MIAMI.- A medida que la inquietud por la crisis sanitaria aumenta, la preocupación por acopiar productos de limpieza, ciertos alimentos y hasta papel higiénico crece, pero la asociación de supermercados y productores de alimentos de Florida asegura que “el flujo de mercancías continúa y está garantizado”, tanto en Miami-Dade como en todo el estado y el pais.
“Sea en tiempo de desastre natural (como un huracán) o durante una emergencia natural (como la actual situación de coronavirus), la industria alimentaria y otros productos en general continúa trabajando y sigue proveyendo un sólido servicio al cliente cuando más lo necesita”, señaló la presidenta de Food Industry Association, Leslie Sarasin, por medio de un comunicado publicado en el portal Supermarket News.
“La cadena de suministros continúa adaptándose (a esta situación extraordinaria) para satisfacer los niveles de demanda. Somos una fuerza laboral esencial y eso nos permite reabastecer y reponer productos en todo el país sin interrupción”, subrayó el informe.
“La producción no ha bajado”, aseguró. “Pero la demanda (en muchos casos desenfrenada) ha aumentado”, aclaró.
De hecho, el flujo de mercancías continúa llegando a almacenes y supermercados del país, incluyendo el sur de Florida, “pero el acaparamiento de ciertos productos”, la compra excesiva en muchos casos, “crea la apreciación falsa de que no hay”, explicó a DIARIO LAS AMÉRICAS el administrador de un almacén Publix en Coral Way, en Miami.
“Por eso, hemos tenido que limitar la cantidad a comprar de ciertos productos, como papel higiénico, que por alguna razón ilógica han sido llevados en masa”, acentuó el administrador.
Otros productos, como jabones, líquido para fregar y desinfectantes en general, son igualmente llevados “prácticamente en cantidades”, y por ende son regulados a uno o dos frascos o paquetes por consumidor.
Normalmente, los supermercados y tiendas, como CVS y Walgreens, entre otros, son suplidos cada dos o tres días, acorde a los pedidos particulares, pero la avalancha desenfrenada de compras, dada la preocupación, crea la percepción de faltas.
En efecto, a pesar de ciertas regulaciones adicionales, están los agricultores, transportistas, almacenistas y empleados de supermercados, quienes han aumentado las horas de jornada laboral para garantizar un rápido despliegue de alimentos y productos de primera necesidad.
Experiencias
Al amanecer, cerca de las 7 am, un grupo de personas se posicionaba frente a la entrada del supermercado Publix localizado en la avenida 27 del SW, a una cuadra de Coral Way.
Una hora después, el grupo creció a más de 80. Todos aguardaban por el ‘pistoletazo’ para entrar al supermercado..
Una buena parte de ellos se dirigió al pasillo de jabones, otra a los anaqueles de papel higiénico, donde apenas se percibía la presencia de unos 30 paquetes del ahora preciado producto.
Salvo una señora, que prácticamente empujó a un señor de la tercera edad, la mayoría siguió las reglas básicas de la buena cordura.
Papel higiénico y un par de jabones en mano, muchos se dirigieron a las cajeras sin prestar atención al resto de la mercancía disponible.
Atrás quedaron estantes, a medio suplir, con panes, huevos y algo de pollo.
Hasta las verduras, esas que siempre son recomendadas para una buena alimentación y apenas las tenemos en cuenta, están a medias de disponibilidad.
A una cuadra de allí, en la tienda CVS, la situación era similar. “Dos paquetes de papel higiénico y dos (pequeños botellines) de desinfectantes por persona”.
La fila dentro de la tienda superaba las 10 personas, con cierta distancia (aconsejada) entre ellas.
“Se acabó el papel higiénico”, también el desinfectante, “mañana regresa el camión pero no sabemos qué traerá”, anunció una atenta empleada de la tienda.
En las afueras del Publix que antes mencionamos, un hombre medio escondido detrás de un vehículo trataba de vender papel higiénico a 15 dólares el rollo.
Aumentar precios o revender productos está penado por la ley. Lo dijo la gobernación y la fiscalía estatal lo reafirmó y ambos exhortaron a llamar al número telefónico 305 547 3300 para reportar cualquier eventualidad.
A unos pasos del supermercado, el señor de la tercera edad, que fue prácticamente empujado al entrar al local, regresaba a casa, visiblemente acongojado, sin su presa deseada: papel higiénico.
“Tenga un paquete señor. Yo tengo otro”, le dijo otra persona. “Se lo regalo”. Fue la lección de civismo más hermosa de la jornada.