WASHINGTON — La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por unanimidad una ley para aumentar la seguridad de los candidatos presidenciales por parte del Servicio Secreto tras los dos intentos de asesinato contra el expresidente Donald Trump, que aspira a llegar a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre.
La legislación bipartidista, presentada por el republicano Mike Lawler y el demócrata Ritchie Torres, ambos de Nueva York, tendrá que ser aprobada ahora por el Senado. La votación se logró con 405 votos a favor y cero en contra.
En concreto, el texto pide al Servicio Secreto valorar "el número de agentes necesarios" para "proteger" a los presidentes, vicepresidentes, así como a los candidatos a la presidencia y vicepresidencia.
Esto se produce después de un atentado y posterior intento de asesinato que sufrió en Pensilvania y posteriormente en West Palm Beach el expresidente Trump. Ryan Wesley Routh, de 58 años, es el sospechoso del último ataque contra el magnate cuando se encontraba jugando al golf el domingo en Florida, es acusado de dos cargos federales por uso ilegal de armas de fuego que podrían acarrearle hasta 20 años de cárcel.
Trump sobrevivió al primer atentado el pasado 13 de julio durante un mitin en la campaña electoral en la ciudad de Butler, en el estado de Pensilvania. El atacante, identificado como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, fue abatido segundos después por un francotirador del Servicio Secreto.
"Deficiencias" en la comunicación
El director interino del Servicio Secreto de Estados Unidos, Ronald Rowe, explicó en rueda de prensa este viernes que la agencia no dio instrucciones "claras" a las fuerzas de seguridad que estaban en la zona y que hubo "deficiencias" en la comunicación entre el personal que respondió al tiroteo en Butler.
"Si bien algunos miembros del equipo de avanzada fueron muy diligentes, hubo complacencia por parte de otros que llevó a una violación de los protocolos de seguridad", agregó.
En concreto, las conclusiones preliminares de la investigación interna llevada a cabo por el Servicio Secreto determinó que el personal no transmitió por radio "la descripción del agresor" o "información vital" sobre los disparos.
Pese a ello, se mostrado optimista ante la actuación de las fuerzas de seguridad en el segundo intento de asesinato contra Trump. "Los procedimientos funcionan", señaló Rowe, en el cargo desde que dimitió Kimberly Cheatle el pasado 23 de julio, tras el primer atentado contra el expresidente Trump.
FUENTE: Con información de Europa Press