Las respuestas a las interrogantes de la realidad suelen estar, en la historia de la autora, en el mundo de los sueños, un espacio sin fronteras espaciales y de imaginación. Es así como la incursión de André a las profundidades del mar, allí donde los delfines son hermanos de los hombres, es posible.
La editorial
El libro fue publicado bajo el sello editorial MEL Projects, una agencia que asiste al autor en el proceso creativo de la escritura a través de distintos programas de coaching creados por María Elena Lavaud, y le facilita la edición de sus textos.
Con casi 20 años de ejercicio del periodismo en radio y televisión, además de su experiencia como autora, publicada por editoriales en España, Colombia, EEUU y Venezuela, Lavaud pone en práctica un sistema de entrenamiento de escritura basado en cuestionarios.
Según indicó Lavaud a DIARIO LAS AMÉRICAS, “el año pasado publicamos 15 títulos que van desde cuentos infantiles, pasando por compilaciones de relatos cortos, literatura fantástica y erótica y biografías, hasta un planner y un libro de colorear”.
“Este año activaremos varios workshops a través de una plataforma que he llamado ‘Escritores anónimos’, pues la idea es hacer grupos pequeños de personas que quieran descubrir conmigo que la escritura es un acto terapéutico que siempre genera una transformación”, añadió la editora.
La autora
En diálogo con DIARIO LAS AMÉRICAS, la autora se refirió a algunos de los pormenores de su creación literaria.
Magly Bello-Luy, licenciada en letras de la Universidad Central de Venezuela, ha escrito varias obras de teatro. En particular la pieza Las Invisibles se llevó a escena en Miami y Caracas en 2012. Además del teatro y la novela que acaba de publicar, la venezolana prepara una trilogía poética, que saldrá a la luz próximamente.
Bello-Luy lleva “casi 11 años sin ver El Ávila”. Reside en EEUU desde 2010.
La escritora venezolana Magly Bello-Luy cortesía
La escritora venezolana Magly Bello-Luy.
Cortesía/MEL Projects
Magly, ¿cuándo comenzó su interés por escribir?
Mi pasión por poner en papel lo que sentía y pensaba comenzó en la misma época en que descubrí mi amistad con los libros. Tendría 9 años y todavía vivíamos en La Pastora, una de las parroquias más queridas de Caracas.
Mi abuelo Marcos tenía una biblioteca de colección. No eran muchos ejemplares pero estaban bajo llave, por lo que intuí que eran muy valiosos. Tendría que esperar a tener la edad suficiente para poder tocarlos. Eso nunca pasó. Pero me dejó la inquietud de ir buscando otros por mi cuenta y así fueron cayendo en mis manos por diferentes vías libros, libros y más libros que textualmente amé y devoré.
Por supuesto, hubo casos muy fuertes de odio que sacaron de mis labios un contundente “más nunca voy a leer” como el que me produjo María, de Jorge Isaacs, tanto que le escribí una carta a ese señor para decirle que no tenía ningún derecho de “mandar a matar” a una mujer tan buena y sufrida, y truncar un amor verdadero.
Me prometí reescribir algún día su historia. En esa época uno de mis tíos debe haber dejado mal puesto El lobo estepario. A esa edad, por supuesto, leerlo me confundió mucho, pero creo que me puso en el camino de los grandes, desde chiquita.
En mis cumpleaños pedía de regalo dinero y me iba con mis billeticos enrollados de compra. Amaba los veranos, porque podía leer toda la madrugada sin que me mandaran a apagar la luz. En mi casa era muy común que llegaran agendas/calendarios de regalo en Navidad. Yo las perseguía, y si acaso no llegaba ninguna, comenzaba la cacería en casa de familiares y amigos hasta conseguirla. Olían a cuero y a tinta fresca. Nunca pude reconciliarme con las que tenían dos o más días en una misma página, recibir una de “esas” me hacía llorar: ¿Cómo va a caber todo lo que pasa en un día en una página dividida?
Todavía conservo algunas y me llena de ternura esa niña de letras redondas y marcadas para quien una línea en blanco era un universo donde jugar. Es mi primera memoria de cuando comencé a escribir poesías y canciones y una que otra historia de despecho…
Ubica buena parte de su novela en Venezuela. La fuerza del Caribe y de sus costas son escenario de estos pasajes fantásticos. ¿Por qué seleccionó esos lugares?
Venezuela, además de ser mi país amado, es referente mundial por la belleza de sus paisajes, la calidez y sensualidad de su gente, su clima y un sin fin de razones que me ofrecían el escenario perfecto para desarrollar mis personajes y soltarlos a vivir sus sueños.
No hacer uso de esa memoria sería un trabajo arduo, inútil e injusto conmigo. Aún así, quise también retratar Italia, la tierra de mis ancestros, y Nueva York como ícono del mundo cosmopolita y destino añorado de creadores de sueños.
Mi intención fue amalgamar estas geografías contrastantes en un mismo relato y dejar abiertas las fronteras al mundo de los sueños, donde no existen líneas divisorias de ninguna índole.
Tras incursionar en el teatro y la poesía, llega a la novela. ¿Cómo dio este salto?
Explorar géneros afina la pluma, desempolva los miedos, te permite buscar una voz propia, mientras se transita el camino de encontrar la historia que quieres y necesitas contar. Creo además que estamos en un momento determinante de la humanidad donde el cambio e incluso ruptura de los cánones está marcando las diversas formas de acercarse a los procesos creativos.
Si bien en cada período de la historia hemos podido identificar caminos, tendencias y formas, en este momento influyen además los medios de comunicación disponibles que marcan sobre todo “el momento” creativo. En nuestro ahora cualquiera puede ver en las redes el instante mismo en el que se está pintando una obra en Australia y el observador puede además intervenir y compartir con el artista en vivo, en línea; están la obra y el feedback instantáneo.
Aunque para algunos esta realidad pueda resultar nociva y perciben los cánones como estructuras rígidas, para otros, como yo, resulta estimulante. Me impulsa a mostrar sin recelo todos mis procesos y todas mis creaciones: poesía, teatro, novela, lírica musical, blogs, podcast, y utilizar las maravillosas herramientas del marketing digital para difundirlas.
¿Cómo surgió la idea para esta novela?
El mundo de los sueños, su simbología, las explicaciones que ha dado la ciencia versus las historias encontradas en libros sobre civilizaciones milenarias donde los ensoñadores y chamanes explicaron los sueños, siempre generaron en mí intriga y desconcierto.
Mis búsquedas dejaban una gran incógnita por resolver. Freud y Jung desde el mundo científico seguidos de libros sobre símbolos, de religiones donde se culpa al que sueña versus otras donde los reyes no daban la orden de atacar sin el consejo del soñador de la corte.
Tengo en mi mesita de noche un cuaderno donde, desde hace mucho, escribo mis sueños, o por lo menos los boceteo para poder recordarlos al día siguiente. Aprendí ejercicios de meditación para estimular mis alertas, ponerlos en práctica antes de dormir y al despertar me permiten tener acceso a mis sueños en todo su esplendor. Poco a poco se fue perfilando mi historia y decidí contarla.
Esto fue posible además por el apoyo profesional e incondicional de MEL Projects en la persona de María Elena Lavaud. Su conocimiento del mundo de las letras, del proceso editorial y sobre todo la fuerza y el cariño que imprime en cada consejo que da, hace que uno dé pasos más seguros y decididos en el proceso.
¿Por qué su interés en el sueño como recurso narrativo?
Más bien diría que es el género de literatura fantástica el que permite narrar el mundo de los sueños sin colocar barreras que limiten la prosa. Es un recurso que permite explorar y contar desde una libertad que, como el realismo mágico, no tiene ataduras.
Hay elementos recurrentes, como el tatuaje de un ancla, un anciano que tararea Nessun Dorma o un lunar en una mejilla. ¿Cuál es la importancia de las señales en el libro?
Estos elementos/claves te permiten reconocer a los personajes en los diferentes “mundos”, esos “aquí” y “allá” en los cuales habitan, bien sea en el cuerpo de un centauro o en el de una sirena.
¿Tenemos que escuchar más a nuestros sueños?
Sentir los sueños, vivirlos. No hacerlo sería como ignorar los eventos que conforman y dan sustancia a tu propia existencia.
Prepara una trilogía poética. ¿Cuál es la línea de esos libros que se publicarán próximamente?
Cada libro refleja una etapa de mi vida , Abriles, por ejemplo, contiene poemas escritos en mi niñez. Son ligeros, ingenuos y están cargados de la inocencia que traemos puesta cuando recién llegamos a este mundo.
Luego le siguen Tras la puerta y Revelada. Son poemas muy íntimos que no pretenden más que mostrar a través de versos breves o prosa rimada, la cronología de cualquier mujer.
Estarán enmarcados en fotografías en blanco y negro, colorizadas según el elemento que lo identifica. Abriles es azul: transparencia/agua; Tras la puerta es rojo: furia/fuego; y Revelada es amarillo: oro/tierra.
@GrethelDelgado_
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