MIAMI.- El día estaba "pasado por agua" y las copiosas gotas de lluvia que caían del cielo se confundían con las lágrimas derramadas por decenas de personas que asistieron a las exequias del inmortal Felo Ramírez, para darle el último adiós.
MIAMI.- El día estaba "pasado por agua" y las copiosas gotas de lluvia que caían del cielo se confundían con las lágrimas derramadas por decenas de personas que asistieron a las exequias del inmortal Felo Ramírez, para darle el último adiós.
Era un jueves triste, oscuro. Miami despedía al más grande narrador latino de béisbol en medio de nubarrones que hacían ver la ciudad apagada y lúgubre, como si el dolor por la partida de Felo hubiera hecho metástasis en cada rincón de esta localidad floridana.
El ambiente sombrío del entorno pareció replicarse en el amplio salón en donde sobresalía el féretro del connotado narrador cuando familiares, amigos y seguidores del locutor cubano empezaron a llegar, uno a uno, exhibiendo una profunda tristeza, para despedirlo en la funeraria Caballero, en la emblemática Calle Ocho.
A pesar de sus 94 años "bien vividos", nadie creía que aquel hombre activo y fogoso era el mismo cuyo cuerpo reposaba entre coronas florales -una de ellas alusiva a la bandera cubana-, crucifijos de diferentes tamaños y una enorme bandera de la novena de los Marlins.
"Quería pararse de la cama"
Felo no dejó hijos. Su sobrino Santiago Rodríguez lo describió como un ser humano de una gran perseverancia, humildad a toda prueba y un profundo amor por el deporte.
Durante los cuatro meses que estuvo convaleciente, a raíz del accidente en Filadelfia que finalmente produjo su deceso, -dijo- Felo quería levantarse de la cama para irse al estadio a transmitir alguno de los juegos de los Marlins.
"Me decía que lo ayudara a encontrar su pantalón, que ya se sentía mejor y no quería sentirse como un enfermo", señaló Rodriguez, quien agregó que lo recordará como alguien que "siempre tenía la mano tendida para ayudar a todo el que tuviera un problema".
"Yo seguí a Felo toda la vida"
Entre las personalidades que asistieron al funeral de Felo estuvo Atanasio "Tany" Pérez, el pelotero cubano que por su brillante actuación en las Grandes Ligas mereció un puesto en el Salón de la Fama.
Pérez manifestó que durante su juventud en la isla era un "oyente fiel" de las transmisiones radiales del locutor nacido en Bayamo. "Yo seguía a Felo Ramírez, y era uno de sus grandes admiradores".
Pero después, según el "Big Dog" de los Cincinnati Reds, "Felo me siguió a mí porque yo llego al Salón de la Fama en el año 2.000 y él lo hizo en el 2001. Eso siempre lo comentábamos nosotros con un poco de picardía".
Y agregó: "Qué iba a pensar yo que después de escuchar a Felo, por allá en los años cincuenta en Cuba, después iba a estar cuando a él le dieron su placa como miembro del Salón de la Fama".
"Crecí oyendo a Felo"
Uno de los fanáticos más conocidos del equipo de los Marlins es John Porto, quien a sus 18 años asiste a la mayoría de los partidos que juega la novena miamense en condición de local.
El joven se declara un "admirador total" de Felo. "La primera voz de radio que yo recuerdo es la de él, y es porque mi abuelo siempre veía los partidos por televisión, la ponía en silencio y escuchaba a don Felo Ramírez".
Porto enseñó a los periodistas una foto suya junto al narrador que era "la voz en español de los Marlins". "Yo tendría unos ocho años, a veces iba a saludarlo y siempre lo escuchaba", puntualizó.
Despedida
La comunidad de Miami podrá despedir al locutor cubano en varios puntos en los que el cortejo fúnebre hará escala este viernes, previo al sepelio en un cementerio de la ciudad de Doral.
Fuentes consultadas por DIARIO LAS AMÉRICAS dijeron que la procesión con los restos mortales de Felo Ramírez realizará una parada en el restaurante Versailles, luego otra en el estadio de los Marlins y más tarde se oficiará una misa en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.
De tal suerte, Miami tendrá la oportunidad de tributarle un último adiós al connotado "Hijo de Bayamo", quien parte de este mundo con destino a una eternidad, en donde su voz seguirá anunciando "Los Marlins están ganando".