MIAMI.– Por lo menos en algo Washington y Moscú están de acuerdo. Los encuentros del secretario de Justicia, Jeff Sessions, con el embajador ruso no tuvieron nada de extraordinario, sino que el hecho ha sido sacado fuera de contexto. Peor aún, las dos capitales están de acuerdo en que todo proviene de ‘la prensa falsa”.
En Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo este jueves que la revelación el día anterior del diario The Washington Post, es un “vandalismo mediático”. Su colega en la Casa Blanca, Sean Spicer, sostuvo antes de subirse a un avión con el presidente rumbo a las costas de Virginia, que todo no pasa de “una historia falsa con objetivos políticos”, alimentada por los demócratas.
Pero en el mundo político estadounidense el escándalo está subiendo de tono. Los demócratas sostienen que el asunto es realmente serio, tanto que están pidiendo que el secretario de Justicia renuncie a su cargo o, en lo mínimo, no participe en las investigaciones sobre la aparente interferencia rusa en las pasadas presidenciales.
Los republicanos no llegan tan lejos como para pedir la dimisión de Sessions, pero también han manifestado que debe apartarse de la investigación en ese sentido, mientras en el Senado a cada minuto se intensifica la necesidad de nombrar un fiscal especial para investigar el caso.
El asunto es simple. Durante el verano y antes de las presidenciales, el entonces senador Sessions se reunió dos veces con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak. Una vez en instalaciones del Partido Republicano y otra en su despacho senatorial en Washington.
Los contactos de senadores con embajadores son normales. Sin embargo en este caso se complican porque se dieron en un momento en que ya la administración de Barack Obama estaba investigando la interferencia rusa en las presidenciales y, durante las audiencias de nominación en el Senado, Sessions ocultó las conversaciones a los senadores. Cuando su colega de Minnesota, el demócrata Al Franken, le preguntó directamente si conocía de algunos contactos de esa naturaleza por parte de alguien de la campaña de Trump, Sessions fue tajante, dijo que no.
Este jueves, tras la denuncia de The Washington Post, el ahora secretario de Justicia no ha desmentido el hecho sino que ha aseverado que las conversaciones no tuvieron nada que ver con la campaña política y menos sobre la intervención rusa en las elecciones. No está claro entonces de qué conversaron.
De inmediato, primero por parte de los demócratas, y ahora también llegan vientos republicanos en ese sentido, se han escuchado voces exigiendo que, mínimamente, Sessions no debe participar en la investigación federal que el FBI lleva a cabo. El secretario de Justicia ha contestado que no ve necesidad de hacerlo ahora y que más tarde se verá, si llega “el momento apropiado”.
“No hay ningún inconveniente en encontrase con el embajador ruso. Si no hay nada inconveniente, ¿por qué no dice la verdad?”, ha demandado el líder de la mayoría republicana en el Senado, Chuck Schumer. “Ya lo he dicho. Cuando sea conveniente, me retiraré (de la investigación)”, contestó Sessions, en unas declaraciones a la cadena MsNBC.
Pero la presión sigue subiendo de tono dentro de sus propias huestes, pese a que el presidente Donald J. Trump acudió en su ayuda y al llegar a Newport, Virginia, dijo que mantiene “toda la confianza” en su secretario de Justicia y no ve la necesidad de que se retire de la investigación.
El presidente aclaró que no sabía de los contactos de Sessions con el embajador ruso. Pero cuando le preguntaron si el secretario de Justicia informó correctamente al comité senatorial que lo entrevistó, contestó: “Creo que probablemente sí”.
Al menos tres importantes miembros de la Cámara de Representantes, Jason Chaffetz, Darrel Issa y Tom Cole, dijeron el jueves que Sessions debe retirarse de la investigación. Y el senador republicano Rob Portman ha agregado que “es lo mejor que puede hacer, por él mismo”.
El secretario de Justicia “necesita retirarse de esto. Es la forma de hacer las cosas más transparentes y no dejar dudas. O aclararlas todas, lo que es lo mismo, (pero) no puede estar involucrado en la investigación”, enfatizó Chaffetz, presidente del comité senatorial de Control y Reforma de Gobierno
A su vez, el líder de la mayoría republicana en la Cámara Baja, Kevin McCarthy, insistió en que Sessions “necesita clarificar para qué fueron esos encuentros. Las reuniones de cortesía con diplomáticos son normales, pero no es fácil mantener un secretismo cuando está en causa una investigación (federal), en la cual él participa”.
El presidente de la Cámara de Representantes fue un poco más cauteloso. Dijo que el secretario de Justicia debe apartarse del asunto sólo si es objeto de la investigación.