Para muchas personas las pesadillas relacionadas con una tormenta continúan mucho más después que haya pasado el fenómeno natural. Al pasar los vientos y diluvios suelen quedar los daños, en particular, los de la propiedad. Por esa razón, es crucial saber qué hacer en los días y meses que siguen al evento climatológico ya que la manera en que uno trata el tema puede determinar si puede recibir compensación por los daños sufridos. Los daños a la propiedad generalmente son personales o comerciales, usualmente casas y negocios. Casi siempre estas propiedades están aseguradas y por eso, uno de los primeros pasos que un propietario debe hacer es asegurarse de proceder correctamente para proteger sus intereses.
La tensión naturalmente es entre la aseguradora y su cliente, el que ha sufrido el daño. A veces no hay problema y se compensa al asegurado por el total de los daños pero otras no. Lo primero que uno debe hacer es localizar la póliza de seguro que uno tiene y revisarla para determinar que cubre su seguro.
Por ejemplo, uno puede creer que tiene seguro contra inundaciones pero capaz que no esté incluido en la póliza. En una ocasión así, se le ve muy difícil al asegurado poder reclamar algo si sus daños fueron por inundaciones. Uno siempre debe analizar antes y después de inscribirse para ver si seguros adicionales son necesarios. Los temas claves de una póliza son: qué se cubre, cuánto es el deducible, y cuánto tiempo tiene para iniciar un reclamo. Si existe alguna duda, se debería inmediatamente contactar al agente o representante de seguros o la compañía de seguros y pedir aclaración.
El próximo paso que uno debe tomar es iniciar un reclamo oficial a la aseguradora. El asegurado debe contactar al representante de la aseguradora para hacer un reclamo y asegurarse que todos los formularios o papeles(si se requieren) se envíen a su aseguradora. Tome nota del número del caso del reclamo y documente bien toda comunicación desde ese punto en adelante. Las aseguradoras son negocios y los negocios protegen sus intereses. La aseguradora pronto contactará un tasador público que evaluará sus daños y otorgará un estimado a la aseguradora. Al fin del día aunque le toque el representante y/o tasador “más gracioso” y amable del planeta tierra, ellos no están actuando a favor de sus intereses y buscarán pagarle lo menos que puedan.
La tensión o discusión entre la aseguradora, el tasador, y el asegurado se puede mitigar si el asegurado documenta bien los daños. Por esa razón, es crucial guardar pruebas del daño. Fotos y vídeos antes y después del evento son excelentes pruebas para revisar cuando se hace las estimaciones del daño sufrido. Es buena práctica documentar los daños por escrito. Mientras más nítido y organizado el caso, más fuerte será el reclamo.
El asegurado debe entender que aunque muchas emociones y estrés pueden estar atado a este proceso, lo que importa son los números. Lo que se va pagar es el corazón del debate. El pago total no es algo absoluto ni garantizado y es crucial nunca darle a la aseguradora razones para deducir o eliminar "números" del monto que le corresponde. Por ejemplo, existe la obligación de mitigar los daños sufridos. Dejar que algo se deteriore o dañe más puede ayudar a la parte contraria a pagar menos o nada. Si se toma acción, se debe aclarar con la aseguradora y documentar todo.
Nunca se debe aceptar la primera oferta de la aseguradora sin pensar bien y evaluar la totalidad de las circunstancias. Como se mencionó, todo es números y este trámite es un negocio. Tampoco se debe tomar el "no" como algo final. Si el tasador o representante dice que algo no está cubierto, cuestiónalo.
Busque una segunda opinión o utilice un tasador neutro. Otra realidad es la de los contratistas. Muchas veces el asegurado es presionado a utilizar un contratista en particular recomendado por el tasador o representante. Esto también es algo que no se tiene que aceptar y se puede rechazar.
Las aseguradoras no están interesadas en solucionar los problemas rápidamente. Ganan cuando sus clientes están confundidos, cansados, desesperados y mal informados. Prolongar el caso a adrede o sin querer, afecta el caso. Aunque es crucial mantener el proceso con conducta de respeto y claridad, la historia nos enseña que los abusos en esta industria son comunes. Casi siempre el que pierde es el asegurado.
Recibir limosnas cuando lo que corresponde es mucho más no es correcto. En fin, uno siempre debe protegerse bien si ha sufrido un daño. Revisar pólizas, obtener evidencias, documentar comunicaciones, cuestionar y retar opiniones y decisiones, son pasos que dejaran claro que existe vigilancia del proceso.
No se quede desesperado y frustrado con el proceso, existe ayuda profesional y legal. Utilizar a un abogado una opción buena para muchos. Ellos luchan por usted y no por los intereses de las aseguradoras. Al comienzo, durante el proceso, o después de una decisión, los abogados pueden enfrentar los abusos de las aseguradoras. Si usted ha sufrido un daño, tiene problema con un reclamo, o se le ha negado compensación, escríbame [email protected] o visite www.rodriguezvacas.com [email protected].