domingo 26  de  marzo 2023
DEUDA

McCarthy discute en la Casa Blanca la deuda de EEUU

"¿Quieren negociar o hacer política?", preguntó McCarthy en una entrevista. Biden se niega a negociar, según John Kirby, vocero de Seguridad Nacional

Por REDACCIÓN

El gobierno de Joe Biden y la extrema izquierda incrementaron considerablemente el endeudamiento de Estados Unidos en apenas dos años. De 24 billones en 2020 a causa de la pandemia y de los fondos de rescate imprescindibles aplicados a la economía, la deuda se encuentra ahora por encima de los 31 billones, debido a las políticas económicas irresponsables de la actual administración.

Los republicanos amenazan con bloquear el aumento del límite de crédito del país, si los demócratas no aceptan recortes presupuestarios drásticos. La Casa Blanca, por su parte, acusa a los republicanos de tomar a la economía de "rehén".

Sin embargo, es la izquierda la que tomó la economía de rehén en enero de 2021 y causó la mayor inflación en las últimas cinco décadas.

No aumentar el tope de la deuda a junio, afirma el Tesoro, forzaría a Estados Unidos a un default de 21,4 billones de dólares, que sería el primero de su historia. El gobierno no podría honrar pagos, la reputación nacional se vendría a pique y los inversores probablemente caerían en pánico.

Todo este es el panorama al que se ha llegado con el despilfarro del gobierno "demócrata" de Biden, que ha gobernado de forma unilateral desde su arribo a la Casa Blanca.

Ahora, como es típico de las izquierdas, le pasan la bola caliente a los conservadores de su ineficaz y desastrosa gestión con los argumentos de que se oponen a que la economía se desarrolle cuando en realidad la oposición es a que continúe el desfalco del dinero de los contribuyentes estadounidenses. Sólo en la guerra de Ucrania las regalías sobrepasan los 100.000 millones de dólares y las promesas de continuar el caudal hacia ese país.

Pero la lista de gastos en proyectos internacionales es más que extensa. Desde estipendios a policías y soldados en Libia hasta más de 700 millones de dólares para incentivar la pesca del atún en pequeñas islas del pacífico, sin detallar lo que se ha enviado a las organizaciones que defienden los derechos transgenero, el nuevo orden mundial y la cada vez más controversial hipótesis de cambio climático, que ha servido para llenar los bolsillos a élites globalistas y entidades, sin un plan real concebido y mucho menos supervisado en gastos.

Sólo en organizaciones mediambientales y supuestos proyectos sobre el "cambio climático", en el 2022 la cantidad de fondos superó el billón de dólares (trillions). De esa cifra, más del 40% corresponde a EEUU con una diferencia sustancial del resto de los que abogan por un mundo "más limpio"; entre ellos China, el principal contaminador mundial y el mayor desentendido e incumplidor de regulaciones en la realidad.

El techo o tope de la deuda es el nivel máximo fijado por el Congreso para el endeudamiento del gobierno. Actualmente es de 31.281 billones de dólares.

La cifra abarca tanto los préstamos a largo plazo, incluidos los bonos del Tesoro, como los de corto plazo, que los gobiernos suelen utilizar para funcionar. Permiten por ejemplo pagar pensiones o ayudas sociales.

Si el país alcanza ese tope de endeudamiento legal, en un punto no podría emitir más deuda y, por lo tanto, obtener fondos para que el gobierno funcione e incluso honrar sus pasivos.

No se produciría un default automático, porque el gobierno debe privilegiar el pago de sus deudas a todo otro gasto. Pero si la situación perdura, es un escenario de moratoria que podría llegar a ocurrir.

"¿Quieren negociar o hacer política?", se preguntó McCarthy el miércoles en una entrevista en Punchbowl News. "No entraré en esos juegos. De manera que díganme cuándo quieren negociar", añadió.

Biden no quiere ni escuchar la palabra negociación. "El presidente cree firmemente que no debe haber ninguna negociación sobre esto", dijo John Kirby, vocero de Seguridad Nacional del presidente el martes.

Un problema recurrente

Divergencias como estas ha habido muchas veces, pero al final el Congreso siempre termina elevando el techo de endeudamiento y se resuelve el problema. Sin embargo, hoy las cosas podrían ser muy diferentes.

Biden está en la mitad de su mandato de cuatro años y se espera que se postule a la reelección el año que viene. Y los republicanos, que vienen de asumir el control de la Cámara de Representantes, quieren demostrar poder.

Para los republicanos, esta es una oportunidad para forzar a los demócratas a revertir sus nefastas políticas de gastos en la gestión de la Casa Blanca.

Aunque McCarthy es proclive a ser flexible, su poder en el Congreso depende de republicanos cansados del desastre del gobierno actual bajo las premisas de la extrema izquierda.

La Casa Blanca argumenta que no permitirá que el techo de la deuda sea parte de una negociación sobre el futuro gasto público, porque esos 31,4 billones de dólares ya fueron acordados por el Congreso.

El despilfarro de la izquierda

McCarthy dijo que es imprescindible controlar el "gasto desenfrenado" de este gobierno. Pero el tema es difícil de abordar en la práctica.

La izquierda se niega a hacer recortes en sus planes de gastos desorbitantes que lo único que han hecho es crear el caos económico y la peor inflación en cinco décadas.

McCarthy fue desafiado a publicar un borrador de presupuesto en un memo escrito por Brian Deese, director del Consejo de Economía Nacional, y Shalanda Yaoung, directora de la Oficina de Administración Y Presupuesto (OMB por sus siglas en inglés). Ambos dijeron que la Casa Blanca divulgará su proyecto el 9 de marzo.

Antes de reunirse con Biden, MacCarthy dijo que cree que el presidente cederá a las presiones y negociará.

"Al final vamos a tener que bailar juntos. Así que, ¿cuándo quieres poner la música? ¿Ahora o más tarde?", ironizó sobre Biden en Punchbowl.

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