LEAH SOIBEL*
Especial
Es fundamental forjar una gran alianza internacional entre los que respetamos la vida si no queremos que 2016 y los años que estén por venir sean más sangrientos que los precedentes
LEAH SOIBEL*
Especial
Empezó el año 2016 con similares premisas que las de 2015: el terrorismo que no cesa y víctimas inocentes. Cuando comienza un nuevo año es habitual hacer balance de lo bueno y malo y establecer propósitos que mejoren lo vivido en los 12 meses anteriores.
En lo relativo a las relaciones internacionales, los conflictos y la seguridad, cabría desear un 2016 en el que se aplaquen las amenazas de grupos de corte islamista que apuntan a medio planeta, se vislumbre una paz justa y duradera para los sirios y se ponga fin a la impunidad con la que algunos gobiernos dan cobertura a los terroristas.
Lamentablemente, el panorama para 2016 dista mucho de estos deseos y lo que toca es mantenerse alerta y pedir fortaleza a las alianzas internacionales que persiguen afianzar la democracia y la seguridad en el mundo.
Para empezar el año, vimos cómo un terrorista pistolero sembró el pánico en el centro de Tel Aviv, con un ataque de corte islamista que evoca de alguna manera a lo sucedido en noviembre de 2015 en París. Dos víctimas mortales que nos recuerdan lo fácil que resulta para grupos como Estado Islámico (EI) radicalizar a individuos, conseguir un arma y atemorizar a la población.
Es la “yihad global”, la que va más allá de las fronteras de los países donde estos grupos atesoran la máxima influencia política, financiera y el monopolio de la violencia, para extenderse como un cáncer hasta el corazón de naciones de arraigada tradición democrática, como hemos podido ver en Tel Aviv o París.
El desafío de la “yihad global”, del terrorismo internacional patrocinado por grupos como EI, Al-Qaeda o Hezbollah, se extiende por todo Occidente y amenaza con hacer de 2016 un año aún más inseguro. Sin ir más lejos, en las últimas horas, el EI ha difundido un vídeo en el que aparentemente (no ha podido verificarse su autenticidad) ejecuta a cinco británicos y amenaza con invadir el Reino Unido).
No hay día en el que su retórica del terror no apunte a atacar Londres, Roma, Madrid, París o Berlín. Todas las grandes capitales viven en estado de permanente alerta, pero no sólo en Europa. También hay máximo riesgo al otro lado del Atlántico, tanto en las grandes urbes de Latinoamérica como en Estados Unidos.
Y además está Irán. En pleno conflicto con Arabia Saudita, el país de los ayatolás parece entrar en un punto de no retorno. Con constantes contradicciones sobre su programa nuclear y aparentemente tras muchos de los ataques que están desestabilizando gravemente la región, los augurios para este nuevo año no son en exceso positivos.
Con la posibilidad de nuevos recursos financieros tras el levantamiento del veto económico, la política expansionista y bélica de este país puede entrar en conflicto con importantes aliados para occidente como Israel. Ante esto, las potencias no tendrían que bajar la guardia y deberían vigilar con especial atención los pasos del complejo país oriental.
Con este panorama tan convulso, se hace más vital que nunca la cooperación y el apoyo mutuo entre todos los estados democráticos. Juntos, hemos de perseverar en los lazos que nos unen con todos los países con los que compartimos los valores de la democracia y la libertad. Es el camino para un futuro de más seguridad para todos.
Nos jugamos mantener nuestro estilo de vida, la vitalidad de nuestras ciudades y la fortaleza de nuestras instituciones. En definitiva, es fundamental forjar una gran alianza internacional entre los que respetamos la vida si no queremos que 2016 y los años que estén por venir sean más sangrientos que los precedentes.
*CEO y Fundadora de Fuente Latina.
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