MIAMI.-ROSA TANIA VALDÉS
Especial
La situación actual de la disidencia en la isla contrasta con el avance de los nexos bilaterales entre Cuba y Estados Unidos
MIAMI.-ROSA TANIA VALDÉS
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El refugio político en Estados Unidos, el abandono del activismo o el regreso a la celda son hasta ahora la opciones que tienen en Cuba decenas de disidentes que fueron liberados, justo cuando Washington y La Habana sorprendieron al mundo hace poco más de un año con el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, que fueron interrumpidas durante cinco décadas.
Estados Unidos aplaudió entonces la medida y hasta la calificó de “sustanciosa”, pero un año después poco ha cambiado en la isla respecto a la situación de derechos políticos, según dijo esta semana el opositor Elizardo Sánchez, quien lidera la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
“No ha habido ninguna mejora en materia de libertades políticas, ni siquiera insignificante”, dijo el portavoz de la comisión, que cada mes informa sobre incidentes contra la oposición en la isla.
Sánchez dijo que la mayor parte de los 53 disidentes liberados tras el deshielo diplomático están solicitando el refugio político que Estados Unidos ha concedido por años a personas consideradas perseguidas por la Seguridad del Estado en Cuba, debido, por ejemplo, a protestas y otras acciones por oponerse al sistema político instalado hace más de medio siglo.
La agencia de noticias AP, por su parte, reportó esta semana que del grupo de 53, al menos 35 están preparándose para salir del país, mientras que unos siete salieron o saldrán en las próximas semanas. Según el reporte de AP, el resto del grupo permanecerá en la isla y un número indeterminado renunció al activismo político.
“Desde que los soltaron están bajo vigilancia policial (…) Quedan sin alternativas, a muchos no les permiten trabajar”, dijo Sánchez, tras calcular que “la mayoría” está optando por el refugio político.
Tras las rejas
La situación actual de la disidencia en la isla, -ilegal y catalogada por el Gobierno como mercenaria al servicio de potencias extranjeras-, contrasta con el avance experimentado en la reconstrucción de los nexos bilaterales entre Cuba y Estados Unidos, que en los últimos meses han llegado a acuerdos hasta ahora impensables, como el restablecimiento del correo o los vuelos directos a la isla.
Y estos avances contrastan mucho más en momentos en que unos seis disidentes del grupo de 53 están otra vez tras las rejas, según el más reciente informe de la Comisión que lidera Sánchez.
Entre los detenidos están Wilberto Parada, arrestado en octubre por protestar ante una fiscalía, y Vladimir Morera bajo cargos de asalto y ahora hospitalizado.
Un caso controvertido es el de Carlos Manuel Figueroa Álvarez, quien está nuevamente en prisión después de brincar la verja de la embajada de Estados Unidos en La Habana, un día después que le fuera negado el refugio político en septiembre pasado.
Según el reporte de AP, algunos de los que forman parte del grupo de 53 se han quejado de demoras en el proceso para acogerse al programa de refugiados políticos en la embajada estadounidense en La Habana.
Incluso, dijo AP, a muchos de los solicitantes les solicitaron acreditar su condición de perseguidos o activistas, a pesar de formar parte del grupo por el cual el propio Departamento de Estado negoció con Cuba.
El rapero Ángel Yunier Remón, conocido como "El Crítico", quien a lo largo de 2014 y antes de ser incorporado al listado de Obama, fue mencionado por el Departamento de Estado como víctima de represión política.
Sin embargo, Remón dijo que la embajada le entregó un documento donde se lo reconoce como refugiado, pero en otro le indicaron que no era "admisible" en los Estados Unidos. Un funcionario le explicó que se debía a que tenía una causa penal anterior por robo con fuerza en una tienda.
La dependencia diplomática estadounidense le hizo presentar una carta "pidiendo perdón" por sus delitos para reconsiderar su pedido de refugio, manifestó Remón, quien espera una respuesta del programa.
Sánchez dijo que la decisión de la mayoría de los disidentes, de acogerse al refugio político, no es mayoritaria, alegando que sigue creciendo la oposición interna. Incluso, dijo que los entre los que se desactivan de la disidencia lo hacen para que el gobierno cubano no impida el proceso migratorio.
“Es una cosa normal, porque todavía dependen de que el gobierno que tiene la última palabra siempre”, explicó. “La oposición sigue activa y tiene la tendencia a crecer en cuanto al número de integrantes”, agregó.
La luna de miel entre La Habana y Washington mantiene dividida la disidencia en la isla. Unos consideran que Barack Obama ha favorecido a las autoridades cubanas, pese a que nada ha cambiado respecto a sus adversarios internos. Otros, sin embargo, creen que el acercamiento podría traer cambios.
Ahora falta ver cuánto más podemos esperar cuando Obama ha dicho que quisiera visitar la isla antes de dejar su cargo, pero condicionó esta posibilidad a la mejoría en la situación de derechos humanos.
Cuba, por su lado, insiste en su declaración de principios que alude a no dejarse presionar por Washington, convencida de que la normalización de las relaciones interrumpidas por décadas ocurrirá solo sin que se afecte su soberanía nacional.
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