Vacas gordas y vacas flacas.
Crecí en el Perú en la década de los años 80 y 90 donde el tema diario era el alza de los precios, la hiperinflación, las torres eléctricas derivadas por los terroristas, importaciones cerradas, la industria local era obsoleta, largas colas para comprar gasolina, fierro, acero, etc… corrupción en todos los niveles políticos y económicos y el grueso de la población padecía porque no encontraba los productos mínimos de la canasta básica familiar como leche, arroz, azúcar, fideos o pan.
A finales de los años 90 y principios del nuevo siglo, un nuevo aire pasó por la región y trajo consigo para el Perú, la apertura de las importaciones aumentando el consumo interno, precios altos y gran demanda de los productos que exportamos, regresaron las inversiones extranjeras, el mercado inmobiliario y de valores se dinamizó, ampliamos nuestra oferta exportable y surgió una nueva clase media.
Ese nuevo aire se agotó y no supimos aprovechar la época de las vacas gordas, pues no se crearon estructuras que soportaran el tiempo de las vacas flacas. Por el contrario, se aposto por un mal populismo o por el piloto automático con la economía y los sectores productivos. En resumen, se malgastó el dinero y se desperdició el tiempo.
Este año 2016, a menos de tres meses de las elecciones presidenciales, el Perú enfrenta un nuevo reto, pues debe elegir dentro de un colorido y pintoresco abanico de posibilidades (de las que no voy a opinar ahora porque no es el objeto de esta nota, aunque debo aceptar que me encuentro muy tentado para hacerlo) un presidente que entienda que el Perú, a pesar de estar con el viento en contra, necesita un nuevo impulso para lanzar su economía a un nuevo nivel, donde empecemos a exportar bienes y servicios con valor agregado, incentivemos la inversión privada, aumento del consumo interno, desburocratización de los procesos para la obtención de licencias y permisos, etc…
Con este marco de referencia, nuestro consejo a los peruanos es tener liquidez en dólares, obtener financiamiento en soles, buscar opciones de inversión en el extranjero. Siempre el mercado inmobiliario resulta atractivo y sólido en mercados desarrollados como Estados Unidos y Europa donde por tres o cuatro años más va a estar en una etapa ascendente. Muy interesante también asoma el mercado de valores que es otra opción muy interesante para obtener un rendimiento positivo, que aunque el mercado está volátil, se están abriendo oportunidades interesantes tanto a los que asumen riesgos como a los que no desean asumir casi ningún riesgo.
Como corolario final, creemos que es un momento muy bueno para invertir. El éxito de esta etapa radica en encontrar un muy buen asesor que de acuerdo a tu perfil y objetivos le oriente para buscar la mejor opción disponible.
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