viernes 29  de  marzo 2024
MIAMI-DADE

En Hialeah, ya está el dinero de las licencias ilegales de vuelta. ¿Y ahora qué?

Empresarios de esa ciudad continúan preocupados con el desenlace del escándalo de las licencias temporales a pesar de la promesa de que ningún negocio será cerrado
Diario las Américas | CÉSAR MENÉNDEZ
Por CÉSAR MENÉNDEZ

MIAMI.- Empresarios de la ciudad de Hialeah están recibiendo el reembolso del dinero que durante varios años pagaron en concepto de licencias temporales. Un gesto esperado que, sin embargo, no logra borrar la incertidumbre que les mantiene en vilo desde el mismo día que decidieron abrir sus locales contra viento y marea en la llamada Ciudad que Progresa.

Irma Rossié tiene dos academias de manicure en la calle 49 del West de Hialeah, es una de las empresarias que ha recibido el cheque de devolución y comenta con DIARIO LAS AMÉRICAS cuáles son sus temores actuales.

Hasta ahora ha recibido solamente la devolución del dinero de uno de sus dos negocios, pero el proceso de reembolso aún no ha terminado, por lo que alberga la esperanza de recibir su segundo cheque.

Sin embargo, hay otro asunto que le preocupa más: “Mi temor es que ahora nos pasen a un departamento de permisos y tengamos que echar a abajo todos los arreglos que hemos hecho en nuestros locales”.

Efectivamente, el Concejo de la Ciudad le otorgó un plazo de un año y medio para que los locales acometieran las reformas necesarias para adaptarse a la normativa vigente.

Para el alcalde Carlos Hernández, el problema es que “muchos de los negocios con licencia temporal reformaron sus locales sin los permisos necesarios y sin presentar planos como indica la ley”.

En otras palabras, hay edificaciones que originalmente, según los planos de la Ciudad, estaban conformadas por un solo local, y sus dueños, sin el permiso requerido, las adaptaron para crear varios locales.

“Pero todos sabían que en algún momento esa situación se tenía que regularizar”, asegura el Hernández.

Y explica por ello, como acordó el Concejo, “les vamos a dar la oportunidad de arreglar los negocios acorde con la ley. En esos 18 meses los locales tendrán que presentar los planos requeridos y legalizar las reformas que hayan hecho sin el debido permiso”.

A Rossié le parece lógico que se exija que se cumplan las normas de la ciudad. Sobre todo aquellas relacionadas con la seguridad. Sin embargo, considera que, tras años de funcionamiento, sería injusto estar obligados a acometer nuevas reformas que muchos empresarios no podrían asumir ni con el dinero devuelto por la Ciudad.

Oscar de la Rosa, vicepresidente del Concejo municipal, cree que la Ciudad tiene la máxima responsabilidad en todo lo que pasó, “fue la que originó el problema”. Por eso “vamos a trabajar con cada negocio para asegurarnos de que no tengan que cerrar por una dificultad creada por Hialeah”, sostuvo.

Una solución

Rossié aboga para que se haga una especie de excepción con los locales afectados por las licencias temporales. “Teniendo en cuenta que el procedimiento de solicitud de licencia ha cambiado”, afirmó.

“Antes íbamos primero al Departamento de Licencias, luego a Zonificación, después a DERM (Departamento de Aguas y Alcantarillado de Miami-Dade). Allí quedábamos estancados porque las estaciones de bombeo de agua estaban cerradas y había una moratoria en muchas áreas de Hialeah. La mayoría no llegaba al Departamento de Construcción, Building”, explicó Rossié que lleva 30 años al frente de su negocio.

Efectivamente, las empresas que llegaban a este punto no podían avanzar en el proceso hacia la obtención de las licencias definitivas. “Y es cuando aparecieron las licencias temporales irregulares”, recordó Rossié.

En el proceso rectificado, tras del escándalo de las licencias temporales que DERM calificó de “ilegales”, después de ir a Zonificación se pasa directo al Departamento de Construcción. “Esto es lo preocupante porque realmente no sabemos cómo nos va a tratar este departamento”, reflexionó la empresaria.

En la práctica, “al obtener dichas licencias temporales, muchos cambiamos paredes, cableados e hicimos trabajos de plomería dentro de los locales para crear las condiciones que nos permitieran abrir el negocio”, argumentó.

“En mi caso particular, aquí había una oficina de abogados y hemos hecho una academia de manicure”.

Regís González, es dueño de la pizzería La Guajira, ubicada en 1905 W 60th Street, otro de los 101 negocios que recibió la devolución del dinero.

Hace unos meses, González, que lleva el negocio con su mujer, no quiso conversar con la prensa. Entonces argumentaba que para él era vital mantenerse abierto a toda costa. Temía que cualquier comentario pudiera poner en peligro “la tremenda inversión que había hecho junto a su familia para echar a andar ese negocio”.

González coincidió en que la devolución está bien: “Es un dinero que pagamos por algo que no debió cobrarse”.

También confesó que efectuó los pagos a la Ciudad por su licencia temporal, lo mismo con cheque que en efectivo. Y reconoció que recibió de vuelta “todo el dinero” que había desembolsado durante estos dos años.

Al joven empresario, en estos momentos, lo que más le preocupa “es acabar de obtener la licencia definitiva para poder desempeñar el negocio sin grandes sobresaltos”.

“Quiero trabajar sin temor a que llegue un inspector y me diga que tengo que cerrar porque la licencia no sale”.

“Yo tengo todas las licencias, he sometido todos los planos a la Ciudad. Mi único obstáculo es el DERM, que no nos ha dado la licencia del agua”, resaltó.

Las autoridades de Hialeah dejaron claro que ningún negocio será obligado a cerrar. Tienen 18 meses para reparar y/o adoptar la normativa de la Ciudad. Durante ese tiempo Hialeah tendrá que arreglar las estaciones de bombeo porque así lo estipula el contrato firmado con DERM.

La culpa

“Yo veo que ahora todo el mundo está mirando al Departamento de Licencias. En mi caso particular, después de entrevistarme con varios representantes, fue que le dieron la orden a este departamento para que me otorgaran la licencia temporal. Sería injusto decir que la iniciativa la tuvo el Departamento de Licencia, argumentó Rossié.

“No me interesa saber cómo se originó el problema, sostuvo González.

“Yo creo que uno, como emprendedor, trata de hacerse un huequito para poder comenzar su negocio con el ánimo de que todo vaya bien. Desgraciadamente, hemos tenido el obstáculo de las licencias y sucedieron cosas que no tuvieron que haber pasado”, justificó.

“Tenemos que agradecer a la prensa y a los concejales que están empujando para que se resuelva el problema”, señaló González.

Sin embargo, para De la Rosa es importante establecer el origen del problema: “Lo que pasa es que ahora estamos en la etapa de hallar soluciones a las empresas involucradas en este proceso. Después no pararemos hasta saber de quién fue la culpa”.

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