El secreto para alcanzar la tranquilidad económica o seguridad financiera es la inversión. Resulta muy difícil para el común de la gente invertir si antes no ahorra. Ahora, ¿dónde y cómo invertir los ahorros que tanto esfuerzo y sacrificio me costó acumular? Es este un tema fundamental que casi no se enseña en ninguna escuela ni universidad y cuando se hace, no se dirige a la persona que lo necesita.
Aprender educación financiera es tan importante como aprender a leer y es útil para todos desde un niño pasando por un ama de casa, hasta el gerente de un banco ya que, si le perdemos el temor a las finanzas, al dinero y a la inversión tenemos la posibilidad de mejorar nuestro nivel de vida. Por lo tanto, estoy seguro que la educación financiera debe ser enseñada de igual forma como los cursos de historia, ciencias, química porque sin importar nuestra profesión u oficio todos necesitamos educarnos financieramente. Al educarnos en este tema vamos a perderle el miedo a la inversión y vamos a aumentar la inversión en productos bancarios, lo cual inyecta capital a la economía dinamizándola y reduciendo la informalidad, la evasión fiscal, aumentando la calidad económica de las familias, y puedo seguir así bastante rato más mencionando los beneficios de la educación financiera.
Ahora bien, antes de invertir debemos tener claro algunos aspectos:
- ¿Cuánto dinero tengo guardado que no necesito para cubrir mis necesidades cotidianas ni mi reserva de seguridad?
- ¿Cuál es el propósito de mi inversión? ¿Qué quiero hacer con el dinero que obtenga de mi inversión?
- ¿Cuantos años tengo y en cuanto tiempo quiero empezar a disfrutar el rendimiento de mis inversiones?
- ¿Cuánto quiero ganar? ¿En cuánto tiempo? y ¿Qué nivel de riesgo quiero tener?
En esta última pregunta es donde debemos detenernos unos minutos porque es la pregunta que te hace todo banquero y donde debemos de identificar qué tipo de inversionista queremos ser con cada una de nuestras inversiones. Esta el inversionista conservador que busca proteger su capital y una pequeña ganancia, el moderado que busca conservar su capital con rendimiento promedios del mercado y esta el inversionista agresivo que busca altos rendimientos arriesgando su capital.
Es mucho más inseguro tener el dinero ahorrado debajo del colchón, en una cajita porque además del riesgo de perderse, la capacidad adquisitiva de ese dinero se reduce con el paso de los años gracias a la inflación. Es decir, si yo tengo 10,000 dólares en el 2016 y lo guardo por 20 años, lo que me puedo comprar en el 2036 va a ser menos de lo que me compro hoy con ese dinero.
Una vez que le perdemos el miedo y decidimos salir a buscar opciones de inversión, vamos a encontrar muchas opciones para todo tamaño de presupuesto, en diversos mercados con múltiples alternativas, sin embargo, yo sugiero buscar la recomendación de algún amigo, familiar o conocido exitosos que pueda recomendarte quien puede ayudarte a empezar. Una vez que el dinero se empieza a mover se genera una sinergia que con la asesoría correcta se alcanzan los objetivos bonificándose uno mismo.