Luis Enrique reafirmó su visión tras la salida de Mbappé: el PSG es más equipo que nunca, está en la final de Champions y a dos triunfos de su primer triplete histórico
El entrenador español del Paris Saint-Germain, Luis Enrique (d), celebra la victoria de su equipo al final del partido de vuelta de las semifinales de la UEFA Champions League entre el Paris Saint-Germain (PSG) y el Arsenal en el estadio Parc des Princes de París, el 7 de mayo de 2025.
AFP / FRANCK FIFECuando Kylian Mbappé confirmó su salida del Paris Saint-Germain (PSG) hace un año, muchos auguraban el fin del proyecto deportivo en la capital francesa. Pero Luis Enrique, técnico del PSG, desafió todos los pronósticos y lanzó una frase que parecía más osadía que realidad:
“Estoy convencido de que la próxima temporada seremos mejores”.
Hoy, con el PSG clasificado a la final de la Champions League, campeón de la Ligue 1 y finalista de la Copa de Francia, esas palabras retumban como una profecía cumplida. El club parisino, en su primera temporada sin su estrella galáctica, está a dos partidos de conquistar el primer triplete de su historia.
Luis Enrique no solo sobrevivió a la marcha del ídolo francés, sino que reinventó al PSG. Pasó de un conjunto de individualidades a un bloque sólido, en el que todos defienden, todos presionan, todos corren. Y, sobre todo, nadie está por encima del colectivo.
Prueba de ello fue la suplencia de Ousmane Dembélé —máximo goleador de la temporada— en la semifinal de Champions. Para el técnico asturiano, lo que importa es el equipo. Y el equipo respondió.
Durante la recta final de su etapa en París, Luis Enrique desafió directamente a Mbappé en uno de los discursos más intensos que se han conocido del técnico:
Esa exigencia fue reflejo del nuevo ADN del PSG: presión alta, compromiso total y liderazgo colectivo. Con o sin estrellas.
Bajo la dirección de Luis Enrique, el PSG ha roto moldes. Líder absoluto de la Ligue 1, con 39 partidos sin perder fuera de casa y habiendo eliminado a todos los equipos de Premier League en su camino por Europa (City, Liverpool, Aston Villa y Arsenal), el club parisino se ha ganado el respeto del continente.
Desde su llegada en 2023, el exseleccionador español ha logrado que el PSG clasifique dos veces consecutivas a semifinales de Champions, algo inédito, y ha devuelto al club una identidad táctica clara y ambición sostenida.
Ni en los momentos más críticos de la temporada, cuando peligraba la clasificación europea, Nasser Al Khelaïfi y el director deportivo Luis Campos dudaron de Luis Enrique.
“Tenemos al mejor entrenador del mundo”, afirmó el presidente del PSG antes de la final ante el Manchester City en enero, que marcó un punto de inflexión en la temporada.
Apenas unos días después, el club renovó al técnico español hasta 2027, apostando por la estabilidad y el proyecto a largo plazo que tanto había faltado en París.
Lejos de derrumbarse, el PSG floreció tras la salida de Mbappé.
Dembélé explotó con 45 participaciones de gol.
Bradley Barcola se convirtió en el máximo asistente de Europa.
Désiré Doué irrumpió con fuerza.
Kvaratskhelia, el último fichaje, se transformó en un pulmón defensivo incansable.
Todos han elevado su nivel, y todos han comprado el mensaje de su entrenador: la estrella es el equipo.
A días de disputar la final de la Champions, con la Ligue 1 ya en el bolsillo y la Copa de Francia en el horizonte, Luis Enrique ha cumplido lo que prometió.
El PSG está a punto de hacer historia.
Y lo más importante: lo ha hecho sin su jugador insignia, demostrando que un verdadero equipo siempre es más fuerte que una sola estrella.
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