Pollara fue director de la campaña de 2014 que no fue aprobada por los votantes.
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Pollara afirmó que esta nueva enmienda corrige los defectos de la presentada en 2014
JESUS HERNÁNDEZ
-¿Por qué está usted comprometido personalmente con esta causa?
Porque hay mucha gente que conozco y quiero, que se volvió adicta a las drogas y casi siempre empezó con medicinas legales y recetadas. Las personas pueden usar marihuana medicinal o cualquier otra cosa en reemplazo de estos peligrosos narcóticos adictivos. Es una buena cosa para nuestra sociedad. En los estados donde hay marihuana medicinal se han reducido en un 25% las muertes por sobredosis de opiáceos.
-Pero quienes se oponen a esta enmienda dicen que esto es un escenario muy abierto, en el que, básicamente, cualquiera puede adquirir marihuana, bajo el pretexto de que es medicinal. ¿Qué responden ustedes a esa crítica?
Jessica Spencer y su organización son deshonestos en las razones por las cuales están en contra de esta iniciativa. Ellos hicieron una campaña en 2014 - y Jessica hacía parte de ella- en la que argumentaban que esa enmienda era defectuosa y nosotros arreglamos las supuestas razones por las que la propuesta tenía fallas. Pero todavía es defectuosa y siempre lo será porque Jessica y su gente se oponen a la marihuana medicinal en cualquier forma y por cualquier razón.
-¿Cuáles fueron esas cosas que arreglaron en esta propuesta de 2016, en relación con la que hicieron hace dos años?
Hicimos varios cambios para clarificar. El título es diferente, ahora solo es “Condiciones médicas debilitantes” para que no haya confusiones.
También, de manera significativa, precisamos la definición de condiciones médicas por las que alguien puede recibir un tratamiento con marihuana medicinal indicada por un médico. En la lista de enfermedades añadimos epilepsia y PTSD [síndrome de estrés postraumático]. Uno de los puntos polémicos es que en la otra propuesta se leía “y otras condiciones”.
Ahora dice que otra condiciones médicas debilitantes, similares a la enfermedades enumeradas, y ante las cuales un doctor certificado puede pensar en los beneficios del uso de la marihuana medicinal para ayudar a esos pacientes. Otro cambio grande es la certificación del consentimiento de los padres, una certificación de los médicos no puede ser hecha a un menor de edad sin el consentimiento de sus padres o de la persona que tiene la custodia del menor. El Departamento de Salud no puede emitir una identificación para un menor sin recibir el consentimiento por escrito de un médico. Un facultativo no será sujeto a cargos civiles o criminales sólo por el hecho de expedir un certificado para un cuidado razonable de condiciones médicas debilitantes. Otro cambio es sobre los que cuidan a los enfermos, deben ser mayores de 21 años. En la enmienda 2 el Departamento de Salud debe decidir cuántos pacientes pueden estar bajo el cuidado de esas personas. Puede ser 1 o 50, pero no puede ser nadie. Esto cierra un vacío por el que se podrían meter los expendedores de drogas.
¿Está de acuerdo con lo que Spencer y los opositores dicen que esto no es marihuana medicinal sino marihuana a secas, con mayores concentraciones de THC (Tetrahydrocannabinol, componente básico del cannabis)?
Ese argumento es de alguna manera verdad. Por supuesto, es la misma planta. Lo que hace que sea medicinal es, primero, un doctor la receta; segundo, se cultiva, vende y se compra en cumplimiento de regulaciones por parte del Departamento de Salud. Por lo tanto, usted sabe qué niveles tiene de THC, CBD, THCA, y otros químicos. Eso es lo que la hace distinta de la marihuana que se compra en la calle. Las dos son marihuana, pero una es recomendada por un médico, su desarrollo ha sido regulado por el estado de Florida. Por consiguiente, el usuario sabe qué está adquiriendo. Y en términos de THC, es una de las partes más importantes de la marihuana. Lo que tenemos en este momento en las leyes es que permiten marihuana con menos del 1% de THC, y un alto porcentaje de CBD. Eso puede ayudar a algunas personas, pero la mayoría necesita más THC de lo que permite la ley. Si un paciente tiene cáncer bajo la ley actual no va a poder tratarlo porque no tiene mucho THC, que es un antiinflamatorio y tiene propiedades analgésicas y de aumento del apetito. Por supuesto, uno puede estar drogado con la marihuana medicinal. Es como estarlo con percoset [un analgésico opiáceo). La marihuana puede alterar el comportamiento, eso es claro”.
Los que se oponen a la enmienda dicen que es la legalización de la marihuana y un primer paso hacia la legalización de la droga en general. ¿Qué piensa sobre eso?
Solo puedo hablar por mí mismo, y por la organización que yo lidero con John Morgan. El propósito de esta enmienda es legalizar la marihuana medicinal, para la gente que tiene padecimientos en el Estado de Florida. Yo estoy por la legalización de la marihuana pero no me verá haciendo nada como lo que he hecho por la marihuana medicinal. Si tuviera que liderar otra enmienda constitucional sería para que suba el salario mínimo a 15 dolares. Mi lucha no es la legalización de la marihuana.
-También dicen que la enmienda es muy dañina para esta generación porque le da un primer paso para ser adicta a la droga.
Es un argumento que ha sido refutado por varios años. Es algo que estábamos diciendo en los años ochenta, nadie lo volvió a decir porque es en realidad un argumento falso. Primero que todo el factor más determinante de si una persona se va a volver adicta es por sus padres y abuelos. Y segundo, esta teoría de que es una droga que da paso a otras, los estudios han demostrado que el tabaco y el alcohol son una vía más rápida a otras drogas que la marihuana.
¿La marihuana medicinal sería una forma de contención o de prevención para que la gente no caiga en adicciones como la heroína?
Es un suplemento. Conozco a gente que cortó con los analgésicos opiáceos por completo, en razón de la marihuana. Y conozco gente que toma diez pastillas de Percoset [analgésico] al día y ahora, por la marihuana, toma dos. Y también conozco gente que rehusó tomar dichos analgésicos y emplea sólo marihuana medicinal.
¿Por qué hay gente que se opone de manera tan radical a esa enmienda, es un argumento moral?
Es un asunto generacional. En todas las encuestas que hemos hecho hay divisiones, los demócratas la apoyan más que los republicanos. Los blancos no hispanos tienden a apoyarla más que los afroamericanos o los latinos. Pero la división más clara es la edad. La gente mayor no tiene ninguna experiencia personal con la marihuana.
Es marihuana. No es una medicina...
Jessica Spencer, directora política de la campaña contra la enmienda 2, afirma sin embargo que no existe la marihuana medicinal y según ella, lo que busca la propuesta es una legalización de hecho. “Y eso es malo para las familias, para las comunidades y el Estado de la Florida”.
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Spencer cree que la marihuana medicinal y la que se compra en la calle es lo mismo.
J.J BLANCO
Su experiencia en la difícil tarea de rehabilitar adictos y prevenir que otros caigan en las redes invisibles de la droga, es lo que la lleva a estar en contra de legalizar la marihuana medicinal en la Florida. Es decir, que se establezca en la constitución del Estado.
Al preguntarle qué pasaría si ganara esa iniciativa en las votaciones del 8 de noviembre, cambió su expresión y dejo ver sus emociones.
-¿Usted está diciendo que buscan legalizar la marihuana en Florida?
Es una legalización de hecho. Quisiera que no lo fuera. Y es malo para las familias, para las comunidades y para el estado.
Llevo 18 años trabajando en este campo de las adicciones. Y hace cinco yo decía que creía que la marihuana medicinal era algo diferente.
La propuesta está legalizando toda la planta, que tiene 500 químicos. Dentro de ellos puede haber algunos con características medicinales. Pero tenemos medicinas, con componentes como el cannabis, que pueden ser recetadas por un doctor y se pueden conseguir en una farmacia. Tienen efectos secundarios que son reseñados e indicaciones de qué cantidad y frecuencia. Tenemos la ciencia y herramientas disponibles para eso.
-¿Por qué está en contra de la marihuana medicinal y por qué una enmienda como esta sería nociva para la gente?
Porque esto no es marihuana “medicinal” [las comillas son expresadas por Spencer durante la entrevista]. Es marihuana. No es una medicina que se administre mediante receta médica. No se va a una farmacia sino a un dispensario. Es importante que la gente sepa que no hay un farmaceuta, sino alguien que sólo vende la marihuana. En una farmacia un paciente sabe que el farmaceuta está entrenado, que hay efectos secundarios que pueden pasar con la medicina. Esta es una planta, que tiene 500 químicos, y que pueden reaccionar de manera distinta para cada individuo. El problema con que esté en la constitución es que no hay límite en la cantidad de THC [Tetrahydrocannabinol, componente básico del cannabis] que puede estar en otros productos, como dulces, ungüentos, y que no tienen olor ni sabor. Los padres deben entender que sus hijos podrían estar usando esos productos.
-¿No está combinando la marihuana recreativa con la medicinal? ¿No son dos cosas muy distintas?
Si ve [lo que propone] la organización nacional para reforma de leyes sobre marihuana, se da cuenta de que todo el juego detrás es ponerle “medicinal” a cualquier iniciativa. La OG kush [una cepa de marihuana medicinal] que una persona compra en un dispensario es la misma que puede conseguir en la calle. Yo no estoy confundiendo nada. La industria lo está haciendo a propósito para confundir.
Es un uso recreativo. Ellos no están limitando el uso sólo para personas que tengan epilepsia, cáncer, SIDA-HIV, algunas de esas enfermedades que nosotros entendemos. Ellos abren su aplicación para “otras condiciones”.
Pero no es tan fácil adquirir la marihuana medicinal como usted lo está planteando. No todo el mundo tiene acceso a esa posibilidad. ¿Por qué dice eso?
No hay límites. Quisiéramos que los hubiera. Y también regulaciones. Que hubiera un límite en cuanto a THC. La marihuana de ahora es muy distinta a la de los setenta. En 1975 contenía menos del 1% de TLC, ahora es del 20% y 30%. Y después vienen las galletas, los dulces, los brownies. California es incluso más estricta que el lenguaje que tiene la propuesta en Florida. Estamos hablando de gente joven no de personas que tengan cáncer a los 82 años. La propuesta es muy amplia, no tiene las seguridades de la ley en estos momentos. He visto el cambio de la marihuana, de hace 30 años, cuando era una niña, a lo que hay ahora. Conozco a gente que va a urgencias a desintoxicarse por los efectos de la marihuana. Eso no se veía hace veinte, treinta años. No todo el mundo se vuelve adicto por el uso de la marihuana o el alcohol. Pero todos los adictos que conozco empezaron con la marihuana y el alcohol. Para ellos fue una droga que condujo a otras.
-¿Cree que los adictos graves a la heroína empezaron fumando marihuana?
Si, en la gran mayoría. Y lo veo todos los días con mis pacientes.
-¿Aquí no hay más actitudes moralistas que argumentos basados en hechos científicos?
Cuando ve la Alianza sobre políticas de Drogas, uno de los puntos es llevar el argumento moral a los conservadores y apelar a los corazones de la gente. Por eso esta propuesta explota nuestros sentimientos como seres humanos, porque no queremos que haya gente que sufra. Cualquier persona tiene derecho a una opinión, pero no a manejar información equivocada. El hecho es que en los estados donde se han presentado estos procesos se incrementan el uso de la marihuana en los jóvenes, los accidentes de tránsito, las visitas a las salas de urgencias. Nosotros no necesitamos eso en el estado de la Florida, ni en nuestra constitución.
-¿Usted cree que detrás de esta propuesta hay multimillonarios intereses económicos, como se ha dicho?
Hay cuatro multimillonarios que están detrás de esta enmienda. La industria de la marihuana está siguiendo el manual de la industria tabacalera. Es un gran negocio que se está colando bajo el techo de la marihuana medicinal.
-¿Está de acuerdo con la descriminalización de la marihuana, proceso que ha seguido el condado Miami Dade?
Hay la percepción de que sería una buena medida, hay ese concepto de que todos esos cientos de miles de personas encarceladas lo están por simple posesión, pero ese no es el caso. La policía no está en la calles arrestando a la gente porque tenía un cigarrillo de marihuana. Pero esto no tiene nada que ver con la enmienda. Me gustaría ver en la descriminalización un componente de tratamiento o evaluación.
-Usted ha demostrado ser muy apasionada en este tema ¿Qué pasa si gana la enmienda?
Mi expectativa es que vamos a parecernos a California, se van a incrementar los problemas sociales, en ese momento nuestros hijos estarían en riesgo. Temo por mi generación y por las que vienen. Es un cambio constitucional, no se puede apelar, sería algo permanente. Me siento más cómoda con las leyes que ya hay y que autorizan tres tipos de marihuana. De esa manera nosotros, los ciudadanos, podemos trabajar con nuestros representantes.