martes 1  de  octubre 2024
EEUU

"Encaramos un largo proceso que hace sangrar la nación"

Mario Tavares, profesor de ciencias políticas de Fordham University, en Nueva York, dio declaraciones sobre el juicio político al presidente Donald Trump. "Juzgar al Presidente es un asunto de Estado. Es la máxima figura del país, en verdad el [mandatario] más poderoso del mundo, y poner en duda sus funciones hace sangrar a la nación", comentó a DIARIO LAS AMÉRICAS
Por JESÚS HERNÁNDEZ

MIAMI.- Armados con apuntes, resoluciones, preguntas y respuestas, los 100 senadores que conforman el alto cuerpo legislativo de la nación tienen ante sí un complicado caso judicial que pone en vilo al país, aunque se anticipe el veredicto final.

De hecho, el ya célebre juicio político al presidente Donald Trump, eso que llamamos impeachment en inglés, podría demorar dos semanas o incluso más, tal vez un mes si tomamos como referencia el proceso similar al que fue sometido Bill Clinton en 1992.

“Juzgar al Presidente es un asunto de Estado. Es la máxima figura del país, en verdad el [mandatario] más poderoso del mundo, y poner en duda sus funciones hace sangrar a la nación”, comentó a DIARIO LAS AMÉRICAS Mario Tavares, profesor de ciencias políticas de Fordham University, en Nueva York.

Proceso

Tras casi un mes de espera, luego de que la Cámara Baja adoptara la resolución y demorara en enviar el expediente al Senado, el proceso judicial inició con la lectura de los cargos y la discusión de ciertas normas y solicitudes que estarían encaminadas a facilitar la valoración de los actos.

Trump es acusado de abuso de poder por supuestamente “presionar” al mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, para que anunciara investigaciones sobre el precandidato demócrata y exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter Biden; y que después, cuando el Congreso procedió a indagar en las acusaciones, el Presidente pidió a sus funcionarios no cumplir con las citas, lo que consideran “obstrucción”, incumplimiento de la Constitución por parte del mandatario.

El Senado prometió, juró, ser imparcial en un juicio que está comandado por el presidente de la Corte Suprema, en el que los representantes demócratas de la Cámara Baja actúan como fiscales y el equipo de abogados de Trump hace la tarea de defenderlo.

El proceso comenzó con posiciones partidistas muy bien definidas: 11 enmiendas presentadas por los demócratas fueron rechazadas por la mayoría republicana de 53 senadores, lo que anticipa, de alguna manera, la resolución final del juicio.

“Me gustaría que el proceso dejara a un lado el partidismo y analizara fríamente los hechos, las circunstancias y los atenuantes”, reclamó el profesor Tavares. “Aunque entiendo que ambas partes están muy irritadas, tras tres largos años de discordias y acusaciones”, argumentó.

Diferencias

Entre las 11 solicitudes rechazadas sobresale la alusión a citar al exconsejeros de Seguridad Nacional John Bolton, quien anunció que estaría dispuesto a declarar luego de negarse hacerlo antes, cuando el Congreso lo citó.

“Bolton anunció que ahora está dispuesto a declarar, luego de haber abandonado su puesto en el equipo presidencial, bajo las aún existentes dudas sobre si renunció o fue despedido”, anotó el académico.

No obstante, la Casa Blanca plantea que cualquier evidencia que Bolton pudiera presentar podría atentar contra la seguridad del país, y por ello la mayoría republicana en el Senado rechazó la solicitud demócrata.

Lo mismo sucedió con la solicitud de archivos y otros documentos del Departamento de Estado y la Casa Blanca. “La gente no cree que el juicio sea justo”, opinó el representante demócrata de la Cámara Baja para el proceso judicial, Adam Schiff, quien además planteó que “se terminará creyendo que el resultado estaba preparado”.

Por otra parte, el senador demócrata Sheldon Whitehouse, de Rhode Island, arremetió contra los abogados de Trump por alegar “la falta de nuevas evidencias”, cuando “las reglas adoptadas por el Senado no permiten convocar la presencia de nuevos declarantes”.

Durante una entrevista televisada por FoxNews, Whitehouse, quien fue fiscal federal, señaló “tendríamos nuevas evidencias si la Casa Blanca no bloqueara la solitud. Además, un buen fiscal alude a las mismas evidencias, tanto en la apertura como en el cierre del juicio, así que la llamada repetición de alegaciones es normal en cualquier proceso”.

No obstante, el equipo de defensa del Presidente, en el que sobresale el abogado Ken Starr, el mismo que lideró las investigaciones sobre Whitewater y Monica Lewinsky en los años 1990; plantea que el juicio en sí es “una peligrosa interpretación pervertida de la Constitución”.

Decoro

En efecto, el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, que supervisa el proceso, pidió a legisladores y abogados calma y les recordó a todos, durante uno de los momentos más intensos del debate, que “estaban dirigiéndose al mayor cuerpo deliberativo del mundo”.

En el ínterin, la senadora republicana Susan Collins, de Maine, expuso sus preocupaciones sobre las duras acusaciones de “encubrimiento” y escribió una carta al juez Roberts para urgirle poner orden en el pleno.

Collins aseguró al medio periodístico Politico haberse sentido “espantada” por la acusación de encubrimiento y confirmó además haber escrito la carta al presidente de la Corte Suprema, luego de presenciar un enconado altercado en el Senado entre el representante demócrata Jerrold Nadler, de Nueva York, y el jefe de consejería de la Casa Blanca, Pat Cipollone.

"Me recordó que si estuviéramos en un debate regular en el Senado, se invocaría la regla de evitar palabras de un senador por impugnar a otro senador", declaró Collins. "Por eso, escribí una nota que abordaba la violación de las reglas".

“Esperemos que todos dejen el partidismo a un lado”, recalcó el profesor Tavares. “Que se olviden por unos días de las diferencias y que analicen fríamente las evidencias presentadas. Y que luego voten, de un lado y el otro, sin prejuicio”, concluyó.

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