Lo primero que muchos marineros ven al acercarse a la costa de Estados Unidos es la señal de un faro en Maine. El estado más grande de los seis que conforman la región de Nueva Inglaterra es el que está situado más al este, a orillas del Atlántico. Actualmente aún quedan en la costa atlántica de Maine, de casi 400 kilómetros de extensión, 68 faros, que no solo son importantes para la navegación, sino que también atraen a numerosos turistas.
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El faro de Head Light, de 24 metros de alto, vigila la entrada al puerto de Portland.
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Portland Head Light
A este faro, de 24 metros de alto, que vigila la entrada al puerto de Portland, se puede llegar rápidamente desde Portland, la ciudad más grande de Maine. Es el veterano entre los faros del estado, y viene guiando a los barcos desde el 10 de enero de 1791, más tiempo que ningún otro faro en Maine, además, desde 1989 nadie lo vigila, porque desde ese entonces es operado automáticamente. En la antigua vivienda del faro está instalado un museo. Portland Head Light se puede fotografiar muy bien desde el parque Fort Williams, un antiguo terreno militar ubicado junto a la torre.
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El faro Two Light está situado en Cape Elizabeth, alsur de Portland.
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Two Lights
Muchos visitantes toman el camino equivocado para llegar al faro Two Lights en Cape Elizabeth, situado al sur de Portland.
Antes de llegar al faro se divisan altramuces florecientes y tupidos rododendros en los jardines delante de las casas situadas junto al mar. Una pequeña lengua de tierra separa una bahía poco profunda del Atlántico. El faro, construido en 1879 y de casi 17 metros de alto, es un bonito motivo fotográfico. En 1929, el pintor Edward Hopper inmortalizó el faro en un cuadro que actualmente pertenece al Museo Metropolitano de Arte en Nueva York. El faro está situado en un terreno privado vallado, muy cerca de otro faro, que en el pasado dio el nombre al conjunto Two Lights (Dos Luces).
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Para llegar al pequeño faro de Pemaquid Point el viaje en coche desde Portland dura poco.
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Pemaquid Point
El viaje en coche desde Portland al pequeño faro dura poco más de 90 minutos. La mayor atracción son rocas escarpadas que en largas líneas descienden desde los pies del faro al agua. Las rocas tienen formas caprichosas, moldeadas con el tiempo por las mareas y con muchos agujeros llenos de agua de mar. Aquí también pueden desahogarse los aficionados a la fotografía. Poco más de 30.000 visitantes llegan para subir los 30 escalones que llevan a la lámpara del faro Pemaquid Point, construido en 1835.
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Marshall Point: el faro señaliza la entrada este al pequeño puerto de Port Clyde y está situado a poco más de 30 minutos en coche al sur de Rockland.
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Marshall Point
En la película Forrest Gump, Tom Hanks hace durante mucho tiempo footing por Estados Unidos, de costa a costa. En el Atlántico da la vuelta junto a un faro de solo poco más de siete metros de altura situado al final de un camino de madera de 30 metros de largo: Marshall Point. El faro señaliza la entrada este al pequeño puerto de Port Clyde y está situado a poco más de 30 minutos en coche al sur de Rockland.
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El faro Owls Head.
CORTESÍA
Owls Head
En el puerto de la pequeña ciudad de Rockland se abre una amplia bahía. En el extremo sureste de la bahía asoma por las copas de los árboles del Owls Head State Park un pequeño faro. En el camino al faro los automovilistas pasan junto a atracaderos para barcos que se usan para la pesca de langosta, una de las principales ramas económicas de la región. En las tiendas de las localidades cercanas, la langosta solo cuesta 7,50 dólares (6,80 euros) la libra. La mirada hacia el Atlántico llega muy lejos y también el silencio envuelve el faro y el océano.
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En la bahía antes de llegar a Rockland se encuentra probablemente el faro más extraordinario de la costa de Maine.
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Rockland Breakwater
En la bahía antes de llegar a Rockland se encuentra probablemente el aro más extraordinario de la costa de Maine. Pioneros del Ejército construyeron allí entre 1881 y 1899 un dique de más de 1,3 kilómetros de longitud para proteger la ciudad de las fuertes tormentas de invierno. Al final del dique, el Rockland Breakwater Lighthouse, construido en 1902, señaliza la entrada a un puerto seguro.
El camino que conduce al faro no está exento de peligro. Hay que llevar buenos zapatos y tener cuidado de no meter el pie en los profundos agujeros entre los bloques de granito. Cuando llueve, el camino se vuelve resbaloso y ya hubo excursionistas que fueron fulminados por rayos en el dique.