FRÁNCFORT, Alemania.- Los intentos de retirar libros sobre cuestiones raciales o de la comunidad LGBTQ se multiplican en Estados Unidos, alertaron esta semana en la Feria del Libro de Fráncfort editoriales y defensores de la libertad de expresión que resisten a esta ofensiva.
En Estados Unidos se ha registrado en los últimos años un fuerte aumento de la prohibición de libros considerados excesivamente progresistas en escuelas y bibliotecas públicas, impulsada por grupos conservadores de derecha.
Según los datos de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas, en 2020 apenas hubo 300 títulos que fueron objeto de impugnaciones en todo el país. Para 2023, la cifra superaba los 9.000, advirtió esta entidad que rastrea estos casos desde 1990.
"Odio manifestándose en la cultura"
"Es una misión ideológica de personas de derecha", dijo a la AFP Jon Yaged, director ejecutivo de Macmillan Publishers, algunos de cuyos títulos han sido impugnados en Estados Unidos.
"Esta es solo la instancia más reciente del odio manifestándose en la cultura", opinó Yaged en la feria de Fráncfort, la más grande del mundo, donde el tema fue debatido intensamente.
La asociación global de escritores PEN International dice que hay una tendencia global en este sentido y reportó un "aumento dramático en las prohibiciones de libros y la censura" en tiempos recientes, desde Afganistán hasta Rusia.
En Estados Unidos, los grupos conservadores que impulsan la eliminación de ciertos libros rechazan las acusaciones de censura y argumentan que pretenden limitar el acceso a material inapropiado.
Impulso educativo conservador
Los conservadores estadounidenses llevan años luchando contra lo que consideran una agenda progresista en la educación, y cuentan ahora con el apoyo de la administración del presidente Donald Trump.
Según la ALA, las razones más comunes para impugnar libros en 2024 fueron acusaciones sobre obscenidad en libros para menores, personajes o temas LGBTQ y discusión de temas sensibles, como los raciales.
Entre los títulos más atacados se encuentran "No todos los chicos son azules", una colección de ensayos sobre las experiencias del autor George M. Johnson, que creció como un hombre gay afroamericano en Estados Unidos.
Otros incluyen "Ojos azules", de Toni Morrison, que presenta descripciones de abuso sexual y temas raciales, y "Las ventajas de ser invisible", una novela de Stephen Chbosky que incluye consumo de drogas y sexo entre adolescentes.
Activistas conservadores y políticos locales, particularmente en estados liderados por republicanos, son a menudo quienes presionan a las juntas escolares para prohibir libros, pero los esfuerzos están adoptando formas cada vez más diversas, según la rama estadounidense de PEN.
Por ejemplo, legislaturas en algunos estados han aprobado leyes que buscan restringir el acceso a ciertos títulos, algunos políticos han emitido listas de libros que contienen material "explícito" y varios distritos escolares han emitido listas recomendando "no comprar" ciertas obras, según el grupo.
Florida, el epicentro
Según PEN, el estado donde más restricciones a libros escolares se documentaron el año pasado fue Florida. Su gobernador, el republicano Ron DeSantis, impulsa políticas educativas conservadoras que incluyen la prohibición de discutir sobre sexualidad e identidad de género en el aula.
Quienes hacen campaña para limitar el acceso típicamente argumentan que buscan proteger a los jóvenes.
El grupo conservador Moms for Liberty (Madres por la libertad) dijo recientemente que "impugnar la colocación de materiales obscenos en bibliotecas escolares no es censura ni prohibición".
Solo busca "evitar que los niños estén expuestos a materiales inapropiados para su edad", alegó en un comunicado.
Editoriales como Macmillan, Penguin Random House y HarperCollins o autores y grupos de defensa de la libertad de expresión han presentado acciones legales contra las restricciones, con algún éxito.
En algunos distritos escolares, miembros de la comunidad, desde padres hasta autores y estudiantes, también han luchado contra las prohibiciones de libros.
Los autores perciben un clima cada vez más adverso para las obras que representan a grupos minoritarios, incluso más allá de Estados Unidos.
"Está empeorando a nivel global", dijo a la AFP el autor estadounidense-español Lawrence Schimel, cuyos libros, que presentan niños con padres del mismo sexo, han tenido problemas en Rusia y Hungría en los últimos años.
A pesar de los desafíos crecientes, Yaged, de Macmillan Publishers se mostró decidido. "Mientras haya libros, habrá personas tratando de prohibir libros", dijo. "Y no han ganado mientras sigamos luchando".
FUENTE: AFP