viernes 4  de  octubre 2024
TURISMO

Saint Martin, el paraíso compartido

Esta isla caribeña, repartida entre franceses y holandeses, cuenta con un encanto terrenal que es coronado por la cultura afrocaribeña

La mayoría de las islas del mar Caribe comparten un paisaje común, que dado por playas de blanca arena, montañas y mar color turquesa invitan al reposo. Sin embargo, la isla de Saint Martin cuenta con la peculiaridad de ser francesa y holandesa, al mismo tiempo que tiene por arraigo la cultura afrocaribeña que distingue al arco de las Antillas Menores.

Saint Martin apenas supera la centésima parte del territorio de Puerto Rico, pero su paisaje denota la belleza tropical  que complace al más exigente. Esta tierra, que fue descubierta por España en 1493, pero repartida entre Francia y Holanda más tarde, cuenta aún con la línea divisora que separa a ambas metrópolis, pero sin la discordia de antaño ni el paso de fronteras.

De hecho, la zona administrada por París apuesta por la moneda euro, mientras el lado de Ámsterdam, que realmente es parte de la mancomunidad de Antillas Neerlandesas, utiliza el guilder o el dólar estadounidense. Separación que incide en el modo de vivir y la manera de divertirse.

 

Paraíso tropical

Una de las mayores atracciones de la zona francesa de Saint Martin es la oferta de deportes acuáticos. En el extremo norte de la isla hay una inmensa zona protegida que tiene por altar el islote Pinel, a donde puede llegar en bote. Es un parque natural marino que tiene dos playas muy bien cuidadas (una para todos y otra para quien quiera andar desnudo), así como un restaurante campestre con pesca propia de mariscos.

 

Gastronomía

En Marigot, la villa capital del lado francés, hay locales como La Vie en Rose, en la esquina de Boulevard de  La France y Rue de la République, que tiene a la cocina gala por tarjeta de presentación.

Si prefiere un local que descansa frente al mar, donde las paredes lucen 20.000 colores y puede escuchar música reggae, Calmos Café es el lugar.

 

Tarde y noche

Si prefiere irse de compras, la localidad de Philipsburg, situada en el lado holandés de la pequeña isla, cuenta con una atractiva oferta de tiendas de souvenirs, boutiques de marca y joyerías con atractivos precios.

En la tarde, cuando la noche invita a la diversión, la zona Maho Bay es el refugio de quienes quieren bailar o probar suerte en los juegos de azar. Los holandeses son más flexibles y permiten la proliferación de los casinos que no encontrará al otro lado de la isla.

 

A tener en cuenta

La isla cuenta con una atractiva oferta de hoteles y casas de huéspedes ubicadas en entornos naturales. Consulte el portal cibernético St-Martin.org, disponible en francés, inglés y español, para obtener información detallada sobre el destino turístico.

 

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