Una inusual propuesta han hecho cuatro países sudamericanos para organizar el Mundial del 2030 y conmemorar los 100 años de la Copa del Mundo de la FIFA.
Una inusual propuesta han hecho cuatro países sudamericanos para organizar el Mundial del 2030 y conmemorar los 100 años de la Copa del Mundo de la FIFA.
Argentina, Chile y Paraguay se sumaron al deseo de Uruguay de celebrar un siglo del evento deportivo más visto del planeta, y el 2 de agosto pasado en Montevideo lanzaron el proyecto del TetraMundial 2030.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) tiene el antecedente de haber organizado en Estados Unidos la Copa América Centenerio en 2016 cuando se festejó el siglo del campeonato de selecciones más antiguo del mundo.
Mucha agua ha pasado bajo los puentes desde que Uruguay organizó el primer Mundial de la FIFA en 1930.
Varios factores influyeron para que le fuera asignada la sede a un pequeño país, que por aquellos años no llegaba a los dos millones de habitantes.
Uruguay venía de ser campeón olímpico en París 2024 y Amsterdam 2028 y entonces los Juegos Olímpicos eran la principal competencia deportiva del mundo y con dos títulos consecutivos la celeste se había llenado de gloria y prestigio.
Aquello coincidía con dos hechos fundamentales: el presidente de la FIFA de esa época, el francés Jules Rimet, tenía en la cabeza establecer un campeonato de selecciones de fútbol y Uruguay quería festejar con un gran evento deportivo los 100 años de la jura de su constitución.
El entusiasmo por un Mundial de fútbol permitió que Rimet aceptara la propuesta uruguaya. Era 1929 y el país se comprometió a construir un estadio con capacidad para 90.000 personas, bautizado con el nombre de Centenario, donde se disputarían los partidos más importantes.
Se acondicionaron dos estadios más, el Gran Parque Central y el Estadio Pocitos donde se jugaron los dos primeros partidos en la historia de la Copa Mundial, y con ello bastó para acoger a 13 países, siete de Sudamérica, Estados Unidos y México y cuatro de Europa, cuyas selecciones emprendieron una travesía de un mes en barco para llegar desde el Viejo Continente al Nuevo Mundo. Hinchas y turistas fueron muy pocos.
Nadie hubiese podido imaginar entonces la evolución que tendría la Copa del Mundo con el transcurrir del tiempo hasta convertirse ahora en una pasión incomparable, un negocio insuperable y una ambición desbocada que para ser anfitrión lleva a los países a apelar a todos los recursos, incluido influencias y sobornos, como en el caso Catar, que sin tener un solo estadio construido ganó la sede del Mundial 2022 sobre Estados Unidos, que posee la infraestructura deportiva más importante del planeta.
Desde 1930 hasta ahora, el Mundial de fútbol ha crecido de una manera monumental. Ya no son apenas 13 países que disputan la Copa de la FIFA. A partir del 2026, en el que por primera vez el campeonato se disputará en tres países –Canadá, Estados Unidos y México- se aumentará a 48 las selecciones participantes.
Frente a esta nueva realidad, resulta casi imposible que Uruguay solo pueda albergar un torneo de la magnitud de la Copa del Mundo. Por eso surgió la idea de apoyar la iniciativa con el concurso de tres países más.
Durante cuatro décadas, desde Suecia en 1958 hasta Francia 1998, los mundiales se realizaron de manera alternada entre Europa y América. El fútbol fue creciendo en el planeta y en el 2002 por primera vez se disputó la Copa de la FIFA en Asia (Corea del Sur-Japón) y el 2010 en África (Sudáfrica).
El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Alejandro Domínguez, ha puesto mucho interés en este proyecto. De obtener la sede llevaría de vuelta la Copa a Sudamérica, que fue sede por última vez en el 2014 en Brasil, y además incluye a su país de origen, Paraguay, en un evento de difusión universal.
No será fácil, sin embargo. Al parecer, hay tres propuestas conjuntas -Portugal y España, Bélgica y Holanda y el Reino Unido- que serán rivales muy fuertes, no solo porque estos países son potencias futbolísticas y poseen formidable infraestructura deportiva y hotelera sino porque Europa jamás dejó de ser sede del campeonato cuatrianual después de tres ediciones consecutivas.
Desde Italia 1934 hasta Alemania 2006 siempre el suelo europeo fue anfitrión de los mundiales saltando la edición que se organizaba en América y una en Asia; y varias veces fue sede de ediciones consecutivas.
Solo una vez tuvo que saltar dos ediciones consecutivas sin acoger el Mundial cuando se desarrollaron los torneos en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.
También se afirma que China presentará su candidatura para el Mundial de la FIFA 2030. Y no hay que olvidar que el dragón asiático no tuvo ningún escrúpulo cuando se postuló a los Juegos Olímpicos del 2008 y varios miembros del Comité Olímpico Internacional fueron expulsados del COI al comprobarse que recibieron sobornos, regalos y beneficios de parte de China para asegurar su voto.
La FIFA se muestra muy interesada en darle la sede a China por lo que significa captar un mercado de 1.400 millones de habitantes. Existe el antecedente que el ente rector del balompié universal eligió a Estados Unidos para organizar la Copa en 1994 y fue un golazo espectacular, con récords de asistencia y recaudación jamás igualados hasta ahora y, lo más esencial, la contribución invalorable para que el fútbol adquiriera una dimensión nacional en el país como lo vemos ahora.