MIAMI.-SERGIO OTÁLORA
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La ausencia prolongada de una reglamentación, que reconozca el servicio de las aplicaciones móviles, agudiza el desnivel entre los proveedores de transporte particular
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“Le agradecemos al alcalde Giménez la reunión, por lo menos sabemos dónde estamos parados, pero no se resolvió nada”, afirmó, de manera enfática, Diego Feliciano, presidente de la asociación de taxistas, quien se reunió, en compañía de otros seis colegas, con el edil del Condado Miami-Dade.
Sin embargo, para el director de comunicaciones del Condado, Mike Hernández, uno de los resultados de la reunión – en la que también estuvieron el director del Departamento de Regulaciones, Jack Osterholt, y la directora del Departamento de Transporte, Alice Bravo – fue la propuesta del alcalde de eliminar algunas regulaciones de los taxis amarillos para nivelar el mercado.
Al mismo tiempo Uber y otras empresas de su tipo, también tendrían que ser reguladas. “Los taxistas deben competir en el siglo XXI”, les dijo el alcalde Giménez, según recuento de Hernández.
Feliciano consideró que, de entrada, la máxima autoridad del condado empezó la reunión “de manera insultante”. “Nos dijo que los medallones [el permiso para prestar el servicio de taxi] se compraron como una inversión, que eran como tener acciones de la bolsa. Si perdíamos el dinero era por culpa nuestra, por haber hecho una mala inversión”, afirmó.
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De acuerdo con Feliciano hubo permisos que costaron hasta 400.000 dólares. “Ese medallón no lo habrían comprado si hubiera sabido que, después, otros llegarían a trabajar de gratis, sin regulaciones”.
Habrá dos caminos
De acuerdo con Hernández, se trabajarán al mismo tiempo la flexibilización de las regulaciones a los taxistas y la imposición de normas para Uber. Pero serán proyectos separados que se presentarán a los comisionados a finales de este año.
Los taxistas de Orlando, Tampa, Miami, Jacksonville y Fort Laudardale demandaron al estado de la Florida por no hacer respetar las leyes. “Queremos que el Departamento de Agricultura y del Consumidor diga si considera, o no, a un celular como un taxímetro”, aclaró Feliciano, quien acusó a Uber de haber invadido la región floridana y no pagar, en el Condado Miami-Dade, más de dos millones de dólares en multas.
“El alcalde no contestó que hará con esas multas”, indicó Feliciano y remató: “Lo que quiere es destruir nuestra industria y lo que vemos es que aquí hay un problema de discriminación porque son (mayormente) haitianos e hispanos los choferes de esos carros [taxis amarillos]”.
Lo que quieren los taxistas es que haya una competencia regulada, legal y justa. Que para todos existan las mismas normas.
“Uber no se va del Condado y los seguiremos multando si no cumplen con las regulaciones”, advirtió Hernández. “Hay un mercado libre, debe existir una competencia justa y los taxistas deben cambiar el modelo de negocio”, complementó.
La edad de los vehículos
Una de los puntos de gran debate ha sido la edad de los vehículos. “El comisionado Esteban Bovo trató de pasar una ordenanza en la que los carros de Uber podía ser de 10 años y los taxis de siete”, recordó Feliciano.
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Hay 2.000 permisos y 800 taxistas que manejan su propio automóvil. Se ha dicho que las tarifas de Uber son más baratas que los importes de los taxis tradicionales. “Si Uber tuviera que pagar lo que nosotros pagamos al Gobierno, no tendría esos precios”, anotó Feliciano.
“La reunión con el alcalde fue para informar de lo que harán, pero no les importa lo que piensan los taxistas y siguen adelante con su agenda”, puntualizó el líder sindical.
Hernández enfatizó que “la primera imagen que tiene un turista al llegar a Miami es la de los taxis, y es la última que queda en su mente cuando se va”.
Por lo pronto, cualquier esfuerzo de regulación que ha hecho la Comisión del Condado ha fracasado.