MIAMI.- SERGIO OTÁLORA
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@sergiootalora
De esta manera, tras seis largos meses de espera, Jeb Bush anunció en Miami su intención de lograr la nominación del Partido Republicano para enfrentar al elegido del Partido Demócrata y recuperar la Casa Blanca
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“Ayúdenos a tener una campaña que les da la bienvenida. Trabajen con nosotros por los valores que compartimos. Y para un gran futuro que es nuestro”. Ese fue el guiño que Jeb Bush, en español, le hizo a la comunidad hispana, durante su discurso en el que declaró su propósito de ser candidato a la presidencia de Estados Unidos por el partido republicano.
“En cualquier idioma mi mensaje es de optimismo”, afirmó Bush en medio de aplausos y gritos de cerca de 3 mil asistentes (en un auditorio al que le caben 5 mil personas) que se dieron cita en el coliseo del Miami Dade College de Kendall, en el lanzamiento de esta campaña que se dio un día después de la postulación oficial de candidata demócrata Hillary Clinton.
“Tengo la certeza de que podemos hace las décadas que vienen el tiempo más grandioso para vivir en este mundo. Esa esperanza requiere lo mejor de nosotros. Y yo lo daré todo”, prometió Bush quien, en un momento dado, tuvo que ver cómo en las graderías un grupo de defensores de inmigrantes indocumentados se ponía de pie. Cada uno de ellos llevaba una camiseta amarilla con una letra, y en conjunto formaban la frase “legal status is not enough” (el estatus legal no es suficiente).
Ante eso, Bush respondió: “El próximo presidente de Estados Unidos hará una significativa reforma migratoria para que ese problema sea resuelto”.
No fue casualidad que el MDC fuera el sitio escogido por Bush para lanzar su campaña. Reconoció esa institución como un lugar donde la diversidad y las oportunidades son el pilar del desarrollo de un país.
Pero en su diagnóstico de la situación actual dijo que “la presidencia no pueda pasar de un liberal a otro. Nuestro país va por muy mal camino. La pregunta es: ¿Qué vamos a hacer al respecto? La pregunta para mí es: ¿Qué voy a hacer al respecto? Y por eso he decidido ser el candidato a la presidencia de Estados Unidos”.
En ese momento hubo gritos de júbilo y decenas de cámaras de televisión, de canales nacionales e internacionales, registraron el momento en el que el tercero, de los seis hijos de de George H.W. Bush y Barbara, se lanzaba al ruedo con la promesa de que se postulaba para ganar y que haría campaña con el mismo espíritu con el que fue gobernador: “yendo a todas partes, hablando con todo el mundo y diciendo la verdad en la que yo creo”.
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La estrategia
Minutos antes, varias personas salieron al escenario. Entre ellas las hermanas Chirino, hijas del salsero cubanoamericano Willy Chirino, quien con su esposa, Lisette, entonó el himno de Estados Unidos.
También habló la que fuera vicegobernadora de Bush, Toni Jennings. El hijo mayor de Bush, George P. Bush, quien ahora es comisionado en la Oficina de Tierras, en Texas, dijo que su padre le había enseñado, a él y a sus hermanos, la importancia de los valores. Además, dio su testimonio una madre colombiana, nacida en Barranquilla, cuya hija es muda y quien, según las palabras de la señora, pudo beneficiarse de los programas en las escuelas para los niños con limitaciones, durante la época en la que Bush fue gobernador de la Florida.
Dentro de los invitados estaban, entre otros, la fiscal del Estado, Pam Bondi; el secretario de Agricultura y defensa del consumidor, Adam Putnam; el exdirector del partido republicano de la Florida, Al Cardenas; el excongresista Licoln Diaz Balart; el exsecretario de vivienda Mel Martínez y el exsecretario de comercio, Carlos Gutierrez.
Hubo un fuerte acento hispano previo al discurso central de Bush. Y eso contrastó con el lanzamiento de la candidatura de Marco Rubio, también en Miami, pero en la Torre de la Libertad (propiedad también del MDC). El senador sólo se refirió a sus padres, nacidos en Cuba, como exponentes del sueño americano.
Frente externo
En el frente externo Bush fue especialmente crítico con el gobierno de Obama. “Desde el principio el presidente y su equipo de relaciones exteriores estaban tan ansiosos de hacer historia que fracasaron en hacer la paz. El equipo de Obama, Clinton y Kerry está dejando un legado de crisis y contención. Violencia, enemigos innombrables, amigos sin defensa y alianzas que se están desbaratando. Voy a reconstruir las relaciones con nuestros amigos y aliados, y empezaré con el valiente y democrático estado de Israel”, expresó el exgobernador de la Florida, quien remató su análisis con una referencia a Cuba: “No necesitamos glorificar el turismo para ir a la Habana y apoyar a una Cuba fracasada. Necesitamos a un presidente de Estados Unidos que vaya a la Habana y se solidarice con la libertad del pueblo cubano”.
También puso como ejemplo de gobierno eficiente sus ocho años al frente de los destinos del estado de la Florida. Destacó la reforma educativa, el crecimiento económico y la creación de nuevos puestos de trabajo. “Convertimos la Florida en el estado número uno en crecimiento económico y creamos 1.3 millones de nuevos empleos. Crecimos a una tasa de 4.4% de crecimiento. Tuvimos un presupuesto balanceado e hicimos recortes en los impuestos que les ahorro a la gente y a los negocios 19 mil millones de dólares”, puntualizó Bush.
Criticó lo que a su juicio es la parálisis que vive Washington, donde el cabildeo es la industria que más progresa. Al respecto, dijo que “vamos a tomarnos Washington, la capital estancada de este dinámico país, y convertirla de un lugar que genera problemas al lado brillante de la libertad para todos los estadounidenses. Sé que esto se puede arreglar porque ya lo he hecho”, señaló.
Y advirtió que “mientras el resto del país lucha contra la presencia de un gobierno muy grande, unos grupos de intereses creados se acomoda muy bien en Washington”.