En Miami muchos cubanos se interesan sobre cuáles serán las cuestiones que analizará el próximo congreso del Partido (PCC) en la Habana, por supuesto a otros tantos no les importa.
Posiblemente en este congreso se decida otorgar mayores posibilidades de gestión a los territorios (provincias, municipios), a partir de una mayor descentralización del presupuesto del estado
En Miami muchos cubanos se interesan sobre cuáles serán las cuestiones que analizará el próximo congreso del Partido (PCC) en la Habana, por supuesto a otros tantos no les importa.
Sin embargo para tomar el pulso del asunto y debatir sobre el tema, el Centro Cubano de Promoción Intercultural con sede en Miami, junto a un nutrido grupo de colaboradores e invitados que dirige el periodista y analista político Gustavo Godoy; realizó un interesante conversatorio en los salones de la sociedad Dante Alighieri, participando como panelistas Marcelino Miyares, Andrés Alburquerque, Domingo Amuchastegui y Eugenio R. Balari.
En el encuentro se informó que el Centro consideraba repetir la iniciativa en el mes de Mayo, de manera de comparar las ideas que se expusieran con las que a mediados de abril se decidirían en el congreso.
Haciendo una síntesis de los aspectos de interés mencionados por los panelistas y el público, refiero sucintamente las siguientes cuestiones: ¿Razones por las que después de transcurridos cinco años entre el 6º y el 7º congreso; no se realizó como en otras significativas ocasiones, una consulta popular sobre la definición de un nuevo modelo de desarrollo económico y social para el país y acerca del carácter que tendría su identificación ante la sociedad y el mundo?
Se preguntó si la presencia del presidente Obama en Cuba, pudo hacer reconsiderar criterios sobre la agenda del Congreso.
En ese sentido se especuló, si para las autoridades cubanas era conveniente amarrarse en las actuales circunstancias a un modelo de proyección socialista; tomando en cuenta la complejidad de la situación internacional y el complejo curso de las reformas domésticas que se llevan a cabo.
Se analizó la posibilidad de que se definiera, al menos tentativamente, una estrategia de desarrollo económico a corto, mediano y largo plazo; posiblemente especificando los proyectos económicos y sociales más importantes y ofreciendo como algo conveniente, elementos sobre sus condiciones de viabilidad.
Se alegó que posiblemente en este congreso, decidieran otorgar mayores posibilidades de gestión a los territorios (provincias, municipios), a partir de una mayor descentralización del presupuesto del estado y estos pusieran en ejecución iniciativas descentralizadas en el marco de sus competencias territoriales.
No pasó inadvertido el asunto de las inversiones y en ese sentido se consideró necesario, se dejara esclarecida la posibilidad de ser realizadas tanto por los cubanos que viven en Cuba como fuera de ella.
En igual sentido se valoró el crecimiento del turismo y la conveniencia de contemplar urgentes crecimientos en capacidades de alojamiento, gastronomía, aeropuertos u otras unidades de recreación; también la imperiosa política de reparaciones y mantenimientos de la ciudad en sus objetivos priorizados, en calles y viviendas urbanas.
Se habló sobre la crítica y compleja situación que ofrece el mercado interno o doméstico; considerándose los limitados volúmenes, variedades y surtidos de la oferta mercantil y las insatisfacciones ciudadanas.
En ese aspecto fue considerado lo apropiado que resultaba reordenar el mismo, además de ampliarlo, modernizarlo y hacerlo eficiente; pero se fundamentó que era necesaria adoptar una política integral, sistémica; donde se tomara en cuenta no sólo el crecimiento de la economía, sino la solución de perturbadores elementos que concurrían en este. Poniéndose de ejemplo las diversas formas de comercialización existentes (comercio normado, liberado agropecuario e industrial, las shopping u otras formas de comercialización); agregándose los pagos en las dos monedas y los precios fijados por el estado (en unos casos subsidiados y congelados desde años anteriores, otros que son supuestamente de oferta/demanda y los elevados precios en las shopping), extraña amalgama de situaciones para lidiar con la oferta del consumo mercantil y la demanda de la población.
Agregándose que en ello gravitaba el escaso poder adquisitivo de la población, que generaba situaciones de permanente insatisfacción en el consumo personal, malestar político y a su vez desestimulo laboral.
En el análisis del tema se dijo que el estado cubano junto al avance o crecimiento de la economía, tendría que acometer el reordenamiento comercial, efectuar significativas reformas de precios, salarios y jubilaciones, para a su vez proceder a unificar las monedas y evitar un mayor proceso inflacionario.
Otra interesante interrogante consistió en valorar, si el congreso explicaría los pagos de a la deuda externa y sus efectos sobre la economía y la población y unido a ello, el aumento de los niveles de pobreza que experimenta la sociedad cubana.
Para finalmente el conversatorio incursionar en temas no económicos, como los de considerar posibles reformas políticas, jurídicas e institucionales; poniendo por ejemplo la actual Constitución y especulando, si la mantendrían o decidirían elaborar una nueva, o si por el contrario continuarían reformándola como hasta ahora.
Se comentó la probabilidad que se discutieran nuevos enfoques sobre la sociedad civil, los sindicatos y la CTC, tomando en consideración que ya laboran en el sector privado más de ½ millón de cubanos.
Se hicieron planteamientos a favor de los derechos humanos y a la necesidad de un nuevo rumbo democrático, que ofreciera espacios a las diferentes corrientes de pensamiento político.
No faltaron comentarios acerca de si en este Congreso permanecerían los llamados dirigentes históricos incluyendo a Raúl, y quienes constituirían los órganos del partido (Comité Central, Secretariado y Buró Político); en ese sentido se valoraron algunos nombres de posibles promociones.
Los panelistas ofrecieron sus comentarios, respondieron diversas preguntas del público y polemizaron respecto a los criterios que fueron vertidos; por ejemplo acerca del papel de la banca y los créditos, la cuestión de los emprendedores privados, las razones de un cierto secretismo ante los temas de debate del congreso y lo significativo de no haber realizado una previa y amplia consulta popular.
Del público se manifestó una preocupación sobre las perspectivas de las inversiones extranjeras de Europa, ante una esperada y posible avalancha de las norteamericanas.
Es de destacar que los comentarios y las interrogantes recibieron puntuales explicaciones de parte de los panelistas e incluso desde el público.
El conversatorio moderado por el conocido analista político Gustavo Godoy, se desarrolló no obstante su diversidad y complejidad temática, dentro de un clima respetuoso y cordial, tanto entre los panelistas como entre estos mismos y el público asistente.