959, cuando las granjas fueron confiscadas, por lo que Sixto Plasencia Pérez y su familia debió huir a México y posteriormente trasladarse a Nicaragua.

“Mi abuelo lo único que supo hacer toda su vida fue producir tabaco, por lo que perderlo todo de la noche a la mañana fue muy duro. Por otra parte, mi padre y mi tío eran adolescentes de 13 y 14 años cuando se vieron obligados a enfrentar el destierro y el exilio, una época difícil, pero en la que todos unidos como familia supieron sobreponerse, reinventarse, y continuar desarrollándose como productores de tabaco, pero esta vez desde Nicaragua”, dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS José Luis Plasencia (29), líder y representante de la marca en Estados Unidos.

Cada crisis, una nueva oportunidad

La historia de la familia Plasencia personifica el éxito, pero también la lucha incesante y el exilio, ya que después de establecerse en Nicaragua durante 15 años, nuevamente tuvieron que emigrar tras el devenir de los procesos políticos, sociales y económicos que enfrentaba el país, lo que los obligó a comenzar de cero, pero esta vez en Honduras.

“Nunca hay que rendirse y jamás hay que dejar de luchar por los sueños. Este mensaje es parte fundamental del legado de nuestra familia inmigrante, ya que, incluso estando establecidos en Honduras, vinieron décadas sumamente difíciles porque fuimos atacados por muchas pestes que destruyeron cientos de plantaciones. No obstante, nunca nos rendimos y seguimos trabajando duro con pasión”, reveló José Luis Plasencia, cuya historia familiar tiene tantas trabas como etapas tiene la producción misma del tabaco.

“Este es un trabajo lento y paulatino en el que se requiere esperar un mínimo de 5 años, desde que la semilla de tabaco es sembrada hasta que el puro puede ser degustado. Un proceso lleno de mística en el que se ejecutan más de 520 pasos y que requiere 250 pares de manos para dar vida a un puro”, reveló José Luis Plasencia, quien desde el año 2017 instauró la marca en Estados Unidos en su más reciente proceso de expansión.

“El negocio familiar siempre fue producir tabaco y vender esa materia prima a las fábricas. Luego entramos al rubro de la manufacturación, y comenzamos haciéndolo para terceros, hasta que mis hermanos y yo, en nuestro afán de expandir aún más nuestro legado a las próximas generaciones, decidimos dar vida a nuestros propios productos que desde Estados Unidos se exportan a nivel mundial”, reveló el joven empresario encargado de distribuir la marca Plasencia Cigars, importada directamente desde sus fábricas en Honduras y Nicaragua.

Sello de calidad

Con la ventaja competitiva de estar verticalmente integrados, Plasencia Cigars destaca por ser una marca que controla desde el tipo de semilla que se siembra hasta la ubicación donde la misma crecerá. Fiscalizando de este modo la región de producción y, por consecuencia, el sabor del puro que depende del suelo, el clima, y del proceso de fermentación y añejamiento que ellos ejecutan.

“Al contar con nuestras propias fincas de producción en territorios diversos, tenemos el control total del tiempo de producción que se requiere para dar vida a un tabaco de alta calidad”, dijo el líder de la marca en Estados Unidos, cuya empresa familiar en temporada alta brinda empleos a más de 10 mil personas.

“Como familia creemos que este es un producto que Dios puso en el mundo para dar trabajo, porque son miles de personas las que reciben empleo en áreas de curado, fermentación, añejamiento, producción, y empaque. E impulsados por esta vocación de emprendimiento y por nuestra gratitud a quienes ayudan a dar vida a este producto maravilloso, es que el año 2013 abrimos nuestro primer centro preescolar y de desarrollo infantil para los hijos de los empleados y las comunidades locales”, finalizó José Luis Plasencia dando cuenta de una labor altruista que no cesa y para la cual la marca destina cada año un porcentaje importante de sus ganancias con el fin de impulsar proyectos sociales en Nicaragua y Honduras.

Cabe destacar que Plasencia Cigars en la única marca en Estados Unidos que ha logrado patentar un cigarro orgánico cuya certificación de la Asociación para el Mejoramiento de Cultivos Orgánicos (OCIA, por su sigla en inglés), da cuenta de la alta calidad de su fertilizante orgánico basado en la lombricultura, además del uso de extracto de ajo y la plantación de girasoles, protocolos que previenen y alejan de forma natural las pestes y los insectos de sus plantaciones.

Para más información, visite www.plasenciacigars.com o su perfil en Instagram @plasenciacigars.