[email protected]
@JesusHdezHquez
[email protected]
@JesusHdezHquez
MIAMI.- Viajar al extranjero conlleva a gastos mayores, pero hay destinos donde los precios resultan ser más económicos. Por ello proponemos tres lugares, donde el turismo es rey y el dinero le rinde más.
Al pie de la cordillera de Los Andes, donde la tierra parece prevalecer en su estado puro, está Mendoza con sus amplios viñedos y buen vino. Un valor agregado que atrae la atención de quienes gustan beber y conocer los misterios de la fabricación del caldo que proviene de la uva.
Es el vino la gran atracción turística de Mendoza. Zona vinícola argentina que tiene a la uva malbec por gran protagonista, aunque también cultivan la syrah, el cabernet sauvignon y el merlot. Variedades de origen francés que encontraron buen clima al pie de la gran cordillera a finales del siglo XIX, donde son minuciosamente combinadas hasta lograr mezclas muy atractivas.
Entre las varias atracciones de la zona resalta la posibilidad de pernoctar en un buen albergue u hotel establecido en el territorio de la bodega. Oportunidad sin igual que sirve para ver de cerca el cultivo del preciado fruto, la recogida que, tal como en España, llaman vendimia. Capítulo intermedio de un largo proceso que conlleva a la selección y posterior elaboración del preciado caldo.
La Paz
La ciudad capital de Bolivia yace en un gran hoyo rodeado de los altos picos de Los Andes. Una singular urbe que cuenta con el título de la más alta del mundo a unos 3.650 metros de altitud sobre el nivel medio del mar, donde la vida de la gente transcurre atada a la cultura milenaria.
Sobre el lado sur de la ciudad, precisamente en el casco histórico, la Plaza de San Francisco anuncia la presencia de los cientos de vendedores ambulantes. Una imagen caracterizada por el traje típico de la mujer de la zona, cuyo vestir, con larga falda de colores y pliegues, chal y sombrero negro, anuncia el clima templado incluso en verano.
A un lado de la plaza está la Basílica de igual nombre. Una auténtica joya de la llamada arquitectura barroco mestiza construida en 1549 y reedificada hacia 1785 tras una fuerte nevada que destruyó el techo.
Detrás de la gran iglesia, donde las calles no parecen tener fin, una legión de autoproclamadas hechiceras evoca las viejas enseñanzas precolombinas. Hay adivinadores, curanderos y vendedores que se agolpan en las aceras para ofrecer desde amuletos y plantas medicinales, hasta brebajes mezclados con plantas o cabezas de serpientes.
Hace unos años, la ciudad capital de Ecuador apenas era mencionada como punto de enlace para viajar a las Islas Galápagos. Ahora Quito luce su casco histórico e incorpora más hoteles.
Nadie habla de sucres, la antigua moneda nacional, porque el dólar estadounidense es el dinero que rige el país. Conveniente disposición que evita el confuso canje de divisas, al mismo tiempo que mantiene los precios sustancialmente bajos, acorde al nivel de vida en el país sudamericano. Un atractivo que beneficia al turista del norte con sus dólares en el bolsillo.
De hecho, Quito aparenta ser una modesta ciudad sin muchos atributos modernos, pero basta curiosear para darnos cuenta de que los quiteños lograron construir su capital en medio de los inconvenientes que suponen la irregularidad de las alturas.