Contrastes o paradojas, incertidumbre o duda: son palabras que podrían definir, hasta el momento la pálida plataforma del presidente Joe Biden con respecto al tema de Cuba. Han existido indicios, coqueteos o declaraciones, pero no hechos. Ni hacia un lado, ni hacia el otro y he ahí la manzana de la discordia o del entendimiento.
Resulta difícil de imaginar a un Biden alejado de las directrices de Obama, al fin y al cabo, fue el segundo al mando durante los 8 años de su administración. De hecho, durante su campaña presidencial el entonces candidato demócrata Joe Biden dijo al canal estadounidense CBS que, de llegar a la Oficina Oval, tenía planes de retomar el acercamiento con el régimen castrista.
En la conversación con el periodista Jim DeFede afirmó de igual forma que insistiría en que la parte cubana "cumpla con los compromisos”. No obstante, la historia ha demostrado que la dictadura no piensa ceder un ápice en su comportamiento totalitario y represivo por naturaleza. Si ello pasara, ¿sería posible ver a un Biden codo a codo con las sanciones de Trump?
En una declaración, la subdirectora de comunicaciones de la campaña de Trump, Ali Pardo, aseguró previo a las elecciones, que Biden "seguiría el liderazgo de Bernie Sanders y se alinearía con las dictaduras socialistas sobre los valores de nuestro país".
Esta semana el senador cubanoamericano Bob Menéndez dijo en una entrevista con AméricaTevé que la actual Administración está revisando la política de Estados Unidos hacia Cuba: "Si somos sinceros tenemos que ver que después de décadas de administraciones republicanas o demócratas no se ha logrado lo que queremos lograr: la libertad del pueblo cubano. Tenemos que pensar qué más podemos hacer para lograrlo", dijo Menéndez.
Menéndez, de militancia demócrata criticó la posición unidireccional y verticalmente descendente de Obama y recordó que en el deshielo no se consultó con el Congreso, ni con los políticos "bien empapados en el tema de la política hacia el régimen".
"Por lo menos tenemos una Administración que no ha decidido ideológicamente 'regresar a la política de Obama'. Está consultando con este servidor y con otros lo que debe ser esa política. Esos que están dentro de la Administración, el cuerpo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado, entienden que el esfuerzo de Obama no rindió lo que esperaban", dijo.
Y es que el acuerdo y el show mediático en la Habana fue una especie de circo donde los apretones de manos en las vitrinas de la dictadura estaban muy distantes de la triste realidad de los cubanos sometidos.
¿Regresará Biden al deshielo? ¿Mantendrá algunas sanciones? ¿Escuchará los cánticos de izquierda o la voz de las víctimas condenadas al destierro?
Geoff Thale, presidente de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), entrevistado por la Voz de América, aseguró que volver al punto en que Obama dejó el entramado de relaciones es solo cuestión de tiempo.
Que Biden tiene la capacidad -por orden ejecutiva (y ya ha firmado muchas)-, de regresar al punto en que quedó la relación en la era de la administración Obama. "Es decir, puede revertir las restricciones en viajes, en remesas familiares, en comercio, etcétera, hasta el punto en que estaban”.
En contraparte el investigador cubano José Azel no está de acuerdo con volver al punto en que quedaron los intercambios al final del mandato de Obama, y argumenta que “son medidas de acercarnos a un gobierno totalitario que ha eliminado todas las libertades individuales para el pueblo cubano…sería un error volver a esa fallida política de Obama” debido a que “fue una política basada en concesiones unilaterales de parte de Estados Unidos a cambio de nada”.
Vamos a destacar que Cuba, según el informe de diciembre de 2020 de la organización Prisioners Defenders, ha vuelto a las cifras de presos políticos que tenía cuando procedió a las liberaciones tras los tímidos acuerdos con Obama.
El escenario está polarizado a extremos en EEUU y referente a Cuba no es la excepción. Alrededor de ochenta congresistas demócratas enviaron una carta a Biden, donde le solicitaron levantar las medidas económicas, financieras y comerciales contra Cuba: "De un plumazo, usted puede ayudar a las familias cubanas en dificultades y promover un enfoque más constructivo", expresa el texto
Los congresistas entre los que se encuentran Bobby Rush, Gwen Moore y Barbara Leeabogan abogan, de igual forma, por restablecer el personal de la embajada estadounidense en La Habana. "Se debería revertir la reciente decisión politizada de la Administración Trump saliente de volver a añadir a Cuba a la lista de Estados patrocinadores del terrorismo".
Sobre este tema Azel apoya la postrera decisión de administración Trump de reingresar a la dictadura a esta lista y alega que el país caribeño no colabora en la entrega de criminales y da cobijo a guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional de Colombia: “Cuba nunca debió haber sido eliminada de esa lista”, repite el académico, porque “nunca ha hecho ningunas concesiones”.
Oficialmente ha predominado el silencio. La vocera de Biden, Jen Psaki declaró en una ocasión: "Nuestra política sobre Cuba va a estar comandada por dos principios: el primero el apoyo a la democracia y los derechos humanos, que va a ser el eje, y el segundo es que los estadounidenses de origen cubano son los mejores embajadores de la libertad en Cuba".
Pero de las palabras a los hechos va un trecho y al parecer el tema Cuba no es prioridad para la Casa Blanca.
En al ámbito local, líderes políticos y civiles demócratas y republicanos del sur de Florida instaron al presidente Joe Biden, a reanudar el envío de remesas a Cuba. En una carta enviada a la Casa Blanca, los firmantes, entre ellos el alcalde de Coral Gables, Raúl Valdés-Fauli, detallan que el asunto requiere "atención urgente sin importar las inclinaciones políticas".
"Estos flujos hacia Cuba se han producido durante más de 20 años, llevando fondos muy necesarios para aumentar los ingresos de los hogares, especialmente a la luz de las dificultades económicas debido al COVID-19". No obstante, muchos sostienen que abrir de nuevo sería darle oxígeno al régimen en momentos donde atraviesa una severa crisis económica y falta de liquidez. En este marco las remesas sostienen o cuando menos ayudan a sostenerse. Baste citar que acorde a Havana Consulting Group, la cifra las remesas enviadas a Cuba desde 1993 hasta 2019 alcanzan la friolera de 46,800 millones.
Una “contra-carta de la “Asamblea de la Resistencia” exhorta al presidente a mantener a Cuba en la lista de las naciones que auspician el terrorismo. Entre los argumentos resaltan el asesinato de cuatro pilotos de Hermanos al Rescate sobre aguas internacionales en 1996; la confabulación para enviar armas a Corea del Norte, el auxilio que le prestan los servicios de inteligencia cubanos a la dictadura de Maduro en Venezuela y los ataques acústicos a diplomáticos estadounidenses y canadienses.
Analistas pro-apertura y aquellos que abogan por la mano fuerte, se mantienen en un limbo sin certezas inquebrantables de hacia dónde soplarán los vientos en la Casa Blanca. Hoy Biden parece mirar a Cuba desde el horizonte, queda por ver si opta por escuchar a la comunidad cubanoamericana en el exilio, si adopta una posición crítica y punitiva respecto a las violaciones de los derechos fundamentales en la isla o se va, de camisa remangada a la Habana, a comerse el postre de la cena que comenzaron Barack y Michelle Obama.