Para el cubano René Hernández, el arte de la fotografía es un modo de expresión y libertad creativa, difícil de describir con palabras, porque la imagen roza otros misterios. Como dijo alguna vez el sociólogo y fotógrafo estadounidense Lewis Hine: “Si pudiera decirlo con palabras, no iría todos los días cargado con mi cámara”.
Nacido en Cienfuegos, Cuba, y radicado en los Estados Unidos desde 2016, cuando tenía 24 años, Hernández realizó varios trabajos, incluso como modelo.
“Mucha gente me recomendó que me metiera en la industria del modelaje dado a que era alto, delgado, y por mi buen porte. Probé un tiempo, pero me di cuenta de que no me sentía cómodo con el papel de modelo, sin embargo, me gustaba mucho la industria y quise aportar de otra forma haciendo lo que me gusta, con la fotografía”, explicó el joven a DIARIO LAS AMÉRICAS.
Siempre tuvo curiosidad por la composición fotográfica, el encuadre y la luz. Hasta que un día compró su primera cámara.
“Comencé a tomar imágenes para mis amigos, familiares y para el restaurante en el que trabajaba, solo por diversión. Aunque tenía una base de fotografía, me volví autodidacta y aprendí más sobre fotografía. Me di cuenta de cuánto me cautivaba”, añadió sobre un universo donde podía “capturar más allá del momento y revelar las emociones”.
René Photography, de la idea a la práctica
A principios del 2020, cuando irrumpió la pandemia, decidió que era hora de probarse como emprendedor en el mundo de la fotografía, en particular, la fotografía fashion, o de moda. De este modo se convirtió en uno de los héroes de esta batalla que comenzó a principios de 2020 y ha cambiado el panorama mundial.
En el camino ha aprendido varias lecciones de las crisis. Una de ellas es la archiconocida pero siempre necesaria idea de que la creatividad es hija de la necesidad. Y cuando Hernández piensa en necesidad, lo hace desde ese pulso artístico que se impone, y que hereda de sus padres.
“Mi padre era camarógrafo y editor, y mi madre era guionista. Se complementaban y creaban documentales. Llegaron a ganar el premio Guanaroca del año 2000, con un documental basado en las vivencias de mi bisabuela durante la Guerra civil española”, contó el fotógrafo.
Abrir su página, según reveló, “fue el motor impulsor para por fin dedicar mi tiempo entero a la fotografía. Ya no había excusas”. Durante su aprendizaje, experimentó con diversos estilos fotográficos, hasta que se especializó “en la fotografía editorial y de moda artística”.
Entre sus referentes destacan, entre otros, el peruano Mario Testino (famoso por sus trabajos en las revistas Vogue, Vanity Fair y otras), el alemán Peter Lindbergh (conocido por sus instantáneas en blanco y negro, de gran fuerza cinematográfica) y la estadounidense Lindsay Adler, a quien admira mucho.
Al hablar de su proceso creativo, señaló que siempre prepara la sesión de fotos con calma, donde su visión, la del equipo y de los modelos se combine de forma natural, para que todos aporten algo. Además, gracias a su habilidad en el retoque posterior de las fotos, cuando presiona el obturador “sé lo que puedo lograr con la edición. Eso me ayuda a liberarme, pues sé lo que puedo corregir”.
Cuando trabaja en una fotografía, recordó, “pierdo la noción del tiempo y me sumerjo profundamente en un trance en el cual soy capaz de contar una historia y mostrar emociones en un solo encuadre”.
“Ha sido un viaje que he amado cada segundo, desde el principio, y espero seguir evolucionando y crear más piezas artísticas, de moda y un concepto editorial que cautive y fascine a la audiencia”, acotó.
Actualmente trabaja en un estudio fotográfico a tiempo parcial y continúa en el proceso de fortalecer su pequeño negocio de fotografía de moda, que se puede ver en renegallery.com
@GrethelDelgado_
[email protected]