CARACAS.-EFRAÍN ZAVARCE
Especial
La liga profesional de ese país puede sufrir la ausencia de peloteros criollos con habitual presencia en sus torneos. Se trata de jugadores que pretenden devengar sueldos en dólares a pesar de las restricciones impuestas por la Ley de Ilícitos Cambiarios
CARACAS.-EFRAÍN ZAVARCE
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Hace un año algunos gerentes de equipos de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional comenzaron a ver con preocupación cómo las discusiones salariales con un grupo de peloteros criollos se extendían más de lo acostumbrado. Por lo general, esos jugadores tenían un denominador común: a pesar de haber nacido en estas tierras, residían en Estados Unidos. ¿Qué los hacía más propensos a no aceptar con facilidad la propuesta económica de sus conjuntos? La imposibilidad, según la interpretación que hace la LVBP de la Ley de Ilícitos Cambiarios, de cancelar sueldos en dólares a ciudadanos venezolanos que no posean otra nacionalidad.
“Tenemos consideraciones de carácter legal, según los abogados a los cuales hemos consultado, que nos impiden pagarle a peloteros locales en moneda extranjera. Eso representaría un delito”, argumenta Luis Ávila, presidente de los Leones del Caracas. Desde febrero de 2003 el mercado cambiario en Venezuela está regido por un conjunto de normas que obligan al Gobierno a regular la administración, compra y venta de divisas. Entre las características del sistema vigente, están tres tipos de cambio, que van desde los 6,30 bolívares por dólar (tasa fija), hasta 199,47 bolívares (tasa fluctuante), al momento de escribir este trabajo. Para la temporada que arrancará el 7 de octubre, la LVBP recibió, según fuentes vinculadas al circuito, 12 millones de dólares a tasa de 6,30 bolivares. Las divisas, explican los directivos de equipo, son utilizadas para el pago de salarios de peloteros, mánagers, coaches y umpires importados, compra de implementos como bates, pelotas, cascos, insumos médicos y también el financiamiento de viajes fuera del país propios del trabajo de planificación de cada gerencia.
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Para no pocas industrias privadas en Venezuela, el béisbol profesional es un privilegiado, pues una de las principales dificultades de los sectores productivos es el acceso a la moneda estadounidense a través del gobierno nacional. ¿Y qué alternativa tienen? Acudir al llamado mercado paralelo, cuya referencia principal es el sitio web DolarToday, que para el jueves 24 de septiembre ubicaba el precio del dólar en 757, 23 bolívares. Ante el impedimento de los equipos de cancelar a nacionales salarios en divisa extranjera, cualquiera podría proponer pagar en bolívares lo equivalente en dólares a lo que aspira el pelotero venezolano que vive fuera del país. Sin embargo, Ávila advierte: “Equiparar los salarios en moneda local a la supuesta tasa del dólar paralelo sería imposible porque este negocio no da para eso. No existen suficientes ingresos como para pagar en bolívares a un dólar calculado a ese precio”.
No hay bolívares
El miembro de una oficina correspondiente a uno de los dos equipos del occidente del país que no quiso ser identificado, confiesa que en su organización no están estipulados salarios mensuales superiores a los 700.000 bolívares. Por su parte, un ejecutivo miembro de uno de los conjuntos de la región central adelanta que los salarios más elevados de su nómina estarán entre 400.000 y 700.000 bolívares. En ambos casos, ningún pelotero venezolano obtendrá siquiera el equivalente de mil dólares como sueldo. Para el presidente de las Águilas del Zulia, Luis Rodolfo Machado, esto tendrá una consecuencia inevitable. La mayoría de los peloteros venezolanos que viven en Estados Unidos se ausentará del próximo torneo local. “Ellos sacan la cuenta del pago en bolívares y prefieren quedarse allá antes de venir al país”. Luego hace una diferenciación: “Los establecidos en las Grandes Ligas decidirán jugar o no al margen de sus sueldos acá, porque para ellos eso nunca será determinante, pero en el caso de quienes están en las menores es distinto”.
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Ya el año anterior, cuando antes de comenzar el campeonato el dólar en calle no alcanzaba la barrera de los 100 bolívares por unidad, el Caracas vio cómo Dixon Machado, un infielder que pertenece a los Tigres de Detroit, que para entonces no tenía ni un día de servicio en las mayores y residía en Estados Unidos, prefería quedarse en su casa antes de sumar experiencia en la liga venezolana junto a peloteros de más bagaje. ¿La razón? Lo que obtendría en bolívares no era lo suficientemente atractivo como para alejarse de su hogar. ¿Cuántos Dixon Machado tendrá este año la LVBP? Hoy nadie puede dar una respuesta exacta, pero la presunción general entre los directos de equipo es que serán mucho más que en 2014.