Nick Fortes, de los Marlins de Miami, batea un sencillo para producir la carrera de la victoria durante la novena entrada del juego de béisbol en contra de los Padres de San Diego, el miércoles 31 de mayo de 2023.
AP Foto/Wilfredo LeeDurante las primeras semanas de la presente temporada, los Marlins de Miami se convirtieron en el mejor equipo de las Grandes Ligas a la hora de disputar encuentros pequeños, esos que se deciden por una carrera de diferencia. Pero a medida que el calendario fue avanzando, el equipo de Skip Schumaker fue perdiendo esa magia y los problemas comenzaron a aparecer.
Este pasado miércoles, en el último día del mes de mayo, los peces se encontraron con un nuevo escenario que puso a prueba su capacidad de responder en los momentos claves. En el noveno episodio, abajo en el marcador por una rayita ante los Padres de San Diego, los toleteros de los Marlins se las arreglaron para obtener un boleto, un toque de sacrificio, dos sencillos y una base robada contra Josh Hader, uno de los mejores cerradores del béisbol.
Al final, Miami logró dejar en el terreno a San Diego y cerrar mayo con un golpe sobre la mesa, tras concretar una victoria de 2-1. Ahora, los Marlins arribaron a junio con un balance sobre .500 (29-27), lo más lejos que el club ha llegado con un récord positivo desde agosto de 2017, sin contar la recortada temporada de la pandemia en 2020.
"Eso fue increíble", le comentó a MLB.com el lanzador Braxton Garrett, quien abrió el duelo y limitó a los bateadores de los Padres a una carrera y dos hits, al mismo tiempo en el que ponchó a siete. "Nadie se rinde en este equipo. Josh Hader sobra la lomita, uno de los mejores taponeros del juego, y nunca hubo duda. Creemos en nosotros. Pensamos que íbamos a lograr anotar allí, por lo menos una. Este equipo no se rinde", agregó.
Con el triunfo, Miami comenzará a afrontar este nuevo mes en el segundo puesto de la división Este de la Liga Nacional, igualados con los Mets de Nueva York, y a cuatro juegos de los Bravos de Atlanta.
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