MIAMI.– Desde su residencia en Kissimmee, Florida, el ciudadano colombiano Jorge Giovanni Escobar González es señalado de orquestar una vasta operación criminal de robo de joyas en diez estados, actividad por la que una jueza federal lo sentenció a 57 meses de prisión en un tribunal de Connecticut.
La condena contra el hombre de 41 años cierra un capítulo de persecución judicial contra una célula delictiva que utilizaba el sur de Estados Unidos como centro de operaciones tras ejecutar millonarios saqueos en centros comerciales a lo largo del país.
Base de operaciones
Las investigaciones del Departamento de Justicia establecieron que Escobar González mantenía una base estratégica en el centro de Florida.
Desde esta ubicación en Kissimmee, el implicado es acusado de planificar itinerarios hacia el norte y el medio oeste para golpear joyerías en estados distantes como Nueva York, Ohio e Illinois.
Tras la ejecución de los robos, el grupo delictivo transportaba sistemáticamente el botín de regreso a través de las fronteras estatales hasta Florida, donde buscaban ocultar o comercializar las piezas valoradas en más de 4.4 millones de dólares.
Fue precisamente en territorio floridano donde agentes federales capturaron a Escobar el 19 de mayo de 2024, luego de vincularlo con otro incidente local, hecho que confirmó el uso de este estado como su cuartel general.
Conexiones locales y estructura de la red
El caso desveló una estructura criminal a la que estaban vinculados otros colombianos en Florida. La Fiscalía procesó a otros integrantes de la red domiciliados en el mismo estado, como Yesenia Meléndez-Rincón, compatriota del acusado.
Meléndez-Rincón, quien recibió una pena de dos años de prisión en septiembre pasado, operaba también desde Florida y supuestamente cumplía funciones como vigía durante los atracos y colaboradora en la venta posterior de la mercancía ilícita.
Impacto
El fiscal federal David X. Sullivan destacó la sofisticación del grupo, que empleaba espuma contra incendios y herramientas especializadas para anular sistemas de seguridad en los centros comerciales atacados.
A pesar de la detención de sus líderes en Florida, el impacto económico persiste, ya que las autoridades no lograron recuperar ninguna de las joyas sustraídas.