Doce años en la NBA, tres veces campeón, 11 veces seleccionado al Juego de Estrellas en donde fue el Más Valioso de la edición del 2010, también fue el ganador del premio MVP de las finales de la NBA, promedia 24.1 puntos y 5.9 asistencias por juego. Son números que le podrían asegurar un cupo directo al templo de los inmortales cuando se retire. Los hechos en la carrera de Dwyane Wade hablan por sí solos.
A sus 33 años, Wade entra a su 13ra temporada entendiendo que el tiempo le ha pasado factura y que ya no es la superestrella que en algún momento lo fue, sin embargo sabe la importancia de su liderazgo dentro y fuera de los vestidores de un conjunto que comienza el año con grandes expectativas.
“Soy un jugador distinto al que fui”, dijo Wade en el día de la prensa del equipo. “Pero sigo siendo efectivo y puedo marcar diferencia en los juegos. Mi misión es ayudar al Heat”.
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Por mejorar
Miami viene de una de las temporadas más frustrantes en su historia. Tras perder al mejor del mundo en LeBron James, el presidente del equipo, Pat Riley, intentó sin éxito construir un conjunto competitivo, mientras que los jugadores carecieron del tiempo necesario para poder preparar sus roles de cara a la campaña.
Un año después, dos pilares del equipo parecen estar más abiertos a discutir el tema con la prensa. Tanto Chris Bosh como Wade han reiterado en distintas ocasiones la falta de tiempo que tuvieron en el verano pasado para adaptarse, lo que contribuyó a que el Heat finalizara, por primera vez desde el 2008, en posiciones no calificadas para avanzar a los playoffs.
“Después de un año duro, con la salida de LeBron, todo parece haberse resuelto. Con las firmas de [Amar'e] Stoudemire, [Gerald] Green, el descubrimiento de [Hassan] Whiteside, la llegada de [Goran] Dragic, la suerte que tuvimos en el draft al escoger a [Justise] Winslow. En el papel tenemos un gran quinteto”, señaló Wade.
Ciertamente todo parece haber salido bien en el verano para Pat Riley y para el Heat, sin embargo llegó a existir mucha tensión entre Wade y la franquicia en la que ha pasado toda su carrera. Una disputa por dinero que terminó resolviéndose, después de mucha angustia entre la gente envuelta, con un contrato por un año y 20$ millones.
El base armador Dragic, quien llegó el año pasado vía cambio desde los Suns de Phoenix, vivió de cerca las negociaciones con Wade. “Me sentí aliviado con su firma, pienso que este equipo tiene la mezcla perfecta entre veteranía y jugadores jóvenes que puede hacer la diferencia”, apuntó.
El europeo no es el único que entiende la importancia que tiene Dwyane en el equipo. Green, una de las piezas nuevas de Miami, está completamente de acuerdo. “Estoy muy emocionado por este roster, con el liderazgo de CB [Chris Bosh] y Dwyane [Wade] podemos hacer las cosas bien. Tenemos que seguir a los líderes si queremos hacer lo que creemos que podemos”, consideró.
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El pasado atrás
Aunque la mayoría de los jugadores del Heat quiere dejar atrás lo que sucedió en la contienda pasada, Wade ve las cosas con una óptica diferente. Y es que a pesar de haberse perdido 20 juegos, la mayoría fueron por problemas en su tendón de la corva, no por sus rodillas, que han sido su punto débil en anteriores campañas.
“Las dos o tres temporadas fueron muy fuertes mental y físicamente, tanto que empecé a dudar de muchas cosas, pero el año pasado fue positivo para mi salud y me demostró que puedo seguir estando en la élite, quizás no entre los mejores 10 como antes, pero sigo estando allí”, dijo Wade quien parece haber retomado la confianza en sí mismo, y en sus rodillas para cargar a un equipo.
Armado con esta nueva filosofía, el escolta ofensivo empieza a escribir un nuevo capítulo en el libro de su carrera. Toca dejar atrás su época de novato, la sociedad con Shaquille O'Neal que le trajo su primer anillo y sus tiempos cargando solo al equipo antes de formar parte de los “Tres Grandes” con Bosh y LeBron James y en donde consiguió dos títulos más. La campaña anterior parece haber sido una brecha entre dos etapas, una frontera que parte a partir de la venidera contienda, como una de las últimas de una carrera que debe concluir con un puesto en el Salón de la Fama.
“En medio de esta temporada cumpliré 34 años edad, eso no es un secreto. Pero si me preguntas cúal es mi meta, con todo lo que he alcanzado, te digo que quiero ser el mejor jugador en la historia que haya jugado baloncesto con 34 años de edad”, concluyó.
