Jimmy Butler pidió al Heat de Miami ser traspasado y está dispuesto a jugar con cualquier equipo de la NBA, según informa este jueves la cadena 'ESPN'. Un completo pandemonium en Miami, que llega pocos días después de que el presidente Pat Riley aseguraba que no iba a traspasarlo.
Una nueva derrota del Heat ocasionó un incendio en el equipo dirigido por Erik Spoeltra, porque después de perder contra Indiana Pacers, trajo como consecuencias unas declaraciones de Butler, que cualquier dueño de equipo nunca quiere escuchar de su estrella.
"Quiero verme recuperando la alegría de jugar al baloncesto", dijo Butler. "Dónde sea que esté, lo descubriremos muy pronto. Estoy contento fuera de la cancha, pero dentro quiero sentirme dominante, quiero jugar al baloncesto y quiero ayudar a mi equipo a ganar. Y ahora mismo no lo estoy haciendo".
Cuando le preguntaron si podría "recuperar la alegría en Miami", su repuesta fue tajante: "Probablemente no".
Butler, de 35 años, anotó nueve puntos en la derrota sufrida en el Kaseya Center contra los Pacers. El nativo de Houston vivió años brillantes en Miami, pero su relación con la franquicia y la directiva se dañó notablemente en los últimos meses.
Su tensa relación con el Heat y su presidente Pat Riley viene de lejos. Él quería renovar, pero nunca llegó esa supuesta oferta por 2 años adicionales y alrededor de los 113 millones de dólares.
Además, tras perderse la derrota en la primera ronda de los playoffs contra los Celtics, aseguró en una entrevista que con él sano habrían ganado esa eliminatoria.
A lo que Riley respondió en otra entrevista aparte, "Si no estás en la cancha, debes mantener la boca cerrada", demostrando que algo no andaba bien entre presidente y jugador.
La situación es crítica para el Heat que transita por la zona baja del Este sin hacer ruido, lejos del nivel de los verdaderos aspirantes al título. Butler ya perdió diez partidos, y en los últimos que jugó su actitud es la de alguien que está frustrado pero sobre todo que quiere que se note lo mucho que lo está.
La plantilla da para lo que da. Spoelstra movió el quinteto sobre la marcha (sacó a Terry Rozier y Nikola Jovic, metió a Haywood Highsmith y Duncan Robinson) y las cosas mejoraron, pero no se puede esconder que un equipo liderado por Tyler Herro y Bam Adebayo no apunta a la cima de la liga.
La inevitable salida de Butler solo será otro problema más para la temporada del Heat.