martes 4  de  febrero 2025
BÉISBOL

Chico Carrasquel fue un ídolo con mucho brillo

El torpedero venezolano, quien hubiese cumplido 90 años este 23 de enero, se codeó con las figuras más rutilantes de su época, dentro y fuera de los campos de béisbol

Hasta 1951, el Juego de Estrellas del béisbol de las Grandes Ligas había sido disputado exclusivamente por peloteros nacidos en Estados Unidos. Las 17 ediciones previas a esa campaña habían excluido por varias razones a los peloteros latinoamericanos, hasta que ese año un venezolano, Alfonso “Chico” Carrasquel, se convirtió en el primero en hacerlo, en una cita donde también fueron convocados dos cubanos, Orestes “Minnie” Miñoso y Conrado Marrero, aunque este último no tuvo oportunidad de jugar.

Para el momento, Chico Carrasquel era una figura de la gran carpa. En su primer año con los Medias Blancas de Chicago había bateado para .282, pero lo más notable fue su defensa, que le valió el apodo de “El fantasma de la calle 35”, porque era tal su habilidad para tomar roletazos que parecía salir de la nada en los predios del viejo estadio Comiskey Park, ubicado al sur de Chicago, en aquella calle.

Carrasquel, que este 23 de enero hubiese cumplido 90 años, fue el primer gran ídolo deportivo de su país, pero su llegada a Chicago fue un poco más difícil, pues le tocó reemplazar a Luke Appling en la posición de campocorto, quien más adelante entró al Salón de la Fama. Las expectativas no eran las mejores con el caraqueño, pero el tiempo y sus primeras acciones en el terreno le hicieron ganar el respeto y el cariño. En su país tenía garantizado el cariño, pues fue figura en la pelota invernal y además fue el primero que jugaba a diario en la gran carpa.

El Chico rápidamente se codeó con figuras dentro y fuera del terreno. Hizo buena amistad con el Presidente Harry S. Truman. Estableció vínculos con estrellas de Hollywood, pero una de sus mejores anécdotas tiene que ver con la oportunidad en la cual él y otros peloteros tuvieron que posar con unas modelos para una sesión fotográfica. De aquel día siempre recuerda la chica que le tocó, por la piel pecosa y blanca. “Se llamaba Norma. Con el tiempo ella se casó con uno de nosotros y se hizo muy famosa. Se cambió su nombre a Marilyn Monroe”, solía contar, aunque también relataba que la foto que se hizo con la que fue esposa de Joe DiMaggio se extravió.

La amistad de Carrasquel con Miñoso también dio mucho para contar. Ambos siempre mantuvieron una relación muy sólida, llena de anécdotas que ambos contaban. En el libro “Con la V en el pecho”, de Milagros Socorro, donde relata cómo hacían para alimentarse, porque el cubano no podía entrar a comer a algunos restaurantes en la carretera por ser un pelotero negro.

“Miñoso no podía hacerlo, tenía que quedarse en el autobús porque era negro. Entonces yo le preguntaba qué quería que le trajera, lo compraba y se lo traía al autobús donde comíamos los dos. En una ocasión le dije: fíjate en el lujo que te estás dando, no te dejan bajar de esta vaina porque eres negro y yo, un blanco, te tomo la orden, te traigo la comida y te sirvo. Y Miñoso me dijo: no comas mierda, viejo, que tú juegas en las dos ligas”.

Cifras

4

Juegos de Estrellas

Participó Alfonso Carrasquel en su carrera de 10 temporadas en las mayores. En 1951 se convirtió en el primer latinoamericano que tomó parte de esos compromisos.

 

 

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