El fútbol quedó en veremos. Como en veremos quedó la vida en general desde que aceptamos que teníamos que parar. Parar para volver a empezar. Parar para salvar vidas.
Con más del 70% jugado en las grandes ligas de Europa, muchos se preguntan qué hacer en caso de que no se puedan reiniciar y las temporadas queden en el aire.
El objetivo después de controlar la pandemia es jugar. No terminar las ligas significaría un desastre total en lo económico. Lo más beneficioso es terminar las temporadas como sea y que todo parezca lo más normal posible dentro de las circunstancias.
Una de las posibilidades que se barajan es la de dar la Liga por terminada y conceder el título al actualmente primero en la tabla.
El cancelar los torneos y declarar un campeón no sería del todo injusto. Las temporadas ya entraban en su recta final y aunque la lucha era cabeza a cabeza en algunas ligas, en otras ya el campeón estaba prácticamente definido.
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El privar del título en la EPL al Liverpool o al PSG en Ligue 1 sería lamentable ya que los dos sacaron suficiente terreno al segundo como para ser campeones anticipados.
En Italia, la Juve empezaba a despegarse en una temporada en la que enfrentó competencia de parte de Lazio e Inter.
En España se venían alternando el Barça y el Madrid con el equipo de Messi como el último líder antes del parón.
Pero el mundo es consciente de lo que vivimos y esto ha servido para que todos nos pongamos la misma camiseta.
Concedan o no títulos, la gran celebración no se dará por ningún triunfo futbolístico.
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El entranador Hansi Flick supervisa una sesión de entrenamiento durante el campamento de invierno del equipo de fútbol Bayern Munich, en febrero de 2020.
KARIM JAAFAR / AFP
Hoy todos entendimos que el partido del día a día es contra el mismo enemigo y que las rivalidades deportivas puedes esperar.
Solo hay espacio y tiempo para pensar en un título. El de Campeones contra el coronavirus.
Ese es el título por el que el mundo aprendió a luchar todos los días. Sin distinción de camisetas o pasiones.
El partido no da tregua. El rival está identificado y entre todos saldremos victoriosos.
Después volverá el fútbol y que gane el que tenga que ganar.
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