MELBOURNE.-dpa.
La estadounidense buscará su vigésimo segundo título de Grand Slam cuando enfrente a la alemana Angelique Kerber, en un momento en el cual desborda confianza, en un partido que será a las 3 am, hora del este
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Vencer a una alemana para igualar el récord histórico de otra alemana: la estadounidense Serena Williams buscará mañana empatar con Steffi Graf como la tenista con más títulos de Grand Slam de la Era Abierta en una final del Abierto de Australia en la que se medirá a Angelique Kerber.
A sus 34 años, Williams tendrá una segunda oportunidad de sumar su Grand Slam número 22. En su primer intento, después de ganar Wimbledon 2015, cayó en las semifinales del US Open. La derrota evitó que la estadounidense ganara los cuatro grandes en un mismo año y dejó poso en el interior de la número uno del mundo.
"Creo que lo podría haber hecho mejor en Nueva York, pero fue una experiencia de la que aprendí. Espero poder trasladarlo a la pista, no sólo en este torneo sino en el resto de los Grand Slam", dijo hoy Williams, lanzando de nuevo un mensaje que ya todas conocen en el circuito. Lo que mueve a la incombustible tenista son los grandes.
Si gana mañana empatará con los 22 que logró Graf entre 1987 y 1999 y se quedará a dos del récord absoluto de la australiana Margaret Court, que asistió este año en directo a varias de las exhibiciones de Williams sobre la pista de la Rod Laver Arena.
La estadounidense, que disputará su final número 26 de Grand Slam, llega como la indiscutible favorita a la final. Su rival, Kerber, número seis del ranking, nunca jugó hasta ahora el partido decisivo de un grande.
"Siempre lo he dicho. Si juego a mi mejor nivel es difícil ganarme", avisó Williams antes de la final, a la que llegó sin ceder un solo set. Además de sus números, está su confianza.
"Creo que estoy jugando mejor que en 2015. Sé que mis entrenamientos están yendo mejor. Puedo jugar más consistente y ser más estable mentalmente", señaló la jugadora que en la temporada pasada ganó tres de los cuatro grandes, entre ellos el de Australia.
Williams, que se alzó con su primer Grand Slam en el US Open 1999, hace ya casi 17 años, no pierde una final de un grande desde 2011, cuando cayó ante Samantha Stosur en Nueva York. Desde entonces, las ocho veces que alcanzó el partido definitivo acabó levantando el título.
Lo que le separa ahora de Graf es precisamente una "protegida" de la extenista alemana.
Kerber, de 28 años, entrenó varios días en 2015 con Graf en Las Vegas, donde la legendaria deportista vive con su marido, el también ex tenista Andre Agassi.
Desde allí, Graf le envió un mensaje de apoyo a Kerber tras su victoria en semifinales. Pero más allá de las felicitaciones, Kerber guarda sus consejos.
"Hemos hablado sobre lo que tengo que extraer de los torneos grandes. Que yo soy como soy, que tengo que confiar en mí. El año pasado acabé por tercera temporada en el 'top 10' y me dijo que aunque mi carrera se terminara ya, tenía que estar orgullosa", indicó Kerber.
La alemana ganó uno de los seis enfrentamientos previos con Williams, pero sabe que ahora mismo hay pocos retos en el deporte mundial como ganar a la estadounidense en una final de Grand Slam.
"Tengo que estar lista para el desafío de jugar ante la mejor tenista del momento. Es la número uno del mundo, es la campeona. Lo ganó todo", dijo hoy Kerber en Melbourne Park.
"No tengo nada que perder. Voy a intentar jugar un buen tenis. Sé que ya la gané una vez, así que la puedo ganar, pero tengo que jugar mi mejor tenis", añadió la primera alemana en llegar a una final de Grand Slam desde Sabine Lisicki en Wimbledon 2013. La última germana en ganar uno de los cuatro torneos más importantes fue Graf en Roland Garros 1999.
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