MIAMI.- Tras el infortunio de la pandemia de coronavirus, el teatro de Miami vuelve a reanimarse con festivales, nuevas propuestas y hasta con celebraciones, como la de Arca Images que festejó sus 20 años de fundada con el estreno mundial de Vuelve a contármelo todo, de Abel González Melo, una producción pospuesta por un año y que finalmente llega a las tablas bajo la dirección de propio autor (desde España) y la colaboración de Larry Villanueva (en Miami).
González Melo estructura una pieza compleja que va más allá del teatro dentro del teatro y de su soporte en Macbeth de Shakespeare, para acercarla a la esencia del “theatrum mundi”, el gran teatro universal, donde todo se imbrica y se hace escena, es decir, vida, amor, acción, traición, dolor, envidia, debilidad, magia y fe.
Vuelve a contármelo todo abre con la manzana rodando por el piso, bíblica y shakespiana, indicando el inicio de todo lo bueno y malo que habrá de venir. Él, con años en una compañía de teatro, Ella, recién llegada. Pero este es apenas el detonante en esta pieza donde lo importante es el juego escénico lleno de símbolos y referencias. Los actores, Adrián Mas y Laura Alemán, se adentran en un difícil texto, muy cargado, con constantes rompimientos, desdoble de personajes y épocas, para lograr una combinación admirable que engrandece González Melo y Villanueva desde la dirección al imprimirle un ritmo ascendente, enganchando la atención del espectador, que se deja llevar (atrapar) por un laberinto emocional muy bien estructurado.
Si la labor de los actores es un verdadero tour de force (virtuosismo) para ellos, la efectividad del trabajo de luces, vestuario y escenografía de Jorge Noa y Pedro Balmaseda, en esta propuesta resultan elementos esenciales. Las plataformas a distintos niveles, las sillas y la cama roja como símbolo del deseo y lo sombrío, logran un impacto visual sin excesos, permitiendo que la atención del público se centre en las palabras, la gestualidad y el movimiento, sin interrupciones.
Vuelve a contármelo todo, con su importante subtítulo: un hechizo arcaico, funciona como un puzle (rompecabezas) donde cada pieza encaja en su momento con precisión. El manejo de los tiempos articula una complejidad escénica en la que los actores salen muy airosos y el público satisfecho.
Abel González Melo tiene una sólida trayectoria como dramaturgo y le gusta explorar distintas variantes y asumir desafíos. Sin embargo, más allá de los intentos innovadores y hasta académicos en los que suele incursionar, el mejor González Melo sigue estando en Chamaco, Talco y Nevada.
La obra fue presentada en el Miami-Dade County Auditorium el 6, 7 y 8 de agosto.