WASHINGTON- Los demócratas buscan a toda costa desviar la atención sobre la crítica situación económica que afecta a la gran mayoría de los estadounidenses y que los ha puesto contra la pared para las elecciones de noviembre. En particular, intentan desacreditar y desactivar políticamente al expresidente Donald Trump.
La guerra de Ucrania, el aborto, la tenencia de armas y el llamado tribunal sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero no le ha funcionado a la Casa Blanca para revertir los números de las encuestras sobre la gestión del presidente Joe Biden y sus fallidas políticas económicas, el principal tema de preocupación para los estadounidenses.
El show al estilo Hollywood montado por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y la extrema izquierda del Partido Demócrata no ha revelado nada que el público desconociera y mucho menos algún elemento de peso para enjuiciar al expresidente Donald Trump. Todo se ha resumido en especulaciones y análisis subjetivos, sin valor alguno frente a un tribunal real de la justicia estadounidense.
En el 2021, una investigación del Buró Federal de Investigaciones (FBI) no encontró ninguna prueba para incriminar a Trump. Tres ese informe, Pelosi se encargó de crear un comité en la Cámara Baja para una pesquisa independiente, pero sin ningún respaldo legal y legítimo.
El "tribunal de pacotilla"
Este viernes, el exmandatario Trump arremetió contra el comité parlamentario que "investiga" el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, calificándolo de "tribunal de pacotilla". Trump reiteró que le robaron las elecciones presidenciales de 2020.
Durante una audiencia el jueves por la noche, este comité lo acusó de haber "faltado a su deber" durante el ataque y estimó que debe ser considerado legalmente responsable por ello.
Trump reaccionó con una serie de mensajes en la red Truth Social, que lanzó como alternativa a Twitter cuando se le prohibió el acceso a esta plataforma, un acto insólito contra un presidente estadounidense que le ha costado a Twitter un desplome de sus ganancias y muchos problemas.
En estos momentos la red social se encuentra en un litigio legal contra el dueño de Telsa y de SpaceX, Elon Musk, quien retiró su oferta de compra a Twitter por 44.000 millones de dólares. El principal embrollo en las negociaciones fueron millones de cuentas falsas y las respuestas no confiables de los ejecutivos de la plataforma. Así lo ha declarado Musk.
Menos la cadena Fox News, el resto de la televisoras liberales transmitieron el jueves en la noche el show de los demócratas, otro intento por sacar a Trump de la arena política. Hasta el momento, nada les ha funcionado.
La farsa sobre Rusia y Trump se encuentra bajo investigación del fiscal especial John Durham que ha encontrado revelaciones estremecedoras sobre Hillary Clinton, altos exfuncionarios del FBI y los demócratas en un complot desde el 2016 contra exlíder de la Casa Blanca. Aún se esperan las conclusiones de la investigación.
El expresidente Trump denuncia las mentiras
Trump, quien se plantea presentarse a las elecciones presidenciales en 2024, denunció las "mentiras" de este comité "corrupto y muy partidista".
En particular se preguntó por qué el grupo de congresistas no pidió al Servicio Secreto que confirmara unas declaraciones de un exempleado de la Casa Blanca, según el cual Trump intentó quitarle el volante de la limusina a un oficial para intentar unirse a los manifestantes el 6 de enero.
"Porque conocen la respuesta y no les gusta. ¡Un tribunal de pacotilla!", protestó.
Las elecciones presidenciales de 2020 fueron "amañadas" y "me las robaron a mí y a nuestro país", repitió, a pesar de que los tribunales desestimaron sus múltiples recursos legales que supuestamente probarían el fraude.
"Estados Unidos se está yendo al infierno. ¿Se supone que debo alegrarme?", se preguntó.
También atacó a una de sus principales rivales, Liz Cheney, la única republicana en la comisión junto con Adam Kinzinger, a quien llamó una "mojigata fracasada".
El jueves por la noche los miembros de la comisión completaron una serie de audiencias dedicando dos horas y media al día 6 de enero de 2021, contando cómo lo vivió Donald Trump "minuto a minuto", según las versiones del calificado ilegítimo comité por parte de los líderes republicanos, como Kevin McCarthy.
Los demócratas le reprocharon haber seguido durante tres horas la violencia de sus seguidores sin reaccionar, "violando su deber de comandante en jefe".
Los manifestantes pretendían impedir que se certificara la victoria del rival demócrata de Trump, Joe Biden, en las elecciones presidenciales de 2020, pero sobre todo hacer sentir la voz de millones de estadounidenses indignados por las irregularidades y reveleciones sobre los comicios.
Meses después, más de 12 estados de la nación hicieron reformas a las leyes estales electorales con el objetivo de elevar la seguridad y la legitimidad del proceso, a lo que los demócratas respondieron airados con un proyecto de ley en la Cámara de Representantes que apenas exigía un documento legal al votante en las urnas. Por supuesto, el intento murió en el Senado.
A medida que se acerca noviembre, los demócratas demuestran mayor desesperación e intentan justificar el desastre económico de Biden y las crisis creadas por su gobierno con "cortinas de humo" para desviar la atención de los electores. Sin embargo, hasta ahora, nada les ha servido.
La alarmante inflación de 9,1%, escasez, falta de mano de obra en las industrias y empresas, déficit comercial récord, deuda pública por encima de 30 billones de dólares, caos economómico y humanitario en la frontera sur, aumento considerable de la violencia, en especial en los estados gobernados por demócratas, los intentos por reformar el sistema electoral y judicial (incluso la Corte Suprema de EEUU), son parte de la extensa lista que define el trabajo de Biden y los demócratas en apenas un año y medio.
Las últimas encuestas revelan como promedio que más del 70% de los estadounidenses desaprueba la gestión de Biden, incluso, entre los mismos demócratas.