MIAMI.- El Real Madrid conquistó este sábado su decimotercera Copa de Europa luego de imponerse en la final de Kiev ante un Liverpool (3-1) que se vino abajo después de una sorprendente temporada en el Viejo Continente.
MIAMI.- El Real Madrid conquistó este sábado su decimotercera Copa de Europa luego de imponerse en la final de Kiev ante un Liverpool (3-1) que se vino abajo después de una sorprendente temporada en el Viejo Continente.
Acá te traemos algunas claves de la victoria blanca, la tercera de forma consecutiva en la Champions League:
1.- Errores de Loris Karius: el portero alemán del conjunto inglés no tuvo su mejor noche. Después de una buena primera parte en la que respondió bajo los tres palos, se vino abajo en el complemento. Fue responsable de que Karim Benzema abriera el marcador al minuto 51 al intentar pasar el balón a un compañero teniendo al delantero francés por delante, quien sólo necesitó estirar su pierna izquierda para mandar el balón al fondo de las redes.
En la chilena de Bale no tuvo nada que hacer, pero en el segundo tanto del galés, ese que sentenció el partido, si fue protagonista. El delantero del Real Madrid recibió espacios desde lejos del área y mandó un remate seco, pero en teoría controlable para Karius, quien en décimas de segundos dudó en atrapar la pelota o despejarla con los puños. Esa indecisión no le permitió detener bien la pelota que terminó doblándole las manos y significando el gol madrileño.
2.- Lesión de Salah: si había un jugador que había despertado muchas expectativas para esta final ese era el egipcio Mohamed Salah, quien ha tenido una espectacular temporada con el Liverpool y se perfilaba como la principal carta de gol de los ingleses. Sin embargo, en Kiev, no duró mucho sobre la cancha lo que pudo haber truncado las opciones del equipo dirigido por Jürgen Klopp.
En una jugada con el capitán blanco, Sergio Ramos, Salah cayó al terreno gracias a una “llave” del defensor español, quien aterrizó sobre el brazo izquierdo del atacante. El africano se retorció sobre el campo del dolor y como pudo se reintegró al juego, pero a los pocos minutos tuvo que ser sustituido por el fuerte dolor. Entre lágrimas, su participación en la final duró apenas 30 minutos.
3.- Cambios oportunos: Zinedine Zidane se la jugó con Karim Benzema a pesar del buen momento que vive Gareth Bale; sin embargo, el entrenador francés no tardó mucho en mover su banquillo para destrabar el partido y terminó consiguiéndolo. Después de una hora de juego le dio entrada al galés por Isco, quien no tuvo su mejor juego. Sólo tres minutos en cancha necesitó Bale para marcar una soberbia chilena que marcó el camino de la victoria.
FUENTE: REDACCIÓN